Concluyó la visita de Monseñor Claudio Gugerotti a Siria y ճܰí
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La visita del Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, Monseñor Claudio Gugerotti, a Siria y Turquía inició en Alepo, el sábado 18 y el domingo 19 de febrero. Allí, fue posible encontrar a muchas familias que, tras el terremoto, encontraron refugio temporal en espacios gestionados por comunidades religiosas, tanto cristianas como musulmanas, o en edificios públicos como una escuela. Todos pudieron expresar la cercanía y el afecto del Santo Padre, que todos recibieron con gran emoción.
El testimonio de los sobrevivientes al sismo
Común a todos fue el testimonio de cuánto sufrimiento indecible se ha vivido en un contexto ya agotado por doce años de guerra. Hubo varios momentos especialmente intensos, como el encuentro del Prefecto con dos madres que dieron a luz en el preciso momento del terremoto, o la visita a un joven minusválido, el encuentro con una anciana, postrada en cama y dejada sola en su casa durante los temblores, etc. Es bastante preocupante, se lee en el comunicado, la situación de ancianos solos en casa, debido a la emigración de familiares, y sin pensión es muy frecuente y dramática.
Intervenciones realizadas y necesidades urgentes
Asimismo, se señala que se dedicó especial atención y tiempo al encuentro con los Obispos y los responsables de las Agencias caritativas que operan en Siria o que se han activado para hacer frente a la emergencia del terremoto: así fue posible escuchar en primer lugar la descripción de las intervenciones realizadas y la presentación de las necesidades urgentes por parte de las comunidades cristianas locales, católicas y no católicas. Además de la realidad de Alepo fue posible profundizar en las del litoral y de la provincia de Idlib, que no está bajo control gubernamental y donde permanecen unas 210 familias cristianas, asistidas no sólo pastoralmente por dos frailes de la Custodia de Tierra Santa, con lo que pueden recibir a pesar de las enormes dificultades de abastecimiento.
En cada uno de estos lugares, el impacto del terremoto, el número de muertos y las posibilidades de activar respuestas de emergencia con personal formado eran diferentes, así como la accesibilidad a ayudas de todo tipo, desde productos de primera necesidad como alimentos, mantas, productos higiénicos y sanitarios, hasta ayudas económicas para encontrar cualquier otra cosa que se necesite.
El drama del desempleo y la indigencia
Otras de las dificultades que el Prefecto pudo constatar se refiere al envío y recepción de remesas de dinero, que el Dicasterio intentará resolver con las herramientas de que dispone. Se ha tenido la impresión de que el terremoto ha debilitado aún más a una población agotada por la guerra y los efectos de las sanciones, que han dejado el territorio irreconocible respecto a su relativa prosperidad anterior.
Por ello, el Prefecto ha subrayado con fuerza que es necesario, una vez superada la emergencia, preparar un futuro que sea también testimonio y compromiso de los cristianos en favor de toda la población siria. Hay que pensar en iniciativas para formar y acompañar a los jóvenes, favoreciendo microproyectos para ayudar a los habitantes, saturados por el dramático desempleo y sumidos en la indigencia que afecta al 90% de los ciudadanos, para que puedan mantenerse con un trabajo que les dé dignidad y autosuficiencia, evitando la hemorragia de la emigración.
El desafío de la asistencia sanitaria
También hay que prestar atención a la asistencia sanitaria a nivel hospitalario o ambulatorio, ahora ruinosa, para acudir en ayuda sobre todo de los más pobres, que ahora carecen de ella casi por completo. Pero para ello, las Iglesias necesitan que se garantice la ayuda de las agencias caritativas (tanto las pertenecientes a ROACO, como las distintas Cáritas Nacionales y otras), comprometiéndose a garantizar un trabajo coordinado en la identificación de necesidades, elaboración de proyectos y adecuada rendición de cuentas a los benefactores.
En este sentido, de acuerdo con la Nunciatura Apostólica en Damasco, cuya actividad es incansable y esencial para una acción concertada, se trabajará en el apoyo a la Comisión Episcopal para el Servicio de la Caridad, con la incorporación de más colaboradores cualificados. El Dicasterio pondrá a disposición una cuenta corriente especial, para garantizar la posibilidad de transferencias seguras, controladas y contabilizadas.
Observaciones similares se hicieron también durante la breve escala en la capital Damasco, donde el Prefecto Mons. Gugerotti pudo reunirse con el Patriarca Melquita S.B. Youssef Absi, Presidente de la Asamblea de Obispos Católicos de Siria, junto con otros Prelados de la ciudad, así como con delegados de las Iglesias Apostólica Armenia y Ortodoxa Griega. Durante la escala en Siria, un misil israelí causó nuevas víctimas.
El territorio de Anatolia el más afectado por el terremoto
Tras el traslado a Estambul el lunes por la tarde, la mañana del martes 21 se dedicó, en la "Casa Roncalli", a una reunión con miembros de la Conferencia Episcopal Turca, con delegados de Cáritas de los distintos distritos y un representante de Cáritas Internationalis. En presencia del Nuncio Apostólico, Monseñor Marek Solczyński, se escucharon especialmente las noticias del Vicariato de Anatolia, cuyo territorio coincide con el más afectado por el terremoto. Ya la víspera de la reunión, un nuevo y fuerte temblor había devuelto a miles de personas a las calles y luego a los centros de acogida. La gente sigue excavando en busca de supervivientes, aunque el aumento de las temperaturas hace temer por la situación sanitaria en una zona donde ya hubo un brote de cólera.
Acogida y asistencia en Antioquía
La ciudad de Antioquía está prácticamente destruida, como desgraciadamente ocurrió en otros terremotos en el pasado, mientras que otras zonas han sufrido graves daños. Los cálculos de posibles víctimas, además de las ya recuperadas, sugieren cifras espantosas. Las comunidades cristianas han tomado medidas para garantizar una posible hospitalidad, planificando también cómo alojar a los que se han quedado sin hogar, ya sea dentro de las estructuras comunitarias o pensando en el alquiler temporal de viviendas. Las actividades de asistencia, salvo en las primeras horas de la emergencia, deben vigilar constantemente las necesidades que surjan y buscar la manera de satisfacerlas, respetando las normas sobre el estado de emergencia dictadas por las autoridades civiles.
El Dicasterio ha recogido la recomendación dirigida a todos aquellos que quieran aportar ayuda: que se pongan en contacto con la Conferencia Episcopal y con los Delegados de Cáritas Turquía, para evitar que formas de actuar generosas pero improvistas se vean frustradas por confiscaciones o bloqueos de la ayuda por desconocimiento de los posibles cauces. El próximo martes en una reunión zoom toda la información será compartida por el Dicasterio con las organizaciones miembros de la ROACO.
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