Badreddin Wais, de refugiado sirio a faro de esperanza en el ciclismo internacional
Mario Galgano - Enviado a Zurich
Ahmad Badreddin Wais, nacido en 1991 en Alepo, Siria, empezó a andar en bicicleta a los 14 años. Su pasión le llevó a aterrizar en la capital, Damasco, donde se incorporó al equipo nacional de ciclismo. El estallido de la guerra lo obligó a abandonar el país en 2014 para huir a Europa y encontrar un nuevo hogar en Lausana, Suiza. Allí siguió entrenando y, desde 2017, participó en varios campeonatos del mundo de contrarreloj en ruta organizados por la UCI, la unión ciclista internacional.
El encuentro con el Athletica Vaticana
El domingo 29 de septiembre, Wais participó en el campeonato mundial de ciclismo en Zurich, donde se reunió con Rien Schuurhuis, representante del Athletica Vaticana. Los dos se encontraron poco antes de la carrera e inmediatamente encontraron en el deporte un punto de encuentro, capaz de "unir a los pueblos", como afirma Badreddin Wais en Radio Vaticano - Pope. A través de la nueva amistad con el corredor vaticano, Wais tomó conciencia de las bondades del proyecto Athletica, que se compromete especialmente a apoyar a los atletas de países desfavorecidos, como subraya Schuurhuis.
Los Juegos Olímpicos como objetivo
La historia de Wais es la de un viaje inspirador. De joven deportista en un país devastado por la guerra a faro de esperanza en el ciclismo internacional. Como "atleta refugiado" y becario del COI, Wais no sólo ha logrado éxitos deportivos, sino que también ha demostrado cómo se pueden tender puentes y unir a las personas. Su participación en el Campeonato Mundial de Ciclismo de Zurich es un capítulo más de su notable carrera, que mantiene vivas sus esperanzas de participar en los próximos Juegos Olímpicos.
El homenaje a Muriel Furrer
Antes de la carrera, el domingo se guardó un minuto de silencio en memoria de Muriel Furrer, la ciclista de 18 años que falleció tras un grave accidente en la carrera juvenil en ruta de Zúrich. El accidente, en el que la joven deportista sufrió un grave traumatismo craneoencefálico, se produjo el jueves. Furrer fue trasladada inmediatamente al hospital en helicóptero y murió el viernes a causa de sus heridas. Su trágica historia conmovió a muchas personas y les recordó lo peligroso que puede ser el deporte. Schuurhuis y Wais estaban en primera fila para presentar sus respetos.
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