Institución católica condena los motines en Paraguay y Ecuador
Alina Tufani – Pope
“¿Queremos verdaderamente tocar las heridas de las violencias de los privados de libertad, padecidas desde la cuna, reproducidas en las cárceles y hechas padecer a inocentes?”. Este es cuestionamiento que plantea la Comisión Católica internacional de Pastoral Carcelaria (ICCPPC en sus siglas en inglés) ante los motines y masacres que este mes han ensangrentado las cárceles en Paraguay y Ecuador. En el que condena estas brutales acciones, se lee:
Paraguay
La Conferencia episcopal paraguaya, lamentaba el pasado 19 de febrero, en un comunicado, el violento motín levantado en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, que segó la vida de siete personas y dejó varios heridos. Una muestra – decían los obispos – de la pésima condición en la que se encuentra todo el sistema penitenciario paraguayo. Y advertían:
Ecuador
Hace sólo dos días, el 24 de febrero, fue el turno de la Conferencia episcopal ecuatoriana consternada ante la serie de motines en varias cárceles del país que causaron la muerte de 79 presos, también motivados por el ansia de poder y control de grupos criminales en los penitenciarios. "Hechos crueles", que para los obispos ecuatorianos “no son más que el reflejo de la crisis penitenciaria, de la descomposición social y de la indiferencia colectiva”.
Pastoral Carcelaria de América Latina y el Caribe
En consonancia con las Iglesias de Paraguay y Ecuador, la Pastoral Carcelaria de América Latina y el Caribe sostiene que la “marginalidad, la pobreza y la exclusión”, que son consecuencia de la incapacidad del Estado de garantizar una vida digna, “siempre se transforma en vidas violentadas que ejercen violencia contra otros”. Y enfatizan:
Una exhortación precisa hace ICCPPC a los gobiernos, iglesias y organizaciones de la sociedad civil a “no abandonar” a las poblaciones pobres y marginales de las ciudades porque a su juicio cuando “el Estado – que debe garantizar la dignidad humana – se retira, son las bandas y el narcotráfico quienes ocupan su lugar ejerciendo violencia y muerte”.
A la luz de la “muerte temprana y despiadada” que se da en muchas cárceles de nuestro continente, el comunicado concluye con una invitación a “optar por la paz social” porque esto significa “optar primeramente por la justicia y dignidad para todos y todas”.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí