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Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano

Cooperar en la promoción integral de la humanidad: éste es el objetivo de la Santa Sede en el seno de la comunidad internacional, donde, como sujeto de derecho, "desea apoyar una idea de convivencia que sea fruto de relaciones justas, del respeto de las normas internacionales, de la protección de los derechos humanos fundamentales empezando por los de los últimos, los más vulnerables". Así lo ha explicado monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, interviniendo en la tarde de ayer, 19 de abril, en la "Jornada del Derecho", organizada por la Archidiócesis de Pescara-Penne con el Tribunal Eclesiástico, la Unión de Juristas Católicos y la Asociación Diocesana de Canonistas.

En su discurso, titulado "La Santa Sede y el Derecho Internacional - Experiencias", el arzobispo subrayó que "la Santa Sede quiere tejer un 'diálogo proactivo' con el mundo, a nivel institucional" y que "la Iglesia se preocupa del hombre y de su comunidad, en todos los niveles en que ésta se organiza". Una de sus características es, pues, "la neutralidad", porque las personas que la componen "no tienen fronteras", lo que le permite "ser un defensor cualificado de la primacía de la paz en la asamblea de los Estados y de las soluciones negociadas en caso de controversias internacionales".

Intentos de facilitar el diálogo entre Rusia y Ucrania

En cuanto a las actividades de mediación ofrecidas por la Santa Sede a la comunidad internacional, el Secretario para las Relaciones con los Estados, se detuvo en la acción humanitaria, aún en curso, "en favor de la repatriación de los menores ucranianos desplazados en la Federación Rusa" tras la "agresión" de esta última hace dos años contra Ucrania, esperando que los procedimientos "se aceleren y que crezca la confianza entre las partes implicadas".

Desde el comienzo de las hostilidades "la Santa Sede no ha permanecido inactiva", dijo Gallagher, y varios fueron sus intentos, "antes del estallido de la guerra, de ofrecer una facilitación para el diálogo entre las partes, en el respeto del derecho internacional y de la integridad territorial", para mantener conversaciones entre ambos países e invitarles "a una solución negociada".

El diplomático vaticano recordó también la visita personal del Papa Francisco al embajador ruso acreditado ante la Santa Sede el 25 de febrero de 2022, así como "el diálogo con el Patriarca Kirill, el envío de ayuda a Ucrania con los cardenales Michael Czerny y Konrad Krajewski" y "los numerosos llamamientos públicos", en particular "durante el rezo del Ángelus dominical, con un llamamiento fuerte y decidido a una paz justa".

La acción humanitaria coordinada por el cardenal Zuppi

La labor de la Santa Sede "pasa a menudo desapercibida para no restarle eficacia", añadió monseñor Gallagher, que sin embargo quiso citar, "entre las acciones humanitarias llevadas a cabo", la iniciativa coordinada por el cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, para "proteger a los menores en las zonas de guerra y, en particular, favorecer el reencuentro de los niños con sus familias".

Se trata de niños ucranianos -y entre ellos también huérfanos y menores sin cuidado parental- que han sido llevados a Rusia, "confiados a otras familias, alojados en centros de asistencia social y orfanatos, o colocados en centros de formación inadecuados para su estancia", en algunos casos recogidos "por las autoridades rusas en operaciones de control en zonas ucranianas". "Todavía es difícil conocer la situación exacta de muchos de ellos", dijo el prelado, que subrayó el carácter diplomático de lo que está haciendo el cardenal.

Se trata de una "acción humanitaria en favor de los menores en territorios de conflicto armado" que se "lleva a cabo en coordinación no sólo con la Sección para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales", sino también "con las dos nunciaturas apostólicas implicadas que prestan asistencia en sus respectivos países". El tema de los menores, entre otros, "también es seguido por Qatar y Unicef, y por algunas ONG", pero "de momento, los esfuerzos siguen siendo complementarios y no conjuntos".

Procedimientos para la repatriación de menores ucranianos

En la práctica, tras las conversaciones con las autoridades civiles de Rusia y Ucrania, tuvo lugar el intercambio de la lista de menores denunciados, se crearon entonces "grupos de trabajo estables para comunicarse entre sí con la participación de las Representaciones Pontificias" y se inició entonces un "intercambio regular de información". Son las dos nunciaturas las que facilitan los encuentros entre el cardenal Zuppi y las autoridades civiles y luego siguen la "repatriación de los menores" propiamente dicha. "No faltan las dificultades", subraya monseñor Gallagher, refiriéndose también a la "complejidad de proporcionar información precisa sobre los menores de ambas partes y al número aún reducido de repatriaciones".

El Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile

Otro ejemplo de la intervención de la Santa Sede a nivel internacional es la histórica "mediación propuesta para resolver las tensiones entre Argentina y Chile por el Canal de Beagle". Hace ahora cuarenta años que se firmó en el Vaticano el Tratado de Paz y Amistad que puso fin -tras "un largo y complejo camino que concluyó feliz, justa y pacíficamente"- a la disputa entre ambos países por la soberanía del estrecho en el archipiélago de Tierra del Fuego. Para el Secretario de Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, el acuerdo - "dos miembros de la comunidad internacional que, renunciando al uso de la fuerza, se comprometen solemnemente a respetar todas las normas del derecho internacional y a promover la cooperación bilateral, en un espíritu de amistad, buena fe y comprensión mutua"- es "un ejemplo a seguir e imitar por el mundo entero".

Comunión a través de la mediación

Y si a menudo se afrontan "problemas complejos" para los que no parece haber soluciones sencillas, "esto no debe ser, sin embargo, una excusa para replegarse en la esfera privada o limitarse a observar los acontecimientos", concluyó monseñor Gallagher, proponiendo, en este sentido, la indicación de método ofrecida por el Papa Francisco, en su discurso del 21 de junio de 2013 a los representantes pontificios: ser mediadores, que con la mediación hacen comunión, y siempre hacen las cosas con profesionalidad.