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鈥淯n claro retroceso en el reconocimiento de la dignidad de toda vida humana acaba de votar la mayoría de diputados鈥�. Con estas contundentes palabras el Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, ante el hecho de que la mayoría de la Cámara de Diputados en Uruguay aprobara el proyecto de ley de eutanasia. Con 57 votos en 96, este 6 de octubre pasa a la Cámara de Senadores.

鈥淎vanza la cultura del descarte y de la muerte鈥�, añade Sturla. Una preocupación compartida por el Arzobispado de Montevideo, la capital de la nación sudamericana, : 鈥淣o queremos sufrir, ni que ningún uruguayo sufra鈥�, 鈥淭omar contacto con el dolor y con la muerte nos angustia, siempre; pero cuando nos sentimos acompañados, bien tratados y queridos todo se transita diferente鈥�. A su vez, acotan que 鈥渢odos deberíamos tener una atención adecuada y eficaz de nuestras enfermedades, hasta el final鈥�. 鈥淧ara nosotros TODA vida es digna. Vemos en los otros hermanos, hijos e hijas de un mismo Padre鈥�, concluyen.

Una consternación de la que se hacen eco otros obispos del país, como Monseñor Alberto Sanguinetti, emérito de Canelones, quien, antes del inicio de la discusión, que 鈥渓os que tienen que defender a los débiles permitirán que los habitantes de este suelo se separen entre los que se pueden matar y los que no鈥�.

Por su parte, , Monseñor Jaime Fuentes, obispo emérito de Minas, afirma que esta es 鈥渦na expresión más de la falta de amor a la vida que quisiéramos que se viviera en nuestro país鈥�.

鈥淟o que han demostrado los legisladores que ayer votaron a favor de esta ley es que coinciden con un relativismo ético individualista disfrazado de compasión que es incapaz de proteger la vida de nuestros hombres y mujeres que sufren, que sufren, y pueden sufrir mucho, y por eso necesitan más de todo el apoyo. Un relativismo que es incapaz de legislar para que esas personas puedan ser ayudadas a sobrellevar el dolor que puede causar esa enfermedad鈥�.

鈥淐reo que se han dejado llevar por un sentimentalismo que no ve más allá de las propias emociones, y es incapaz de valorar la gravedad social que traerá consigo la licencia para matar que han puesto en manos de los médicos, médicos que han sido formados para todo lo contrario, para aliviar el dolor, para curar las enfermedades鈥�, dice. 鈥淵a teníamos (ya tenemos) legislado el derecho a matar al más inocente en el vientre de su madre, es una barbaridad. Más de 10.000 niños y niñas que no van a nacer este año, ni el anterior, ni el anterior, ni el anterior鈥�, asevera, en alusión a la legalización del aborto, en 2012. Por este motivo, Fuentes sostiene que ya está instalado un clima social de falta de respeto a la vida, que se potenciará si se aprueba este proyecto en Senadores.

Además de los prelados, especialistas de distintos campos se pronunciaron rechazando este paso que confirma una tendencia mayoritaria en contra del derecho fundamental a la vida. Es el caso, por ejemplo, del filósofo Miguel Pastorino, 鈥渓a manifestación de la fragilidad humana constituye una ocasión para probar la profundidad de las personas鈥�. 鈥淓l desarrollo cívico de una sociedad y del Estado se mide por la protección, el respeto y el cuidado que muestra hacia sus ciudadanos más vulnerables鈥�, agrega.

鈥淎frontar el final de la vida: un aporte al debate público鈥�

La Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) ya ha emitido su parecer sobre este asunto en múltiples oportunidades. Una de las más recientes , como un aporte al debate público. Es un texto dirigido 鈥渁 todos los hombres de buena voluntad y a las comunidades cristianas鈥�.

Con dicho volumen, la CEU ha querido 鈥渉acer pública nuestra valoración sobre la eutanasia y el suicidio asistido, para contribuir al necesario y civilizado debate público sobre un tema tan relevante鈥�. No obstante, remarcan que el Episcopado siempre ha hecho oír su voz en defensa de la vida.