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El ?Santo Rostro? retratado en la moneda del siglo XV elegida por la Biblioteca Vaticana para celebrar el Jubileo El ?Santo Rostro? retratado en la moneda del siglo XV elegida por la Biblioteca Vaticana para celebrar el Jubileo 

La devoci¨®n en una moneda que se convierte en s¨ªmbolo del Jubileo

Las iniciativas del Medagliere de la Biblioteca Vaticana para el Jubileo 2025 sacan a la luz los significados m¨¢s aut¨¦nticos de la ±è±ð°ù±ð²µ°ù¾±²Ô²¹³¦¾±¨®²Ô en la Edad Media. Una peque?a moneda del siglo XV elegida protagonista del Jubileo 2025

Fausta Speranza - Ciudad del Vaticano

Doce milímetros de diámetro para una pieza metálica sin valor. Estas son las características físicas de la moneda que la Biblioteca Apostólica Vaticana ha elegido, entre las 2000 que posee, para celebrar el Jubileo de 2025. La magnífica profundidad histórica y simbólica que encierra la pequeña moneda se revela en las palabras de Eleonora Giampiccolo, directora del Medagliere de la Biblioteca, que nos proyectan al corazón de la sensibilidad del peregrino de la Edad Media, en una conexión ideal de fe.

El «Rostro Santo»

Descubrimos que se trata de un «picciolo» de la ceca de Roma emitido durante el pontificado de Nicolás V Parentucelli (1447-1455) con ocasión del Jubileo de 1450. Mientras que el reverso lleva las llaves decusadas y la leyenda NI PP V, Nicolaus Pontifex Pontificum Quintus, el anverso representa el «Rostro Santo» o Velo de la Verónica. La sensación es la de percibir algo del espíritu que animaba a los peregrinos que desde todas partes de Europa anhelaban durante la Edad Media ir a la tumba del apóstol Pedro, así como a la del apóstol Pablo. De hecho, la referencia al Rostro Santo evoca una de las reliquias más significativas del cristianismo en Europa durante la Edad Media, conservada en la Basílica Vaticana, de la que la peregrinación fue el fenómeno más importante.   

La importancia de las excavaciones encargadas por Pío XII

Por lo que respecta al Medagliere, fue fundamental la contribución de las excavaciones arqueológicas en la zona de la Confesión de la Basílica Vaticana, encargadas por Pío XII y que duraron de 1940 a 1949, y que sacaron a la luz lo que se ha reconocido como la primera tumba de San Pedro y los restos del trofeo de Gaio en el área ocupada por una necrópolis pagano-cristiana del siglo I. Y precisamente cerca de la tumba resurgieron también las monedas conservadas en el Medagliere de la Biblioteca Vaticana, testimonio de la devoción al «Príncipe de los Apóstoles» expresada por peregrinos de toda Europa hasta la construcción de la nueva basílica vaticana iniciada por Julio II en 1506.

El estuche con la moneda elegida por la BAV para celebrar el Jubileo
El estuche con la moneda elegida por la BAV para celebrar el Jubileo

Nuevo catálogo en breve

Hay unas dos mil monedas reunidas en el fondo denominado Tumba de San Pedro. Fueron enumeradas, con una descripción sumaria y a veces no exenta de imprecisiones con respecto a los estudios más recientes sobre el tema, por el entonces conservador del Medagliere Camillo Serafini en un apéndice del volumen Exploraciones bajo la confesión de San Pedro en el Vaticano realizado en los años 1940-1949. Informe editado por B.M. Apollonj Ghetti, A. Ferrua, E. Josi. E. Kirschbaum, publicado en 1951. Pero en 2025, gracias al apoyo del Instituto para las Obras de Religión y a la colaboración de varios estudiosos italianos y extranjeros, el Medagliere de la Biblioteca podrá por fin publicar un nuevo catálogo científico.

Anverso de la moneda elegida por la BAV para el Jubileo 2025
Anverso de la moneda elegida por la BAV para el Jubileo 2025

 

Una moneda que ha recorrido una corta distancia

El número de monedas es significativo en cuanto a hallazgos, pero representa un porcentaje muy pequeño de las que se dejaban continuamente en la tumba de San Pedro o cerca de ella. De hecho, se sabe que eran recogidas diariamente por los limpiadores de la basílica. Además, por un informe del cardenal Jacopo Caetani degli Stefaneschi, sabemos que sólo en el Año Santo del 1300, las monedas ofrecidas al Apóstol y recogidas por el personal ascendieron a 30.000 florines. Denarios, peniques, chelines, representan modestas ofrendas de escaso valor intrínseco, a excepción de un tremís de oro de la ceca de Lucca depositado, según la tradición, por Carlomagno durante uno de sus viajes a Roma. En muchos casos están indudablemente arruinadas, pero la prueba del uso generalizado de la moneda como ofrenda devocional está intacta. Una ofrenda que el peregrino guardaba amorosamente durante el viaje para donarla a su llegada a tumbas y altares, como recuerdo de su lugar de origen y como memoria de la experiencia del camino. En este sentido, como señala el Dr. Giampiccolo, la pequeña moneda elegida como «protagonista» del Jubileo que estamos viviendo, al haber sido acuñada en la ceca de Roma, ha recorrido una corta distancia y puede recordarnos que, más allá de la duración y la fatiga del viaje, es el estado de ánimo adecuado el que abre la experiencia de la fe.

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05 febrero 2025, 14:39