Dispensario Santa Marta, el Día de la Madre bajo el signo de la solidaridad
Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano
Es uno de los gestos más naturales e instintivos que hace una mujer cuando tiene en brazos a un bebé que llora y tiene hambre. Es un gesto que incluso el Papa Francisco ha invitado a hacer varias veces a las madres que se sentían apenadas por el llanto de sus hijos en la Capilla Sixtina. Un gesto que es expresión de la ternura de Dios, como subrayó en la audiencia general en el Aula Pablo VI el 21 de octubre de 2020.
Me llamó la atención ese niño o niña que lloraba. Y veía a la madre abrazando y amamantando al niño y pensaba: «así hace Dios con nosotros, como esa madre». Con qué ternura trataba de mover al bebé, de amamantarlo. Son imágenes preciosas. Y cuando esto sucede en la Iglesia, cuando un bebé llora, sabes que allí está la ternura de una madre, como hoy, está la ternura de una madre que es el símbolo de la ternura de Dios con nosotros.
Cómo donar
No todas las madres pueden amamantar a sus bebés, a menudo esto se siente como culpa o incapacidad. Son pensamientos agobiantes, por eso la idea del Dispensario Santa Marta no es sólo satisfacer una necesidad, sino también proporcionar alivio a las mujeres que se sienten inseguras y frágiles ante la maternidad. Durante esta semana, que concluye con el Día de la Madre, el 12 de mayo de 2024, será posible llevar paquetes de leche en polvo directamente al Dispensario, abierto de lunes a viernes de 8.30 a 17.30 horas y situado en la entrada del Perugino del Vaticano. Otra posibilidad es hacer una donación a la Limosnería Apostólica, especificando en el motivo de la donación que se destina a la compra de leche artificial.
Todo empezó con una donación de leche en polvo
La iniciativa sigue lo ya hecho en el pasado, en 1921, por Dula Draeck, accionista de una empresa americana de leche en polvo, que hizo una donación al Papa y pidió a Benedicto XV que creara un servicio de distribución para los niños pobres de Roma. Una idea muy importante para la población probada por la guerra y plenamente acogida por el Pontífice, que pensó inmediatamente en el Dispensario Santa Marta, instituido por voluntad de Pío XI el 8 de mayo de 1922, y confiado entonces como ahora al cuidado de las monjas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Hoy la directora es Sor Anna Luisa Rizzello y el presidente de la fundación es el limosnero, cardenal Konrad Krajewski.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí