La importancia del diálogo interreligioso en el pontificado de Francisco
Patricia Ynestroza - Ciudad del Vaticano
El cardenal Prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, Miguel Angel Ayuso, dijo en entrevista a Pope, que una de las prioridades del Papa Francisco en sus 10 años de pontificado, en su búsqueda por una Iglesia en salida, amiga de los pobres, ha querido también que sea en diálogo continuo con las otras religiones, como se ha demostrado con la firma del Documento de la Fraternidad Humana.
Firmado con el deseo que sea recibido por la comunidad internacional, para el bien de toda la familia humana, para alcanzar una verdadera convivencia y coexistencia pacífica. En estos diez años, dijo el purpurado, Francisco ha construido puentes de fraternidad con los representantes de otras religiones.
Para alcanzar ese objetivo, afirmó el Prefecto, es necesario trabajar en el ámbito de la educación, del diálogo en la vida cotidiana, acercarse en diálogo abierto con las distintas confesiones religiosas, compartiendo una única humanidad, rechazando toda violencia. En la búsqueda de una nueva generación que crezca en el espíritu de la fraternidad humana. Fuertemente enraizados en la propia identidad, dijo, pero a la vez, abierto a los demás, construyendo un mundo nuevo, más pacífico, solidario y fraterno.
Por último, Ayuso dijo que en estos diez años de pontificado, en el diálogo interreligioso se está caminando por el sendero seguro, cierto y prometedor de la fraternidad, de la convivencia y de la paz
En 10 años de pontificado del Papa Francisco, ¿Cuáles han sido los frutos en el diálogo interreligioso?
He colaborado con el Papa Francisco desde el comienzo de su pontificado y puedo atestiguar cuánto trabajo se ha hecho, incluso en medio de innegables dificultades. Es conocido por todos, que, desde el inicio de su pontificado, el Santo Padre haya resaltado las relaciones entre los miembros de las diferentes religiones, subrayando la importancia de la amistad y del respeto. Y esto es algo evidente, el Papa Francisco desea una Iglesia en salida, amiga de los más pobres, en diálogo con todos, y que a la luz del Evangelio recuerda a todos, la centralidad del ser humano y su innata dignidad, y que con mucho interés busque entre comillas, aliados y amigos, sobre todo entre quiénes pueden referirse a un rico patrimonio espiritual y a una sabiduría milenaria, como las personas de otras tradiciones religiosas.
No olvidemos las palabras de Papa Francisco que resonaron en todo el mundo durante la pandemia, solos, no nos podemos salvar. Si el documento, sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común, representó un hito en el camino del diálogo interreligioso, la nueva encíclica Fratelli Tutti, cuyo capítulo octavo, está dedicado a las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo, desde una mirada clarividente misericordiosa, nos exhorta a entrar y a pisar un terreno común ligado a una antigua Verdad, que puede sonar hoy nueva en el mundo que nos rodea, que a menudo está atrofiado por el egoísmo, pero tenemos que apoyarnos en la fraternidad humana.
Con base en estos dos documentos, Fratelli Tutti y el documento de la Fraternidad Humana, siguiendo el camino que Francisco ha querido incentivar en este diálogo interreligioso, qué otros pasos más hacen falta para este diálogo interreligioso. Y sobre el documento de la Fraternidad, en concreto, hasta qué punto se ha llegado en la concretización de sus puntos.
El punto de apoyo siempre es la fraternidad y tengo que decir, qué es un deseo de todos, y esperamos que este mensaje de fraternidad propuesto por el Papa Francisco y también por el gran Imán Al-Tayeb de Al Azhar en el documento conjunto firmado en Abu Dahbi, el 4 de febrero de 2019 pueda ser recibido por la comunidad internacional, para el bien de toda la familia humana, que debe pasar de la simple tolerancia a la verdadera convivencia y coexistencia pacífica.
Tengo que decir que su contenido se está abriendo camino cada vez más entre otras tradiciones religiosas, más allá de las relaciones entre cristianos y musulmanes, ya que el mensaje del Documento es universal y no limitado en el espacio o en el tiempo. Como ejemplos de la concretización de sus contenidos y de cuánto Papa Francisco desea en este campo del diálogo interreligioso, resumiendo estos diez años de pontificado, que estamos celebrando, quisiera recordar, por ejemplo, algunos de sus últimos viajes apostólicos: Marruecos, Tailandia, Japón, recuerdo a Irak y últimamente en Kazajistán y en Bahrein. En todos estos viajes se han tenido momentos, durante los cuales, el Santo Padre ha construido puentes de fraternidad con los representantes de otras religiones y no solo con el islam.
Por lo tanto, creo que debemos trabajar a nivel de educación, del diálogo en la vida cotidiana, de acercarse, acompañarse de las personas de distintas confesiones religiosas y también junto con las personas de buena voluntad, para que, en este periodo, diría oscuro en el cual vive sumergida la humanidad podamos sentir este valor de compartir una única humanidad, donde se rechace todo tipo de violencia y para que en este nuevo escenario, una nueva generación pueda crecer en el espíritu de la de la fraternidad humana. Que presupone permanecer fuertemente enraizados en la propia identidad, pero al mismo tiempo aventurándonos para conocer al otro, abierto a los demás, para que con la sinceridad de nuestras intenciones, sepamos colaborar a construir un mundo nuevo, que sea más pacífico, que sea más solidario, que sea como quiere Papa Francisco, más fraterno.
Recordemos que el 21 de diciembre de 2020, por ejemplo, en la asamblea general de las Naciones Unidas, durante su 75 sesión plenaria, ha establecido que el 4 de febrero de cada año se celebra la jornada Mundial de la Fraternidad Humana. Y también, tenemos un Alto Comité para la Fraternidad Humana que fue constituido en agosto de 2019 y que está encargado de implementar los contenidos del Documento sobre la Fraternidad Humana para la paz mundial y la convivencia común.
De todos modos y para concluir, diría que podemos alegrarnos que en estos diez años de pontificado en el diálogo interreligioso, estemos caminando por el sendero seguro, cierto y prometedor de la fraternidad, de la convivencia y de la paz
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