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Alessandro Di Bussolo - Ciudad del Vaticano

Con la mente ocupada en arrojar nueva luz sobre los acontecimientos histórico-teológicos ligados a la figura de Pío XII y al Vaticano durante el período del Holocausto, pero con el corazón en Oriente Medio por lo que está sucediendo tras el ataque de los terroristas de Hamás contra Israel. Estos son los sentimientos contrapuestos que se han vivido esta tarde en la Pontificia Universidad Gregoriana, en la apertura de la conferencia internacional sobre "Los nuevos documentos del Pontificado de Pío XII y su significado para las relaciones judeo-cristianas: un diálogo entre historiadores y teólogos". Una conferencia que se clausurará el 11 de octubre y que ha necesitado dos años de preparación, como recordó en la introducción de los trabajos monseñor Étienne Vet?, obispo auxiliar de Reims y antiguo director del Centro Cardenal Bea de Estudios Judaicos de la Pontificia Universidad Gregoriana, quien invitó a todos los presentes en el Aula Magna, tras los discursos introductorios, a guardar un minuto de silencio por los cientos de víctimas de Israel y Palestina.

Parolin: ahora es fundamental establecer la verdad histórica

Una escalada de violencia que impidió a los historiadores del Instituto Internacional para la Investigación del Holocausto, Yad Vashem, de Jerusalén -como el director Iael Nidam-Orvieto, que colaboró en la preparación de la conferencia- participar en los trabajos. La primera sesión fue introducida por el discurso del Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin. El cardenal subrayó que, tras la decisión del papa Francisco en marzo de 2019 de hacer accesibles los documentos del Archivo Secreto Vaticano relativos al pontificado de Pío XII, y la publicación de varios estudios, "es de fundamental importancia seguir adelante para establecer una verdad histórica" a través de la investigación histórico-crítica. Mantener la exactitud histórica, según Parolin, significa defender la verdad por encima de todas las partes implicadas.

Casos de deshonestidad científica

Pero desgraciadamente, señaló, "todavía hay casos de deshonestidad científica, que se convierten en manipulación histórica, donde los documentos se ocultan negligente o deliberadamente". Como ocurrió con la respuesta de 1916 del entonces Secretario de Estado, el cardenal Gasparri, al Comité Judío Americano, y luego en 1919 a los judíos asquenazíes de Jerusalén. Documentos redescubiertos hace poco que dicen cómo deben percibir los católicos a los judíos: "Los judíos son nuestros hermanos - citó el cardenal Parolin - y el pueblo judío debe ser considerado como pueblo hermano de cualquier otro pueblo del mundo".

La respuesta del cardenal Gasparri, inspirada en Pacelli

El futuro Papa, entonces monseñor Eugenio Pacelli, que era secretario de la Congregación para Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios en aquella época, "había contribuido personalmente a la redacción de estos documentos, que muestran -explicó el cardenal Parolin - una imagen de Pacelli muy diferente de la que se conoce generalmente". Los judíos, incluidos varios rabinos, estaban convencidos de que la actitud del Papa Pío XII hacia ellos era amistosa, "y por eso acudieron a él durante la Segunda Guerra Mundial en busca de ayuda". Y el presidente israelí, Isaac Herzog, recordó este episodio en una entrevista a L'Osservatore Romano, "hablando de las cordiales relaciones con Pío XII y sus colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial".

La Santa Sede con el pueblo judío ya a principios del siglo XX

El Secretario de Estado explicó que quería recordar estos documentos de 1916 y 1919 y la amistad de Pacelli con el pueblo judío en todo el mundo, "para subrayar que la Santa Sede ya había tomado posición a favor del pueblo judío en la época de la Primera Guerra Mundial. Y en la Segunda Guerra Mundial, el Papa llamó a un número considerable de católicos de institutos religiosos a defender a los judíos por todos los medios, participando incluso en la resistencia contra el fascismo y el nazismo". Recientes descubrimientos en el Vaticano, pero también en otros archivos, "han facilitado a todos, la comprensión de cuántos registros históricos fueron manipulados en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial".

