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Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano

El mundo de hoy necesita una palabra de esperanza y el lema del Jubileo 2025, "Peregrinos de la esperanza, responde a una necesidad que está en el corazón de todos sin distinción": así lo señaló monseñor Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, en el encuentro nacional "Preparando o Jubileu da Esperanca", organizado los días 29 y 30 de enero por la Conferencia Episcopal Brasileña en Brasilia, en la Casa Dom Luciano, y dirigido por el Equipe de Animação do Jubileu, equipo querido por el episcopado para apoyar la organización del año jubilar en las Iglesias del país. Llegaron más de trescientos delegados de las diferentes diócesis brasileñas, entre obispos, laicos, representantes de movimientos y organizaciones; También estuvo presente el Nuncio Apostólico, Monseñor Giambattista Diquattro, quien durante el primer día de trabajo, centrado en el "Panorama de la acción evangelizadora de la CNBB", en los "Desafíos de la acción evangelizadora de la Iglesia en Brasil", en el Jubileo en la Sagrada Escritura y en el tema elegido por el Papa Francisco para la cita de 2025, destacó cómo "la Iglesia en Brasil se confirma en el ardor de la espera, el entusiasmo y la motivación en el seguimiento del único camino que es Cristo Jesús". Hoy, en el orden del día, "La celebración del Jubileo", "Propuestas para realizar el Jubileo de la Esperanza" y también una mesa redonda sobre "Las perspectivas del Jubileo en Brasil", y finalmente la conclusión con una celebración eucarística en la Basílica Santuario de San Francisco de Asís.

Hay necesidad de esperanza en el mundo de hoy

En su discurso de ayer, monseñor Fisichella explicó que el Jubileo Ordinario de 2025 "se inscribe en una tradición que desde 1300 ha visto a la Iglesia de Roma en particular prepararse para acoger a los numerosos peregrinos que llegarán a la ciudad de Pedro y Pablo para atravesar la Puerta Santa" y que el Año de Gracia "es ante todo una experiencia de fe" que permite "vivir plenamente la misericordia del Padre",así como "una propuesta pastoral que no hay que subestimar", por lo que el tema de la esperanza debe considerarse un "contenido privilegiado de la evangelización".Y precisamente al hablar de la esperanza, el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización exhortó a abrir "la mirada hacia un horizonte de sentido distinto, que no se limita al 'ahora' y al 'inmediatamente', sino que sabe ponerse en estado de espera con la debida vigilancia", señalando que la mentalidad científica, en cambio, "ha disminuido en no poca medida la necesidad de esperanza",  mientras que en cambio "nuestros contemporáneos necesitan esperanza". "Mantener viva la esperanza no es sólo una misión que los cristianos han recibido del Señor cuando los envió a anunciar su Evangelio en todas las partes del mundo", dijo el prelado, añadiendo que "hoy se convierte sobre todo en una responsabilidad, porque en la decadencia que se vive en los diversos sectores de la existencia personal y social, es urgente y necesario que se alce la voz de quienes traen una palabra y un signo capaces de mirar el presente con otros ojos".

El Jubileo una etapa en el camino de la vida

Ante los representantes de las diócesis de Brasil, monseñor Fisichella señaló que la esperanza "viene a ayudar a sostener el presente ofreciéndole el sentido que necesita" y que acompaña "las opciones que cada uno está llamado a hacer con responsabilidad"."Se espera dar sentido al presente que impone opciones de libertad para construir una existencia personal sobre la verdad de uno mismo y del mundo", aclaró, precisando que "la esperanza hace del camino de la vida una verdadera peregrinación, porque sostiene la fatiga, la incomprensión, el dolor... e infunde el sentido de alegría y serenidad que brotan precisamente de la capacidad de mirar el presente como verdadera premisa de un auténtico futuro para una vida eterna. Esta mañana, el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización esbozó el calendario general del Año Jubilar y cómo participar."Pensemos en todos los grupos que estarán presentes, como los jóvenes. Animémosles a participar y a prepararse", fue su invitación. La previsión es que asistan 1,5 millones de jóvenes. También se esperan cifras similares para otros eventos, concluyó monseñor Fisichella, reiterando que está "convencido de que el Jubileo será una gran ocasión pastoral".