Krajewski: Un río de generosidad que llega hasta Ucrania
Benedetta Capelli - Ciudad del Vaticano
"La gratitud es un rasgo distintivo del cristiano. Es un signo sencillo pero genuino del reino de Dios, que es un reino de amor libre y agradecido". Las palabras del Papa Francisco, pronunciadas en el Ángelus del 28 de junio de 2020, resuenan con fuerza en las acciones y pensamientos del cardenal Konrad Krajewski. El limosnero del Papa, que regresó de Ucrania hace unas semanas, siente la urgencia de agradecer a las personas que han donado con confianza pequeñas y grandes sumas al país devastado por la guerra. "Es justo que la gente sepa lo que hacemos y lo que hemos hecho con su dinero", explica a Pope, informando que están a punto de llegar a Ucrania 64 generadores de electricidad. Generadores imprescindibles para salir adelante en un contexto en el que escasea la electricidad y, por tanto, también la calefacción. Las donaciones son el resultado de una colecta realizada a través de una plataforma de crownfunding; el objetivo fijado era de 100 mil euros, a principios de enero, cuando finalizó la iniciativa, se alcanzó la cifra de 300 mil.
Cercanía a Ucrania
A continuación, el Cardenal destacó que casi un año después del estallido del conflicto, se han donado 2 millones de euros, destinados a obras de caridad. Gestos de cercanía constante que también ven al limosnero dedicarse en primera persona. En la última expedición, por ejemplo, durante la Navidad, viajó de un lado a otro entre las fronteras polaca y ucraniana para llevar camisetas térmicas y generadores. Una carrera realizada hasta tres veces al día, 600 millas, posible gracias a que Krajewski tiene pasaporte diplomático: una ruta preferencial que le ha evitado hacer colas de 12 a 17 horas, lo que habría ralentizado la distribución.
Codo con codo con "pequeñas ayudas"
La Limosneria", explica el cardenal, "también interviene en el reparto de pequeñas sumas: una factura impagada, un gasto imprevisto, una multa, etc.". A lo largo del año 2022 se han distribuido 7,6 millones de euros, una importante suma que supone un apoyo para familias en dificultades, mujeres u hombres solos. Un suspiro de alivio que es posible gracias a la intervención de los sacerdotes que presentan la situación de quienes piden ayuda o de los nuncios si se trata de un país en el extranjero. Son precisamente los representantes del Papa quienes ofrecen la ayuda de Francisco. Es alentador saber que en tiempos de precariedad y guerra, la gente no mira para otro lado. En una homilía en Casa Santa Marta en noviembre de 2018, el Papa había exhortado a pedir al Señor una gracia: 'La generosidad, que ensancha nuestro corazón y nos lleva a la magnanimidad'. Que este sea el paso justo.
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