Ginebra, la Misión de la Santa Sede celebra la Jornada Mundial de la Paz
Pope
Una ocasión para reflexionar y compartir más ampliamente con la comunidad diplomática en Ginebra el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, centrado este año en "Inteligencia artificial y paz". El ya tradicional encuentro de la Misión de la Santa Sede en Ginebra, que tuvo lugar ayer 30 de enero, tuvo como sede la iglesia de San Nicola di Flue, en la capital suiza, en presencia del cardenal Prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso Miguel Ángel Ayuso Guixot y de numerosos embajadores, altos dirigentes de diversos Organismos Internacionales, personal de otras misiones diplomáticas. Junto a ellos, representantes religiosos de las comunidades cristiana, judía, musulmana y budista, delegados de las ONG, fieles de la diócesis y amigos y colaboradores de la Misión de la Santa Sede en Ginebra.
El arzobispo Ettore Balestrero, Observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en Ginebra, inauguró el evento dando la bienvenida a las numerosas personas presentes en la iglesia. A continuación, el cardenal Ayuso ofreció una reflexión sobre el tema de este año para la Jornada Mundial de la Paz. Subrayó que sólo si el progreso tecnológico va acompañado de un marco ético, inspirado en la dignidad de la persona humana, el bien común y la fraternidad, podrá florecer una cultura de paz y ser posible un mundo mejor.
A continuación, los siguientes invitados compartieron breves reflexiones: Dr. Benadmon, Gran Rabino de la Comunidad Israelí de Ginebra, la señora Eberlé, Presidenta de la Iglesia Protestante de Ginebra, el Venerable Dhammika, Director del Centro Budista Internacional de Ginebra, Su Eminencia Maxime, el metropolitano de Suiza, de la Iglesia ortodoxa griega, y Cheikh Bentounès, presidente honorario de Aisa internacional. Las reflexiones estuvieron intercaladas con invocaciones de oración en árabe, chino, francés, inglés, ruso y español y con música de los coros filipinos y africanos de la parroquia. A continuación, los invitados interreligiosos recibieron una rama de olivo como regalo, como recordatorio del evento y señal de nuestros esfuerzos comunes por la paz. A continuación, el obispo de Lausana, Ginebra y Friburgo, Charles Morerod, cerró el encuentro con la oración de la paz atribuida a san Francisco de Asís.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí