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Roberta Barbi - Ciudad del Vaticano

La paz es el tema principal que el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, eligió para su homilía en Malakal, Sudán del Sur, donde se encuentra de viaje desde el 2 de febrero. La paz como antídoto contra los falsos "dioses" o "ídolos", como la codicia de dinero y poder, el hambre de control y dominación, y la exclusión derivada del nacionalismo y el tribalismo, que siguen destruyendo la vida de los demás y han "devastado" el propio país.

El cardenal celebró una misa con motivo de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata de seres humanos, pero estos días también se cumple el primer aniversario de la peregrinación ecuménica que el Papa Francisco realizó al país africano junto al Primado de la Iglesia Anglicana y Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el Moderador General de la Iglesia Presbiteriana Escocesa, Iain Greenshields. Con ese viaje "se plantó la semilla de la paz", dijo el cardenal, "ahora es nuestra responsabilidad hacerla crecer".

Bakhita: una santa que enseña a "humanizar

En su reflexión, el Cardenal hizo un recorrido por la vida de Santa Josefina Bakhita, originaria de la región sudanesa de Darfur, venerada como patrona de África y de las víctimas del tráfico de seres humanos. Por este motivo, el día en que la Iglesia la conmemora litúrgicamente también ha sido designado Día Internacional de Oración por las Víctimas de la Trata de Seres Humanos. El cardenal Czerny recordó el testimonio de la santa, que sufrió mucho, fue vendida varias veces como esclava y pasó años marcados por los abusos y las privaciones. "Sin embargo, la suya es también una historia de esperanza, desde el encarcelamiento y la esclavitud hasta el encuentro con Dios en un convento de monjas", subrayó el responsable del Dicasterio, "incluso dio las gracias a sus captores, porque sin ellos no habría conocido a Jesús ni a la Iglesia".

A continuación, el cardenal recordó las palabras que el Papa dedicó a Bakhita en la audiencia del 11 de octubre de 2023: "Esta es el alma de Bakhita. En verdad, sentir piedad significa tanto sufrir con las víctimas de la gran inhumanidad del mundo, como compadecerse de quienes cometen errores e injusticias, no justificando, sino humanizando. Esta es la caricia que nos enseña: humanizar".

La llegada del Cardenal Michael Czerny a Sudán del Sur

Los falsos dioses de hoy: codicia, poder y nacionalismo

El Cardenal Czerny también se detuvo en la primera lectura propuesta por la Liturgia, tomada del Libro de los Reyes en la que Salomón, siguiendo el ejemplo de algunas de sus esposas, apartó de su corazón al Dios de sus padres, que se arrepintió y le reveló las consecuencias de su idolatría. "Las tentaciones de adorar ídolos continúan incluso hoy; los falsos dioses de hoy son diferentes de los de Salomón, pero no menos peligrosos", advirtió el cardenal, "el dios de la codicia de riqueza y dinero que nos impulsa a privar a los demás del bien común; el dios del ansia de poder, control y dominio no sólo a nivel nacional, sino también dentro de nuestras comunidades y aldeas; el dios del tribalismo y el nacionalismo que nos impulsa a excluir a los demás y a tratarlos como menos que humanos, o incluso a matarlos. Estos falsos dioses han devastado Sudán del Sur, es hora de levantarse y denunciarlos".

Un país conocido por la paz y no por la guerra

De ahí el deseo del cardenal a todo Sudán del Sur, destacando de nuevo cómo el Papa, hace un año, vino aquí en peregrinación impulsado por el Espíritu Santo para recordar a todos los habitantes del país que "Dios os llama a recorrer el camino de la paz". "El Papa Francisco vino entre vosotros como servidor del Evangelio; su visita marcó un nuevo comienzo en Sudán del Sur y tenemos el deber de seguir su ejemplo", dijo Czerny, "la unidad es el arma que poseemos para luchar contra todo lo que nos divide y nos quita la paz".

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A los nuevos diáconos: estáis llamados a construir la civilización del amor

Al concluir su homilía, el Cardenal se dirigió a los tres nuevos diáconos que ordenaría en breve, señalando que la identidad del diácono es el servicio: "Lo haréis imitando a Jesucristo, el Maestro que no vino a ser servido sino a servir. Vuestro ministerio debe estar centrado en Él, evitando toda forma de vanidad que pueda distraeros". A continuación, el prefecto anunció tres preguntas que plantearía a los nuevos diáconos para esbozar las nuevas responsabilidades que tendrán a partir de ahora: "La primera se refiere a vuestro compromiso con humildad y amor para servir al obispo, a los presbíteros y al pueblo de Dios; la segunda es mantener el misterio de la fe con conciencia, como exhorta el Apóstol, y anunciar esta fe con palabras y obras como enseñan el Evangelio y la Iglesia", enumeró, "la tercera es profundizar en un espíritu de oración adecuado a vuestro estilo de vida y en consonancia con lo que se os pide, para celebrar fielmente la liturgia". "Si aflojáis en esta responsabilidad o vaciláis en este servicio, los malos falsos dioses intentarán reclamar al pueblo de Dios y llevarlo por mal camino", concluyó, "si el pueblo va por mal camino, los problemas de este país continuarán sin solución y sin respuesta". Tenéis la gran responsabilidad de todo diácono: compartir la Buena Nueva".