Las hermanas de la UISG: En el Sínodo seremos voz profética y testigos del mundo de hoy
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La vida religiosa, con su experiencia de vida y discernimiento comunitario, puede "ayudar a la Iglesia a alcanzar y vivir esta conversión sinodal". De ello está segura la hermana Mary Barron, presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales, que cuenta la alegría con la que la UISG responde a la invitación del Papa a participar en el Sínodo de los Obispos, preparada, explica la religiosa, para comprometerse "en el camino eclesial del Sínodo sobre Comunión, Participación y Misión".
Cinco hermanas representarán a la UISG
Cinco hermanas participarán en la Primera Sesión del Sínodo 2021-2024, con el tema "Por una Iglesia sinodal: Comunión, Participación y Misión", según un comunicado de la UISG, y serán las que representen a la Unión y a sus 2000 congregaciones afiliadas que, a su vez, representan a más de 600.000 religiosas en todo el mundo. Junto a la presidenta estará presente la Secretaria Ejecutiva de la UISG, Patricia Murray, y también Elizabeth Mary Davis, Elysée Izerimana, Maria Nirmalini.
Primera participación como miembros de pleno derecho
La primera participación de la UISG en un Sínodo se remonta a 2014, fue el de la Familia, invitada por el Papa Francisco como miembro auditor. Desde entonces, prosigue el comunicado, sus miembros "siempre han participado como auditores en cada Sínodo". Este año, por primera vez, otro motivo de gratitud al Papa, "sus representantes participarán en el proceso sinodal como miembros de pleno derecho, contribuyendo a los diálogos inspirados por el Espíritu, proponiendo aportaciones que formarán parte de la documentación oficial del Sínodo y tomando parte activa en los procesos de votación".
La vida consagrada, expresión de la Iglesia sinodal
"Nuestra vida consagrada -subraya la hermana Barron-, en todas sus formas, es ya una expresión visible de esta Iglesia sinodal, en la que hombres y mujeres de diferentes generaciones y vocaciones colaboran gozosamente, escuchándose unos a otros y volviéndose constantemente hacia la voluntad de Dios, para construir juntos la Iglesia que Dios desea para el tercer milenio". Por ello, también las religiosas, afirma con convicción, tienen mucho que aprender "de quienes forman parte de la Iglesia", por lo que seguirán participando en un "camino de conversión, valorizando y reforzando aún más la sinodalidad no sólo dentro de la vida consagrada, sino también más allá de sus fronteras". El Sínodo, concluye Barron, será una aventura que habrá que afrontar con confianza en las propias capacidades, "pero también con humildad y sentido de la responsabilidad compartida".
La UISG, una voz profética
El deseo de la UISG es, por tanto, ser "una voz profética" que dé testimonio de lo que "está sucediendo en el mundo de hoy". Por ello, la Unión de Superioras Generales cree "que puede representar eficazmente este aspecto tan importante de la vida de la Iglesia, que influye en la vida de tantas personas".
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