El camino de "resistencia no declarada" de Pío XII

Gracias a la apertura de los archivos, prosiguió el cardenal Parolin, "ha quedado claro que el Papa siguió tanto el camino de la diplomacia como el de la resistencia no declarada. Esta decisión no fue "apática y carente de acción", sino que entrañó grandes riesgos para todos los implicados y participantes. Los historiadores tienen años de trabajo por delante, concluyó el Secretario de Estado, esperando que "sigan arrojando luz sobre uno de los periodos más controvertidos y delicados del pontificado de Pío XII". 

Di Segni: posiciones que han creado sufrimiento en la historia

A continuación, tomó la palabra Riccardo Di Segni, rabino jefe de la comunidad judía de Roma, quien instó a hacer "una distinción entre emoción e historia, porque es necesario un distanciamiento adecuado para examinar los hechos. Hay una dimensión religiosa distinta de la política, entre los grandes acontecimientos de la historia y las innumerables microhistorias. El propio desarrollo de los acontecimientos es distinto del plano moral”. Sostuvo que durante el pontificado de Pío XII "el sufrimiento del pueblo judío estaba teológicamente justificado. Pero una cosa es una explicación de las dinámicas y otra un juicio moral". El diálogo judeo-cristiano, concluyó Di Segni, nació de una revisión, gracias al Concilio Vaticano II, 'de posiciones que han creado grandes sufrimientos en la historia'.

Coco: no habló de "exterminio" sino de "masacres por odio de raza"

Tras los discursos introductorios, la primera sesión abordó las motivaciones y decisiones de Pío XII frente al fascismo, el nazismo y el comunismo, en un intento de equilibrar sus funciones como jefe de la Iglesia y de la Santa Sede. En su intervención sobre "Palabras, silencios y malentendidos en los documentos de Pío XII", Giovanni Coco, archivero del Archivo Apostólico Vaticano, recordó que en noviembre de 1945 el Papa Pacelli tuvo su primera audiencia con un grupo de judíos. Eran supervivientes de campos de concentración que habían venido a expresar su profunda gratitud por la ayuda que habían recibido de la Iglesia católica. En su discurso, recordó el académico, el Papa se mostró comprensivo, mencionó las "pasiones racistas" que habían "engullido a innumerables víctimas inocentes" a causa de su "raza", pero evitó cuidadosamente hacer cualquier referencia explícita a la palabra "exterminio".

Movidos por la inquietud ante una herida sin cicatrizar

Este persistente silencio sobre la Shoah, continuó Coco, es una cuestión de larga controversia histórica, que dura medio siglo. En el debate sobre la actitud del Papa han participado historiadores, filósofos y teólogos, aunque hasta ahora no se disponía directamente de los documentos vaticanos completos, a excepción de la selección publicada en los Actes et Documents du Saint-Siège relatifs à la Seconde Guerre Mondiale. "La reciente apertura del Archivo Vaticano para el Pontificado de Pío XII ha permitido por fin acceder a todos los documentos. Y ahora los documentos podrán revelar -explicó el archivero- cómo conceptos como antisemitismo, exterminio y silencio se formaron en la mente del Papa Pacelli y de la Iglesia de la época". En ello influyó ciertamente, para Coco, la excesiva prudencia del ministro de la Secretaría de Estado, monseñor Angelo Dell'Acqua, a quien se había confiado el dossier sobre los judíos, para quien la noticia del Holocausto era una "exageración judía". No es cierto, concluyó, que la Shoah haya pasado sin afectar al Magisterio católico. Pues Pío XII habló de "masacres por odio racial" y de los "horrores de los campos de concentración", pero no de "exterminio", en 1953, en un discurso a los juristas. Pacelli hasta el final estuvo "movido por una sana inquietud por una herida aún no cicatrizada".