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Madre Teresa de Calcuta Madre Teresa de Calcuta  (AFP or licensors)

Roche: Madre Teresa, gran testigo de esperanza para los descartados

El Cardenal Prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos explica la decisión del Papa de inscribir a la Santa en el Calendario del Rito Romano el 5 de septiembre como memoria facultativa: ?La inclusión de esta celebración nos ayuda a contemplar a esta mujer, faro de esperanza, peque?a en estatura, pero grande en amor, testigo de la dignidad y del privilegio del servicio humilde en defensa de toda vida humana y de todos los que han sido abandonados?.

Cardenal Arthur Roche *

El 24 de diciembre de 2024, día en el que el Papa Francisco abrió la puerta de la Basílica Vaticana, marcando el inicio del Año Jubilar de la Esperanza, el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos emitió un Decreto en nombre del Santo Padre (Prot. n. 703/24), por el que la celebración de Santa Teresa de Calcuta, virgen, fue introducida en el Calendario del Rito Romano el 5 de septiembre como memoria facultativa.

Esta inserción querida por el Santo Padre en respuesta a las peticiones de obispos, religiosos y asociaciones de fieles, y después de haber bien considerado la influencia de la espiritualidad de Santa Teresa de Calcuta en todo el mundo, quiere proponerla como testimonio excepcional de esperanza para los que han sido descartados en la vida.

Junto con el Decreto se publican, en latín, los textos que deben añadirse a todos los Calendarios y Libros Litúrgicos para la celebración de la Misa y la Liturgia de las Horas, así como al Martirologio Romano.

Corresponde ahora a las Conferencias Episcopales traducir, aprobar y, tras la confirmación de este Dicasterio, publicar los textos litúrgicos para esta celebración, como prevén las normas vigentes (cf. Carta Apostólica en forma de Motu proprio Magnum principium).

En la homilía de la Celebración Eucarística en la que tuvo lugar el Rito de Canonización de Santa Teresa de Calcuta (4 de septiembre de 2016), el Papa Francisco se refirió a ella como una generosa dispensadora de la misericordia divina que, como la «sal» que todo lo sazona y la «luz» que ilumina las tinieblas, impregnaba todo lo que realizaba.

Esta Sierva de los últimos entre los últimos es, por tanto, un auténtico icono del Buen Samaritano. «Su misión en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales -como observó el Santo Padre en su homilía- permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios a los más pobres entre los pobres».

En los textos litúrgicos de esta celebración, la Colecta nos revela el corazón de su espiritualidad: la llamada a saciar la sed de Jesucristo en la Cruz respondiendo con amor a las necesidades de los más necesitados. Por eso, imploramos a Dios Padre que, imitando su ejemplo, sirvamos a Cristo presente en nuestros hermanos que sufren.

Para el Leccionario, la primera lectura es un texto del profeta Isaías sobre el ayuno que agrada a Dios (cf. Is 58,6-11), seguido del Salmo 33: «Bendeciré al Señor en todo tiempo».

El Evangelio, precedido del Aleluya que destaca la revelación de los misterios del Reino a los más pequeños (cf. Mt 11,25), contiene el hermoso texto del Evangelio según San Mateo que, tras enumerar las obras de misericordia, contiene las siguientes palabras que la Madre Teresa hizo revivir de manera maravillosa: «cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron» (Mt 25,40).

En cuanto a la Liturgia de las Horas, después de la nota hagiográfica, la segunda lectura del Oficio de Lecturas es un texto tomado de la carta que la Santa escribió al Padre Joseph Neuner en 1960, en la que, abriendo su alma, manifiesta la oscuridad de la ausencia de Dios con la que vivió durante muchos años, pero que ofreció gozosamente a Dios, para que, soportando fielmente esta prueba, muchas almas se iluminaran.

Los textos litúrgicos concluyen con el elogio del Martirologio Romano, que ahora la sitúa en el primer lugar de las celebraciones del 5 de septiembre.

Que la inclusión de esta celebración en el Calendario Romano General nos ayude a contemplar a esta mujer, faro de esperanza, pequeña en estatura, pero grande en amor, testigo de la dignidad y del privilegio del servicio humilde en defensa de toda vida humana y de todos aquellos que han sido abandonados, descartados y despreciados incluso en el escondite del seno materno.

* Prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos

 

 

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12 febrero 2025, 11:40