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Federico Piana- Ciudad del Vaticano

Hay un objetivo principal que se discutió en la reunión plenaria de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores que tuvo lugar en los últimos días en el Vaticano un año después de su nuevo mandato y la renovación de sus miembros. "Se trata de regir las líneas guía para combatir los abusos, que se han convertido en un importante punto de referencia y son cada vez más numerosas", resume el profesor Ernesto Caffo, miembro del organismo pontificio y presidente de Telefono Azzurro, una línea de escucha para niños, adolescentes y adultos, que recibe peticiones de ayuda de toda Italia. En este frente, añade Caffo, "las respuestas que las Conferencias Episcopales han dado en el marco de una encuesta sobre cómo va la aplicación del motu proprio del Papa Vos estis lux mundi y también de otras indicaciones de la Santa Sede".

Conocer para decidir

Esta necesidad de verificación constante y precisa deriva del hecho de que cada vez es más necesaria una verdadera aplicación de las normas que no puede realizarse sin una buena formación humana y cultural. "Hoy -afirma Caffo- la existencia de datos de verificación nos permitirá, en 2024, presentar al Santo Padre un informe que contendrá elementos de mayor claridad y nos dará la oportunidad de comparar los resultados con los informes de otros organismos internacionales. El conocimiento nos permite encontrar respuestas específicas para cada realidad concreta".

Dolor por las víctimas

Con un sentido llamamiento con motivo del próximo Consistorio para la creación de nuevos cardenales, que se celebrará el próximo sábado, y del Sínodo de los Obispos, que se abrirá el 4 de octubre, la comisión pontificia ha vuelto a expresar "un profundo dolor y una solidaridad incondicional, ante todo, con las víctimas y los supervivientes de tantos crímenes innobles cometidos en la Iglesia". Una indignación que también ha llevado al organismo vaticano a poner en marcha dos nuevos grupos de trabajo: "Uno -explica Caffo- que se ocupa de las personas ancianas pero frágiles que son objeto de abusos y negligencias, y otro que se ocupa de la violencia en el mundo digital. Algunas de las víctimas nos han contado su experiencia, expresando la necesidad de ser escuchadas". 

Atención a los movimientos

Los trabajos de la plenaria examinaron las dificultades que encuentran las Conferencias Episcopales y pusieron en marcha estrategias de ayuda ad hoc, como las destinadas a África, donde la Comisión Pontificia ha lanzado varios proyectos de apoyo. "También hemos hablado -concluyó Caffo- de cómo implicar a los movimientos eclesiales en la protección de los menores: forma parte de nuestro mandato y por eso hemos tenido en cuenta la relación que debe establecerse entre las estructuras diocesanas y las de los movimientos para evitar problemas y malentendidos".