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“Tomar conciencia del don y el valor de la mujer y a favorecer las mejores prácticas para promover el rol de la misma dentro de la sociedad, como también para prevenir cualquier tipo de violencia y exclusión en las Américas” Estas las palabras de monseñor Juan Antonio Cruz Serrano,  Observador Permanente de la Santa Sede  ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), con ocasión de la sesión ordinaria del Consejo Permanente y en la conmemoración del Día de la Mujer en las Américas.

Establecido en 1982 por la Asamblea General de la OEA, el Día Mundial de la Mujer de las Américas se celebra cada año el 18 de febrero para conmemorar la creación de la Comisión Interamericana de las Mujeres (CIM) en 1928. Dicha comisión fue la primera organización intergubernamental diseñada específicamente para enfocar las necesidades civiles y políticas de las mujeres en las Américas. En 1933, fue la primera organización internacional en presentar una resolución para el sufragio internacional de las mujeres y, en 1938, obtuvo el primer reconocimiento internacional de los derechos políticos y civiles de las mujeres y la primera resolución sobre la violencia contra la mujer. Desde entonces sigue siendo un punto de referencia para la defensa y promoción de los derechos de la mujer en el continente.

Admirable entrega y ardiente fe

En su intervención, monseñor Cruz Serrano destacó las palabras del Papa Francisco que, en numerosas ocasiones, ha resaltado el rol de la mujer en la sociedad y en la Iglesia. De modo particular, la fuerza y el don de las mujeres en llevar adelante tareas de educación, trabajo, de transmisión de cultura y de fe.

El representante vaticano puso como ejemplo las palabras del Pontífice al referise a las mujeres de la Amazonia: “Hay comunidades que se han sostenido y han transmitido la fe durante mucho tiempo, gracias a la presencia de mujeres fuertes y generosas […]. Durante siglos las mujeres mantuvieron a la Iglesia en pie en esos lugares con admirable entrega y ardiente fe”.

Una contribución única

El Observador Permanente ante la OEA, puso de relieve que la Santa Sede, a través de sus instituciones y obras, enfatiza, valora y promueve la aportación irremplazable de la mujer, así como su dignidad más profunda. “No solo por ser fuente de vida, vocación sin la cual la humanidad no podría realizarse, sino también, por la contribución única que desde su feminidad aporta, enriqueciendo y engrandeciendo a nuestra sociedad y todas las instituciones donde la mujer participa”, señaló el prelado vaticano.

Monseñor Cruz Serrano, reiteró, sin embargo,  que la Santa Sede considera que la organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad la dignidad y los derechos de las mujeres, de allí su llamamiento a los miembros de la OEA a garantizar y defender los derechos que tienen las mujeres dentro de la sociedad, así como también el rol único e irremplazable que tienen dentro de la misma Iglesia.