Caccia: Que la tecnología espacial sirva a la causa de la paz
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Reafirmar el uso pacífico del espacio ultraterrestre como un bien común de toda la humanidad que «debe tener prioridad sobre los estrechos intereses nacionales y comerciales»; garantizar que tal espacio siga siendo un ámbito de cooperación y beneficio mutuo, «fomentando un entorno en el que el progreso de hoy contribuya a la prosperidad y la armonía de mañana»; y prohibir su militarización, que plantea graves riesgos para la seguridad espacial y la sostenibilidad a largo plazo «ya que los desechos en la órbita terrestre baja obstaculizan el uso pacífico de este ámbito cada vez más vital». Estas son las peticiones que el arzobispo Gabriele Giordano Caccia, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Nueva York, presentó el miércoles 30 de octubre, en dos declaraciones separadas ante los órganos competentes que se ocupan de la cooperación internacional en los usos pacíficos del espacio ultraterrestre.
La actualidad del mensaje de Pablo VI
Retomando el mensaje pronunciado el 6 de agosto de 1968 por Pablo VI en la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la exploración y la utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos (quien, en plena «Guerra Fría», subrayó que los avances de la tecnología espacial debían servir a la causa de la paz), Caccia señaló que «casi sesenta años después, mientras la comunidad mundial sigue enfrentándose a las dolorosas realidades de los conflictos armados y la militarización en curso, estas mismas palabras conservan su potencia como advertencia crucial a toda la comunidad internacional». La Santa Sede, invocando el «sentido compartido de la responsabilidad» que figura en las directrices del Tratado sobre la materia, insta a los Estados a orientar los rápidos avances tecnológicos y el creciente acceso a los servicios por satélite hacia fines puramente civiles.
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