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Sor María Ignazia Angelini, religiosa benedictina del monasterio de Viboldone Sor María Ignazia Angelini, religiosa benedictina del monasterio de Viboldone

Retiro sinodal, Madre Angelini: La sed de Dios es el alma de la libertad

La introducción de la religiosa benedictina en las Laudes que inauguró esta mañana el retiro espiritual dedicado a los miembros, delegados fraternos e invitados especiales en la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.

Isabella Piro – Ciudad del Vaticano

«La sed de Dios, fuente oculta de los diálogos sinodales»: sor María Ignazia Angelini, religiosa benedictina del monasterio de Viboldone, en Italia, centró su reflexión sobre este tema esta mañana, lunes 30 de septiembre, en la nueva sala del Sínodo. Sus palabras introdujeron la celebración de Laudes en el retiro espiritual dedicado a los miembros, delegados fraternos e invitados especiales en la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se inaugurará el próximo miércoles 2 de octubre. En la inauguración, el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, dirigió un breve saludo a los presentes, expresando su agradecimiento por "la alegría, la sonrisa, el entusiasmo, la pasión por Jesús" que se podía sentir en el salón.

TEXTO INTEGRAL DE LA MEDITACIÓN DE SOR MARÍA IGNAZIA ANGELINI

Habitar en el evangelio

Centrando su reflexión en el Salmo 41 ("Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo"), sor Angelini destacó cómo "esa sed secreta, innombrable que llevamos dentro" es "el alma de la libertad, una sed que corresponde a la sed de Dios". Las culturas del mundo contemporáneo, añadió, «dudan en exponerse a esta sed, en integrarla en sus sistemas simbólicos, luchan: están tan afectadas por la lógica de los negocios, del poder, del mercado, de la aptitud. O por lógicas evasivas que persiguen sueños de libertad como autodeterminación". Pero la verdadera sed es la del Dios vivo, es "habitar en el Evangelio".

La misión confiada a la Iglesia en el desierto contemporáneo

Sor Angelini invitó luego a los presentes a mirar la próxima Asamblea sinodal como un "lugar donde el Espíritu apaga nuestra sed en el deseo de conformar nuestra Iglesia a la ardua misión que el Señor, hoy en este desierto, le confía". Memoria y esperanza fueron los dos principios señalados por la religiosa: "La memoria de un pasado, aunque hermoso, pero ahora archivado - dijo - debe transformarse en humilde esperanza", cuyas razones podemos encontrar "en la Eucaristía que apaga nuestra sed".

La grandeza de Jesús en la pequeñez de un niño

Luego, mirando a san Jerónimo, cuya memoria litúrgica se realiza hoy, "atento escrutador de la Escritura, hasta dejarse transformar por ella", sor Angelini se centró en el pasaje del Evangelio de hoy (Lc 9, 46-50), en el que Jesús resalta la grandeza de ser tan pequeño como un niño. La Palabra de Dios, explicó la religiosa, es "inquietante" y "nos reposiciona a todos" gracias a la comparación con "la medida de la verdad: lo pequeño, o más bien lo mínimo" encarnado por Cristo.

Diálogo y no dialogismos

Pero hoy, se pregunta la religiosa benedictina, ¿cómo podemos identificar "a los más pequeños"? Es decir, ¿el niño indefenso, el joven perdido, el prisionero, el migrante, el anciano abandonado, la mujer no escuchada? La respuesta "decisiva" está precisamente en la Iglesia sinodal, afirmó sor Ignazia, y en ese "arte del diálogo" que nace de la Palabra de Dios y acaba siendo una alternativa a todos los dialogismos que "más o menos conscientemente llevamos en nuestros corazones".

Sin conexión con Cristo, la misión es sólo voluntariado

Finalmente, la religiosa analizó la pregunta planteada en el origen del actual camino sinodal: «¿Cómo ser una Iglesia sinodal en misión? ¿Cómo puede concretarse la identidad del Pueblo de Dios sinodal en misión en las relaciones, caminos y lugares en los que se desarrolla la vida de la Iglesia? De ahí su advertencia de que la misión sea ser con Jesús revelado en un niño, ya que sin este vínculo con Él se acaba haciendo "a lo sumo un buen voluntario". El mismo vínculo, afirmó, debe observarse con la Creación, ya que "en el Verbo que se hizo carne" debemos incluir también "las no palabras del sol, de las estrellas, del cosmos". "Las estrellas no son Dios, sino sus criaturas - concluyó - y los cielos narran la gloria de Dios".

El programa del retiro espiritual

Después de la reflexión de sor Angelini, el retiro espiritual está marcado por dos meditaciones del padre dominico Timothy Peter Joseph Radcliffe, del monasterio de Oxford. Por la tarde se celebrará una Misa en el altar de la Cátedra de la Basílica Vaticana. El retiro finalizará mañana por la mañana, 1 de octubre, mientras que, por la tarde, a las 16,00 horas, en el Aula Pablo VI, se realizarán grupos de intercambio según el método de la "conversación en el espíritu". Finalmente, a las 18.00 horas se celebrará una vigilia penitencial en la Basílica de San Pedro, en presencia del Papa Francisco.

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30 septiembre 2024, 18:20