Uruguay. Mes de la Palabra de Dios: un camino que genera identidad
Alina Tufani – Pope
La Iglesia uruguaya explica la motivación que le llevó a cambiar la denominación del Mes de la Biblia por el mes de la Palabra de Dios y recuerda celebrar el Domingo de la Palabra de Dios incorporado en el calendario litúrgico por el Papa Francisco, el último domingo del mes de setiembre.
La Palabra de Dios… que hace su obra en ustedes los que creen” (1 Tes 2, 13) es el tema escogido por la Conferencia Episcopal de Uruguay (CEU) para celebrar el Mes de la Palabra de Dios, conocido anteriormente como el Mes de la Biblia. El diácono permanente Marcelo Correa, Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de la Animación Bíblica, en un artículo titulado explica la motivación de la nueva denominación de la celebración, que a su juicio no responde sólo a un cambio de terminología, sino a la necesidad de poner al centro de la evangelización, de la vida pastoral y espiritual, el Verbo mismo.
“No somos un pueblo que sigue un libro, sino a una Persona revelada en la Palabra que nos acompaña y anima, que nos enamora desde la cotidianidad a vivir con alegría el llamado a ser discípulos misioneros y anunciar su propuesta a nuestra sociedad y al mundo”, escribe Correa.
El responsable de animación bíblica uruguayo explica que el cambio comienza en el siglo XX y se plasma en el documento Dei Verbum, al final del Concilio Vaticano II, con una nueva propuesta que “nos invita a abrir las puertas de nuestro corazón para encontramos no sólo con el libro sagrado de la Biblia, para leerlo, conocerlo, interpretarlo, compartirlo en comunidad, sino que nos conduce al encuentro con una persona, Jesucristo y su propuesta de vida”.
En este contexto, el diácono uruguayo describe la importancia de textos más recientes como el Documento de Aparecida de 2007, que pide un acercamiento a las Sagradas Escrituras "no solo intelectual e instrumental, sino con un corazón hambriento de oír la Palabra del Señor”; y del Sínodo de la Palabra convocado por Benedicto XVI en 2008, que reafirma que el fundamento de toda espiritualidad cristiana auténtica y viva es la Palabra de Dios anunciada, acogida, celebrada y meditada en la Iglesia”. Y añade que ambos han servido para alimentar el camino de los agentes pastorales y las pequeñas comunidades parroquiales en el encuentro con la experiencia de la centralidad de la Palabra de Dios.
Por último, la invitación a celebrar el Domingo de la Palabra de Dios, incorporado por el Papa Francisco en el calendario litúrgico, el último domingo del mes de septiembre. “Para esta instancia –exhorta el diácono Correa - cada comunidad urbana o rural, podrá prepararse teniendo presente su realidad y espiritualidad, expresando con signos sencillos y fraternos, esa centralidad de la Palabra de Dios en nuestra vida”.
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