蜜桃交友

Mireia Bonilla y Sebastián Sansón Ferrari – Pope

Escuchar a Jesús y escuchar a los demás: son dos indicaciones que el Papa Francisco nos propone . Para Teresa Ramos, de la Diócesis de Saltillo, en México, es importante también sentirnos escuchados, hacer que el otro se sienta escuchado y que en este ejercicio recíproco podamos caminar juntos.

En un video enviado en exclusividad a los medios vaticanos, Teresa retoma otro concepto planteado por el Santo Padre en su mensaje: levantarnos sin miedo. “Como jóvenes, en camino de preparación a la Jornada Mundial de la Juventud, esta acción no se nos hace ajena. Levantarnos, cambiar nuestro estilo de vida, cambiar nuestra posición, para ponernos en camino hacia una nueva vida o hacia un camino de conversión”, comenta.

La joven mexicana añade: “Como los discípulos en el Monte Tabor, el Papa Francisco nos recuerda estas palabras de Jesús: ‘Levántense, no tengan miedo’”.

Teresa desea que este camino cuaresmal nos invite a caminar juntos levantándonos y escuchando a los demás.

Por una escucha recíproca

El primer camino que sugiere Francisco para ascender junto a Jesús al monte y llegar con Él a la meta:

“El primero -escribe- se refiere al imperativo que Dios Padre dirigió a los discípulos en el Tabor, mientras contemplaban a Jesús transfigurado. La voz que se oyó desde la nube dijo: «Escúchenlo» (Mt 17,5). Por tanto, la primera indicación es muy clara: escuchar a Jesús.

La Cuaresma es un tiempo de gracia en la medida en que escuchamos a Aquel que nos habla. ¿Y cómo nos habla? Ante todo, en la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece en la liturgia. No dejemos que caiga en saco roto. Si no podemos participar siempre en la Misa, meditemos las lecturas bíblicas de cada día, incluso con la ayuda de internet.

Además de hablarnos en las Escrituras, el Señor lo hace a través de nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los rostros y en las historias de quienes necesitan ayuda. Pero quisiera añadir también otro aspecto, muy importante en el proceso sinodal: el escuchar a Cristo pasa también por la escucha a nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia; esa escucha recíproca que en algunas fases es el objetivo principal, y que, de todos modos, siempre es indispensable en el método y en el estilo de una Iglesia sinodal”.