Ecuador. Sistema penitenciario refleja descomposición social
Alina Tufani - Pope
Por tercer día consecutivo, esta madrugada, la fuerzas de seguridad ecuatorianas han tenido que intervenir para controlar nuevos intentos de amotinamiento y disturbios de los reclusos en cárceles de Guayaquil y Quito. Las polémicas sobre las elecciones, la pandemia y la crisis económicas fueron suplantadas por las noticias del brutal amotinamiento de presos en tres cárceles del país, que el pasado martes 23 de febrero, dejaron 75 muertos. Los enfrentamientos de bandas rivales que se disputan el liderazgo dentro de los centros penitenciarios están controladas según el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad (SNAI)pero continúan.
La presidencia de la Conferencia episcopal ecuatoriana (CEE) en un se dice “preocupado y consternado” ante la “dolorosa y crítica” situación de los reclusos en los centros penitenciarios, y en particular frente a los “hechos crueles” ocurridos el pasado martes.
“No son más que el reflejo de la crisis penitenciaria, de la descomposición social y de la indiferencia colectiva”, advierten los obispos ecuatorianos que ante esta dura realidad recuerdan las palabras del Papa Francisco sobre la necesidad de “humanizar“ las cárceles que son con frecuencia consideradas “lugares de violencia e ilegalidad, donde abundan las maldades humanas”.
“Pedimos a quienes tienen a su cargo la responsabilidad del Sistema de rehabilitación social en ecuador realicen una verdadera evaluación sobre el sistema penitenciario y desarrollen programas plenamente humanos que permitan el cumplimiento de a finalidad que determina nuestra Constitución”, declara la CEE que recuerda que el artículo constitucional prevé la rehabilitación y la reinserción en la sociedad de las personas sentenciadas penalmente.
Los obispos ecuatorianos manifiestan su “solidaridad cristiana” a los familiares de los privados de libertad que han fallecido y aseguran su oración por su descanso eterno. Igualmente, el comunicado de la CEE se compromete a ayudar a las autoridades y a sostener a quienes sufren la pérdida de sus seres queridos como parte de sus servicio pastoral en las cárceles y en la sociedad ecuatoriana.
Los actos violentos se registraron en cárceles ubicadas en las provincias de Guayas, Azuay y Cotopaxi, que concentran cercan del 70% de la población carcelaria del país. Unos 800 policías fueron movilizados para retomar el control. Sin embargo, dos penitenciarios en Guayaquil y Quito han continuado los intentos de amotinamiento que según el director del servicio penitenciario, Edmundo Moncayo son “ actos previamente planeados”, teniendo en cuenta que en dichos centros están detenidos delincuentes de alta peligrosidad entre narcos, asesinos y mafiosos que buscan el liderazgo delictivo al interior de los centros.
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