Vaticano. En 2024 habrá un congreso para descubrir la belleza de cada vocación
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"Hombre-mujer, imagen de Dios. Por una antropología de las vocaciones". Este es el tema del congreso sobre las vocaciones que el cardenal Marc Ouellet, Prefecto emérito del Dicasterio para los Obispos, organiza en el Vaticano, junto con el CRAV, Centro de Investigación y Antropología de las Vocaciones, para los días 1 y 2 de marzo de 2024. El evento será la continuación del simposio "Por una teología fundamental del sacerdocio", celebrado el año pasado, del 17 al 19 de febrero, en el Aula Pablo VI y cuyas Actas fueron publicadas en dos volúmenes por la Libreria Editrice Vaticana. El cardenal anticipa el contenido del próximo evento a los medios de comunicación vaticanos.
Cardenal Marc Ouellet, ¿qué significa esta iniciativa?
En primer lugar, quisiera recordar que esta iniciativa es una continuación del Simposio celebrado en febrero de 2022 en el Aula Pablo VI sobre el tema "Por una teología fundamental del sacerdocio". La Iglesia se encuentra en una profunda búsqueda sinodal para desarrollar la participación activa de todos los fieles, con vistas a una comunión eclesial más profunda que repercuta en la misión. Una Iglesia sinodal crecerá en la medida en que vaya más allá del debate de ideas para favorecer el compromiso de las personas y de las vocaciones. Con este fin, el tema fundamental del sacerdocio puso de relieve la participación de todos los bautizados en el sacerdocio de Cristo y el servicio pastoral que el ministerio ordenado asume en beneficio de la comunidad sacerdotal de los bautizados. El tema antropológico de 2024, "Hombre-mujer, imagen de Dios", continúa esta búsqueda sinodal, profundizando los fundamentos de la antropología cristiana que permiten construir todas las vocaciones sobre la Palabra de Dios, en medio de los desafíos planteados por las tendencias culturales contemporáneas, que suscitan muchos interrogantes e incertidumbres sobre la identidad humana y cristiana. Una Iglesia sinodal que quiere vocaciones tiene el deber de ser acogedora para todos en la sociedad, pero no puede construir su testimonio sobre arena, por lo que debe apoyarse en una antropología firmemente anclada en la Palabra de Dios. Este es el sentido de la iniciativa que el CRAV está organizando con el apoyo del Papa Francisco, que participará personalmente en este evento de dos días en el Aula del Sínodo.
¿Qué espera del congreso?
Esperamos ofrecer razones para la esperanza y el compromiso. La experiencia común de nuestras sociedades secularizadas es la soledad, el individualismo, el consumismo excesivo, las adicciones múltiples, los suicidios, etcétera. Estos fenómenos tienen sus raíces en el declive de la familia, la ausencia de puntos de referencia, la educación sometida a las ideologías, la globalización de la indiferencia y la crisis de la esperanza. ¿Qué nos ofrece la antropología cristiana? En primer lugar, la fe en Cristo como fundamento trascendente, puntos de referencia claros sobre la vocación humana, razones para vivir y también para sufrir al servicio del Amor. La visión cristiana del hombre y de la mujer promueve entonces la entrega como camino de felicidad, la autorrealización en el servicio y la comunión con los demás, en un horizonte de solidaridad y fraternidad con toda la humanidad. Así pues, esta conferencia ofrecerá una visión muy actual a los educadores y formadores de todos los ámbitos de la educación cristiana, incluidas, por supuesto, las familias. Se trata de un estudio académico, con participación internacional y perspectiva de publicación en cuatro idiomas. El enfoque científico no excluye la reflexión sobre las vocaciones, la identificación de los obstáculos al compromiso y la aportación de medios para superar las incertidumbres y el escándalo de los contra-testimonios, bastante extendidos hoy en día. Para participar en la conferencia, es necesario inscribirse previamente, ya que hay 300 plazas disponibles en el Aula del Sínodo. El Simposio anterior, en el Aula Pablo VI, contó con más de 700 participantes.
¿Cómo se han difundido las Actas del Simposio 2022 sobre el sacerdocio?
Como se había prometido, las Actas del Simposio se han publicado en dos volúmenes y en seis lenguas. Se trata de la mayor actualización sobre el tema del sacerdocio desde el Concilio Vaticano II. Se están organizando jornadas de estudio en varios continentes para difundirlas y hacer apreciar su originalidad, que consiste en el estudio de la relación entre las dos formas de participación en el sacerdocio de Cristo, la bautismal y la ministerial basada en el sacramento del Orden. Con este espíritu, el 4 de noviembre se celebrará un retiro espiritual en la Universidad Angelicum de Roma. Esta comunicación es muy útil para la investigación sinodal de la Iglesia, porque permite tomar conciencia de la realidad del bautismo y de su dimensión sacerdotal y misionera. Personalmente, estoy comprometido en una gran gira de promoción que está tocando cuatro continentes y varias capitales: Madrid, París, Abiyán, Washington, Brasilia, Bogotá...Contamos con el apoyo de las autoridades episcopales y de los recursos locales que participan en las jornadas de estudio para dar a conocer esta riqueza de sabiduría en los círculos de formación e invitar a la gente a participar en los gastos de nuestra iniciativa.
¿Cómo descubrir la belleza de cada vocación?
El Papa Francisco habla a menudo de la santidad en la vida ordinaria, la de la gente de al lado, con la que nos encontramos cada día y a menudo ignoramos. Acabamos de vivir la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa, donde miles de jóvenes tomaron conciencia de la belleza de su fe y de su Iglesia. El CRAV organizó testimonios de matrimonios y familias, así como de sacerdotes y religiosos, para miles de jóvenes que se acercaron a la Iglesia de Girolamini. Algunos de ellos se declararon impresionados por la presentación de tres testimonios, en el espacio de una hora, que mostraban la complementariedad y la reciprocidad de las vocaciones, en una palabra, la "comunión de las vocaciones”. La belleza de cada vocación se hace más evidente cuando descubrimos que estamos comprometidos juntos en una Iglesia sinodal y misionera.
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