Mirada sobre Roma un a?o después de la Statio Orbis
Pope
Acaba de cumplirse un año de aquel atardecer romano del 27 de marzo de 2020, cuando parecía que todo se oscurecía, en que el Papa Francisco ofreció al mundo un testimonio de cercanía, fe y esperanza.
Una humanidad basada en Cristo
La Statio Orbis, o momento extraordinario de oración con la bendición Urbi et Orbi del Santo Padre de aquella tarde, se convirtió en un icono de la presencia y creatividad de toda la Iglesia ante una crisis inimaginada pero también en un hito del Magisterio, el de una humanidad basada en Cristo.
Un año después, distintas organizaciones se unieron para hacer memoria y proyectar esperanzas en el futuro. El evento tuvo lugar el sábado 27 de marzo a las 19.00, hora de Roma, y pudo seguirse a través de los distintos canales de las principales redes sociales.
“¿Por qué tienen miedo?”
El diálogo online titulado “¿Por qué tienen miedo?” fue moderado por Marta Isabel González Álvarez, periodista y comunicadora del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y contó con la participación de Monseñor Lucio Ruiz, Secretario del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede; María Fernanda Silva, Embajadora de la República Argentina ante la Santa Sede; Leticia Soberón, Asesora del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede; la Hermana Xiskya Valladares, de la Congregación de la Pureza de María, Co-fundadora de iMisión; la Hermana Liliana Franco, Presidenta de la CLAR - Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosos y Religiosas; Mauricio López, Secretario para la Acción Pastoral del CELAM y miembro del Consejo Episcopal Latinoamericano y de la recién creada CEAMA Conferencia Eclesial de la Amazonía y Luis Liberman, Fundador y Director de la Cátedra del Diálogo y la Cultura del Encuentro.
Salir mejores de esta situación
El encuentro, cuyo objetivo fue recordar la necesidad de “salir mejores” de la situación que vivimos contó con la participación online de católicos de todo el mundo, y sirvió asimismo para presentar el libro conmemorativo realizado por la Librería Editorial Vaticana y que se publicó el pasado 26 de marzo con el título de “¿Por qué tienen miedo? ¿Aún no tienen fe? Para que puedas contar y grabar en la memoria”.
La palabra a algunos de los participantes
Tal como refiere para María Fernanda Silva fue un momento en el que “todos los seres humanos estuvimos aquí”. Recordando así el interés de muchos en las horas previas para saber cómo iba a poder ser visto aquel momento. En su “el Papa Francisco puso la certeza de que había futuro”. E insistió en que el Santo Padre, que se plantó y abrazó a la humanidad entera, “lideró desde la centralidad de la fe y la centralidad del amor, le puso nombre y apellido a la pandemia, nadie se salva solo, y nos marcó el camino para salir de esta crisis mejores, sin volver a aquello que llamábamos normalidad”.
Por su parte, para Leticia Soberón, una de las grandes expertas en comunicación a nivel mundial, fue un momento en el que “la elocuencia del momento está en la desnudez, no había nada que no fuera esencial, no fue algo racionalizado, lo importante era la pedagogía de las actitudes ante el miedo”. Nos encontrábamos en un momento en el que “todos sentíamos miedo, desconcierto, dolor, se nos iban y se nos siguen yendo personas cercanas”. En esta tesitura, “el Papa hacía de Jesús que calma, mostraba la presencia de Dios trascendente”, recordando algunos detalles, como la lluvia, que hacía parecer que Cristo estaba llorando. Fue un momento en el que se hizo presente “un Papa Pontífice, que nos hizo ver nuestros límites, un Papa pedagogo de la fe y de la oración”.
“Un momento impactante, que nos sobrecogió de tal manera que nos metimos de lleno en aquella oración”. Son palabras de la Hermana Siskya Valladares, quien contó recibió testimonios de personas que llevaban tiempo sin rezar, sin ir a la Iglesia, y que en ese momento habían orado, un momento en el que resalta que “el mundo realmente se paró”. Mientras Mauricio López comentó que nunca se imaginó “ver a un Papa desnudo, despojado, impotente”, algo que define como muy fuerte, “verlo de rodillas, como todo el mundo frente a esta situación”, que le llevó a verle, siguiendo la cita de Gálatas, como alguien “crucificado con Cristo también”.
Luis Liberman definió la Statio Orbis como “quizás la imagen o la foto del siglo”, recordando las palabras del Papa en las que nos decía que “todos estamos en la misma barca, todos desorientados, pero que todos somos necesarios”, recordando la fragilidad con la que vivimos permanentemente.
También aparecieron algunos testimonios, como el de Daniel Pajuelo, que vio el momento como algo que abrió muchas formas nuevas en la Iglesia; Tomás Insua, que afirmaba que fue un momento que nos hizo ver que debemos cuidar todos esta barca y tomar esta crisis como una oportunidad; Sergio Godoy, para quien se hizo presente una Iglesia que acompaña la vida de la humanidad; Athenas, cantante argentina, para quien Francisco apareció como un hombre de esperanza; Nanami Uchiyama, la joven japonesa que descubrió la presencia de Jesús en aquel momento; o Monseñor Bruno-Marie Duffé, que definía lo vivido como un momento confidencial, una invitación íntima a rezar, a esperar con Jesús, una llamada de Jesús en la noche de la Pasión.
Y para hablar sobre el futuro, es decir el período que seguirá a la pandemia, se hizo presente el Padre Augusto Zampini, que recordó aquel episodio como un momento en el que “el Papa se cargó el mundo en los hombros”. Para el Secretario Adjunto del Dicasterio para el Desarrollo Humano “la esperanza es que Dios nos acompaña y si podemos juntarnos, colaborar y no competir, podemos salir”. No se trata, de “un optimismo idealista y si un movimiento de unión”.
Monseñor Lucio Ruiz destacó por su parte la importancia del tema comunicativo en la actual situación, como modo de “ser misioneros, llevar este pensamiento, sentimiento, conversión del corazón y de las obras para que sea contagioso”.
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