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Sebastián Sansón Ferrari - Pope

“Un momento importante para la Iglesia en los Estados Unidos y en Canadá, que fortalece nuestra respuesta a la solicitud del Santo Padre Francisco de adoptar la sinodalidad como el camino a seguir para la Iglesia en el mundo moderno”. Esta es la definición planteada al inicio del Documento Final de la Asamblea Continental Norteamericana del Sínodo.

El texto comienza con una introducción elaborada por Monseñor Daniel Flores, obispo de Brownsville en Estados Unidos y presidente del Comité de Doctrina de la Conferencia Episcopal Estadounidense (USCCB), así como por Monseñor Raymond Poisson, obispo de Saint-Jerôme-Mont-Laurier en Canadá y presidente de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos (CCCB).

Este material fue producido por el equipo de redacción de la fase continental norteamericana del sínodo sobre la sinodalidad que se reunió del 13 al 17 de febrero en Orlando, Florida. En este encuentro, participó un grupo de delegados que representaron a 268 diócesis situadas en Estados Unidos y Canadá.

Tres puntos centrales 

El comité de preparación del documento final escogió tres temas esenciales que articulan el texto y son: “Llamados y dotados por el bautismo”, “Comunión con Cristo y entre nosotros” y “Enviados en misión”.

El primer asunto elegido enfatiza el reconocimiento de la dignidad de todos los bautizados como elemento fundamental para crecer hacia una Iglesia más sinodal. El texto afirma que muchas de las conversaciones de la etapa sinodal norteamericana, como las que tuvieron lugar en lo diocesano y lo nacional, señalaron momentos en que los miembros de la Iglesia no supieron reconocer esta dignidad compartida. “Estas faltas -escriben- ponen tensión en nuestra comunión mutua”. Por ende, “responder al mensaje de Cristo requiere decir la verdad y predicar con el ejemplo”, añaden.

Al pasar al segundo tema, la reflexión norteamericana reconoce que el proceso ha revelado una polarización y una fuerte tendencia hacia la fragmentación, que está experimentando la Iglesia, al igual que la sociedad en general. Un punto crucial, pues, como comentó un delegado, “el llamado a la comunión es algo que debemos hacer presente en nosotros y en nuestras comunidades”. También reivindican la necesidad de buscar modos para fortalecer la unidad entre los miembros del Cuerpo de Cristo.

Por último, sobre el envío, los delegados de Norteamérica coinciden en el deber de salir a las periferias para anunciar el Evangelio y cuidar de los heridos y oprimidos. Y nuevamente alegan que, para proclamar la Buena Nueva con eficacia y claridad, la Iglesia debe estar unida. Dicen que se debe encontrar el equilibrio entre el anuncio a los demás y el hecho de estar unidos como Iglesia en lugar de estar fragmentados en grupos separados. Asimismo, los representantes sinodales subrayan la importancia de la formación integral en la dignidad y vocación bautismal, en la corresponsabilidad y en la sinodalidad.

El proceso sinodal, "una gran gracia"

En el contexto de estos temas principales, el Documento también destaca las cuestiones planteadas por los fieles, como el rol de las mujeres y los jóvenes en la Iglesia; la crisis de confianza y credibilidad, especialmente a la luz de la actual crisis de abusos; la importancia de la inclusión, en particular con respecto a la comunidad LGBTQ y la relación de la Iglesia con el mundo moderno.

Respondiendo a las peticiones del Pueblo de Dios y siguiendo las directrices metodológicas para la Etapa Continental del Proceso Sinodal, el documento final también presenta las reflexiones de los Obispos sobre la experiencia de la Sinodalidad en Norteamérica. En su relectura colegial de la "experiencia sinodal vivida", los Obispos describieron su experiencia del proceso diocesano como "una gran gracia", y expresaron su deseo de encontrar formas de continuar y profundizar la práctica de la sinodalidad.

Como resultado de su discernimiento colectivo, los obispos propusieron cinco "prioridades" para que el Sínodo las siga debatiendo cuando se reúna en Roma en octubre: la integración de la consulta sinodal de las iglesias locales, incluida la formación en la sinodalidad y la espiritualidad del discernimiento; el reto de acoger a quienes se sienten excluidos; la corresponsabilidad en la Iglesia; la unidad y la comunión en la Iglesia en medio de diversos tipos de polarización y división; y la necesidad de una Iglesia que salga a las periferias.

El texto completo del Documento Final de la Etapa Continental de América del Norte se encuentra en la página web del Sínodo. La página del Sínodo ofrece enlaces a todos los Documentos Continentales a medida que están disponibles.