Uruguay: más de 200 agentes pastorales realizaron curso bíblico
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
“Job: del dolor a la esperanza” es el título del XXVI Curso de Formación Bíblica 2022, organizado por la Comisión Nacional de Animación Bíblica de la Pastoral de la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU). Desarrollado del martes 25 al viernes 28 de enero de 2022 mediante la plataforma Zoom, contó con la participación del padre Francisco Lezama, delegado de la Pastoral Juvenil de los Salesianos del Uruguay y docente de la Facultad de Teología del Uruguay “Mons. Mariano Soler”. Se conectaron más de 200 agentes pastorales de todo el territorio nacional.
En entrevista con Pope, Lezama reveló que, desde hace 26 años y de manera ininterrumpida, la Iglesia uruguaya ofrece un espacio anual de formación bíblica, al que calificó de “riqueza”. En este lapso, se han trabajado diversos libros del Antiguo y Nuevo Testamento. La propuesta académica ha sido coordinada por la Comisión, de acuerdo con evaluaciones realizadas, sugerencias y expectativas.
2022 es el segundo año que se realizó en modalidad virtual debido a la pandemia de coronavirus que se ha agudizado con el aumento de brotes ante la variante Ómicron.
La idea de la temática surgió en diálogo con la Comisión Nacional. El deseo era ponerla en relación con la situación actual, para brindar elementos bíblicos y otorgar un sentido renovado a la coyuntura que el país y la humanidad transitan, puntualizó Lezama, quien remarcó que, si bien el libro de Job figura dentro de los sapienciales de las Escrituras, no provee respuestas, sino “nos provoca más preguntas”. En esa línea, dijo que “nos invita a un encuentro profundo con el rostro de Dios, con su misterio y, desde allí, surgen las preguntas creyentes en la situación de dolor”.
“El primer objetivo era acercarse al libro de Job, que no es de los más frecuentados, está muy poco presente en la liturgia y, por tanto, no es de fácil acceso para los fieles”, explicó. Y el segundo propósito era ofrecer herramientas “para beber de esta fuente en un tiempo tan especial”, añadió.
Según el presbítero, los participantes valoraron la oportunidad de aproximarse a un asunto poco trabajado y fueron entusiastas en sus intervenciones. En este sentido, el diácono Marcelo Correa, secretario ejecutivo de la Comisión, consideró en el informe sobre el evento que “el ponente logró la atención y continuidad en el curso, mediante sus claras y cautivantes exposiciones, que respondieron a la expectativa generada sobre el libro de Job”.
Lezama detalló que se realizaron trabajos en pequeños grupos, que facilitaron el intercambio entre los agentes pastorales, quienes se animaron a volcar sus experiencias. También realizaron momentos de plenario. Además, todos los días entregaban materiales y subsidios sobre el tema y las presentaciones que se compartían.
En el informe destacan que “siempre estuvo presente un tiempo para compartir la oración, que nos recibía cada día y posteriormente cerraba nuestro encuentro”, así como para “la invocación al Espíritu Santo, la escucha de la Palabra de Dios, que nos anima y fortalece y nos permite experimentar la unión en comunión con el hermano”.
El padre Lezama reflexionó que “es muy importante que la pastoral sigue teniendo una conexión muy directa con la Palabra de Dios, presente en la Escritura, como lo quiso el Concilio Vaticano II y que cada vez más todos los que participamos de la pastoral de la Iglesia tengamos un acceso renovado a la Palabra”. A su vez, el sacerdote destacó la importancia de adquirir el hábito de la formación permanente y que no se reduzca a instancias puntuales.
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