Presentado el libro sobre el verdadero espíritu de las Olimpíadas
Giancarlo La Vella - Roma
"Pensando en el valor de la tregua olímpica, mi esperanza es que el deporte pueda concretamente construir puentes, derribar barreras, favorecer relaciones de paz". Bastan unas pocas palabras al Papa Francisco para encontrar la clave eficaz y adecuada para hacer que la actividad competitiva, a cualquier nivel, sea un importante volante para mirar, a través del deporte, hacia un futuro de diálogo y de paz. Hay esto y mucho más en el volumen "Juegos de paz, el alma de las Olimpíadas y Paralimpíadas", publicado por la Libreria Editrice Vaticana, dirigido por Vincenzo Parrinello y promovido por Athletica Vaticana. El prefacio del Papa Francisco, presentación a gran estilo de este libro, traza las líneas fundamentales para comprender bien y dar el justo sentido a las 85 historias de atletas olímpicos y paralímpicos contenidas en las páginas de una especie de guía, para comprender mejor también los grandes acontecimientos deportivos que hemos vivido en este 2024 y que viviremos en las próximas semanas. Todas las disciplinas ofrecieron espectáculo y excelencia.
Un libro olímpico en el Estadio Olímpico
"Juegos de Paz" fue presentado en un lugar tan emblemático como el Estadio Olímpico de Roma. Precisamente en esta instalación, creada para los Juegos Olímpicos de 1960 -se recordó-, se celebraron los primeros Juegos Paralímpicos. Sacrificio, lealtad, compromiso, se dijo en los diversos discursos moderados por Alessandro Gisotti, subdirector editorial del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, son las características que hacen de la actividad deportiva algo que no es un fin en sí mismo. Las victorias, los récords, las medallas y las copas son importantes, pero lo es aún más cómo el deporte consigue contaminar positivamente a la sociedad civil con sus valores. Ante los micrófonos de Radio Vaticano-Pope, el editor Vincenzo Parrinello habló de la característica esencial del volúmen: "Este libro, recordando la tregua olímpica que se observaba en los Juegos de la antigua Grecia, se dirige a todos, para enseñar que el deporte no es la victoria a toda costa, sino un bagaje de valores que pueden ayudar al mundo a encontrar la paz, un bien que debe perseguirse en todo contexto humano y social".
Cardenal de Mendonça: que nadie compita solo
Es la gran humanidad que impregna el verdadero deporte, lo que hace del mundo de la competición, ya sea de aficionados o de campeones, algo apasionante y atractivo, que tiene todo el potencial de ser maestro de vida. En su discurso, el Cardenal Josè Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, recordó cómo, junto a la pasión, es necesario el compromiso: "Nadie nace campeón, sino que puede llegar a serlo a través de un entrenamiento intenso y constante". Una conclusión evangélica en palabras del cardenal, recordando, con el Sermón de la Montaña de Jesús, a quienes practican la actividad competitiva con dedicación y sacrificio: "Bienaventurados los que practican el deporte, porque de ellos es también el Reino de los Cielos".
El modelo deportivo
¿Por qué, como sucede en el deporte, también en la vida fuera de él, no hay plena inclusividad, ni discriminación, ni dignidad plena para los que ganan, pero tampoco para los que pierden? Esta fue la provocadora pregunta planteada por Luca Pancalli, Presidente del Comité Paralímpico Italiano. Su intervención siguió a las de Marco Mezzaroma, presidente de Deporte y Salud, y Silvia Salis, vicepresidenta adjunta del Comité Olímpico Italiano. Después fue el turno de los conmovedores testimonios de los atletas. Como Amelio Castro Grueso, atleta paralímpico colombiano, la afgana Maria Sharifi y otros: protagonistas de hechos dramáticos que el deporte que practican consiguió convertir en positivos.
Cita en París, pasando por Gibraltar
La presentación de los "Juegos de Paz" concluyó con un momento altamente simbólico: la entrega de dos testigos, los mismos que se utilizan en las carreras de relevos por equipos, bendecidos por el Papa Francisco, a dos atletas de Athletica Vaticana, la asociación competitiva multideportiva de la Santa Sede. Serán llevados dentro de unos días a Gibraltar, donde el próximo sábado se celebrará el Campeonato del Mundo de los pequeños países europeos, y después a los Juegos Olímpicos de París 2024, para que sean realmente "Juegos de Paz".
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