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Federico Piana - Ciudad del Vaticano

"Hoy, más que nunca, se pide a los ministros de la Misericordia una preparación teológica, espiritual, pastoral y jurídica profunda y actualizada sobre el ejercicio del ministerio del confesor". Esta sencilla frase de monseñor Krzysztof Nykiel encierra el profundo significado de la 34ª edición del Curso sobre el Fuero Interno que se está celebrando en la basílica romana de San Lorenzo in Damaso. El regente de la Penitenciaría Apostólica explica a los medios vaticanos que el evento -que concluye hoy, 8 de marzo, con una audiencia con el Papa y la participación en una ceremonia penitencial- está dirigido a sacerdotes y candidatos a las órdenes sagradas: "También este año se han abordado los diversos temas inherentes a su ministerio, con la esperanza de poder ofrecer un servicio útil sobre todo a aquellos hermanos que han comenzado, o comenzarán pronto, la celebración de este sacramento", afirma monseñor Nykiel.

Praxis litúrgica e indulgencias

El Curso se centró en particular en la naturaleza y especificidad de las censuras e irregularidades canónicas, con especial atención a los casos reservados a la Penitenciaría Apostólica, y profundizó en las actitudes del confesor ante las principales categorías de penitentes. "Además - detalló el regente - algunos ponentes ilustraron la praxis litúrgica del sacramento, el valor de las indulgencias y algunas orientaciones útiles respecto a los supuestos casos de posesión diabólica en los que a veces puede encontrarse el confesor".

De cara al Jubileo 

En su Lectio Magistralis pronunciada en la apertura del Curso, el Cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor, recordó que el Sacramento de la Reconciliación es crucial en el Jubileo y que este aspecto a menudo se olvida o se ignora deliberadamente. Con la mirada puesta en el Año Santo de 2025, que está a punto de llegar, monseñor Nykiel subrayó que "la reconciliación sacramental es la razón misma de todo Jubileo". Por ello, es fundamental la invitación dirigida a los sacerdotes por el cardenal Piacenza, en sintonía con el Papa Francisco, para que se dediquen con alegría, generosidad y pasión a administrar este sacramento. Un objetivo que solo podrá alcanzarse si, sostiene el Regente, "cada sacerdote experimenta personalmente la renovación espiritual confesándose él mismo con frecuencia y demostrando en el confesionario la máxima acogida y amabilidad ante el penitente".

Práctica decreciente

En estos tiempos en los que la comprensión de la fe, especialmente en Occidente, se ha ido desvaneciendo poco a poco, los retos más acuciantes a los que se enfrentan los confesores son muchos. Monseñor Nykiel explica que "en muchos países occidentales parece disminuir el número de fieles que se acercan con frecuencia al sacramento de la confesión. La razón hay que buscarla en la pérdida del sentido del pecado". A esta pérdida de conciencia han contribuido las corrientes del pensamiento moderno: del relativismo al ateísmo; del idealismo al materialismo. "Todas juntas, a lo largo del tiempo, han conducido a una supresión de toda responsabilidad moral y ética, en virtud de la cual todo es permisible, todo está permitido. La opinión personal se convierte en la única verdad", añade el Regente, según el cual "la Iglesia está llamada a relanzar más que nunca el anuncio de la Divina Misericordia a través del redescubrimiento del sacramento de la confesión".

El reto de la IA

Una de las ponencias del curso estuvo dedicada a la Inteligencia Artificial (IA) y sus implicaciones en el ámbito del Fuero Interno. "El uso o abuso de estas tecnologías en las que ya estamos inmersos -concluyó Nykiel- afecta a nuestro comportamiento y determina también muchas de nuestras acciones. Y es inevitable que esto repercuta en todo lo relacionado con el Sacramento de la Reconciliación". Para la Iglesia, se trata de un reto que hay que afrontar con el estudio y la profundización constantes.