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Para manifestar de forma concreta su cercanía a Tierra Santa en nombre de todos los miembros de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, la cúpula directiva realizó una "peregrinación de paz" a Tierra Santa desde el pasado 28 de diciembre hasta el próximo 3 de enero. El Gran Maestre, Cardenal Fernando Filoni, y el Gobernador General, Embajador Leonardo Visconti di Modrone, acompañados por el Director de Comunicación, François Vayne, se encuentran por tanto estos días en Jerusalén "en solidaridad y cercanía con la Iglesia local y en señal de solicitud".

En nombre de la Orden, entregan una donación como "gesto concreto de apoyo al Patriarcado Latino de Jerusalén, que es la realidad eclesial a la que la Orden está principalmente llamada a acudir en su ayuda estatutaria". Y el lunes 1 de enero, en la 57ª Jornada Mundial de la Paz, rezaron por esta tierra atormentada.

También el 1 de enero, por la mañana, el cardenal Filoni concelebró la misa por la solemnidad de María Madre de Dios presidida por el Cardenal Pierbattista Pizzaballa en la concatedral del Patriarcado latino de Jerusalén. Durante la celebración, el cardenal compartió algunas de sus reflexiones, en primer lugar, sobre el tema de la paz, "don de Dios" y "bien fundamental" que todos están llamados a buscar y defender "con valentía". "No podemos resignarnos a la violencia", dijo Filoni, asegurando a todos los fieles presentes en la misa "la solidaridad y la cercanía" de los Caballeros y Damas del Santo Sepulcro que, con sus oraciones, le acompañan en esta "peregrinación de paz".

"En tiempos tan difíciles para Tierra Santa y para toda la Iglesia, que tiene aquí su Casa Madre, quisiera decirles con qué gran afecto y preocupación todos nuestros caballeros y damas siguen los dramáticos acontecimientos que han golpeado al pueblo de Israel y al pueblo de Palestina", añadió Filoni, "es toda la población la que está sufriendo indecibles tribulaciones".

Por su parte, "la Iglesia quiere ser instrumento de paz y comprensión mutua, al tiempo que invita a todos, a través de los sentidos llamamientos del Papa Francisco y de los obispos de todo el mundo, a desistir de la violencia, a desear y buscar el camino de la convivencia respetuosa para todos los que habitan esta Tierra en la que se originó la Revelación de Dios para judíos, cristianos y musulmanes. El odio no pertenece a Dios", remarcó el Gran Maestre.

Y concluyó con una oración a María, que "después de haber sostenido en sus brazos al Niño recién nacido, sostenga y mantenga fuerte sobre sus rodillas la Tierra Santa, de la que fue hija elegida". "A ti, Madre, te confiamos esta Tierra, amada del Señor, para que abra los corazones y las mentes de los responsables de la paz y la concordia entre los pueblos", expresó.