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En el Augustinianum el Congreso de estudio “La Santidad hoy” En el Augustinianum el Congreso de estudio “La Santidad hoy” 

Los santos hoy: luces necesarias en este tiempo de crisis

Tercera y última jornada de trabajo, en el Augustinianum, de la conferencia promovida por el Dicasterio para las Causas de los Santos. Padre Federico Lombardi: la santidad es el corazón de la vida cristiana

Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano

Los santos asumen la plenitud de la forma de Cristo y son siempre relevantes. Debemos imitarlos más allá de la originalidad de cada uno y de la época en la que vivieron. Con esta introducción de Monseñor Fabio Fabene, Arzobispo Secretario del Dicasterio para las Causas de los Santos, se abrió la tercera jornada del congreso de estudio "La santidad hoy".

La santidad y la crisis cultural

El ámbito en el que se desarrollaron las intervenciones de hoy fue el de la fama de santidad en la era digital. La profesora Cecilia Costa, de la Universidad de Roma Tre, enmarcó la santidad y la crisis cultural como hechos sociales. Las piedras angulares de su reflexión se entrelazaron con ciertas presuposiciones: El cristianismo vive en la historia y la misión de la Iglesia tiene una estrecha relación con la realidad temporal. Muchos estudiosos contemporáneos, explicó ela profesora Costa, comparten la tesis de que "la sintaxis del cristianismo sigue siendo fundamental" porque no deja de dar un baricentro a la libertad, un significado a la vida. A estos planteamientos se une una "buena noticia": toda época histórica ha generado santos e incluso en nuestra época de anorexia de sentido y sacralización del yo, hay espacio para la santidad. Refiriéndose a la correlación entre la santidad y la cultura de la época, la profesora Cecilia Costa subrayó también que las condiciones históricas condicionan pero no determinan la forma en que las personas abrazan la santidad. A esta reflexión la profesora de la Universidad de Roma Tre unió una pregunta: ¿se puede conjugar la santidad con la situación cultural actual? Precisamente en este escenario, caracterizado por la celeridad tecnológica y un enjambre digital que produce simplificaciones de la verdad, la fe y la felicidad, "se abre paso el anhelo de lo infinito". Precisamente hoy, en este tiempo marcado por la crisis cultural, se necesitan aún más santos -dijo Costa- que vivan la novedad de la esperanza del Evangelio.

Discernir la ejemplaridad de los santos

En su discurso, el padre Federico Lombardi subrayó que "el tema de la santidad es el corazón de la vida cristiana". La santidad es "un flujo imparable en la historia" y hay que tratar de discernir también la ejemplaridad de los santos. Hay muchos santos ejemplares, dijo el presidente de la Fundación Joseph Ratzinger, porque todos están llamados a la santidad. Los santos forman parte de una gran comunidad y la relación con ellos nos anima y nos hace sentir un gran pueblo en marcha. La primera ejemplaridad, dijo el padre Lombardi, es la de Jesucristo, que se presenta como modelo a imitar. Un modelo, sin embargo, que vemos inalcanzable. El testimonio de los santos es entonces "el camino por el que la ejemplaridad de Jesús se hace más familiar". Los santos, explicó el padre Lombardi, son la inculturación del Evangelio, "el Evangelio traducido en nuestro tiempo y nuestro mundo". El padre Lombardi, ex director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, indicó entonces la necesidad, en este tiempo, de sacerdotes ejemplares, de esposos santos que muestren caminos de amor verdadero. El lenguaje con el que el Señor nos habla, concluyó, es el del testimonio de los santos.

Difundir el testimonio de los santos

"La santidad puede ganar su desafío incluso a lo largo de las trincheras de una red virtual dispuesta a hacerse acogedora y hospitalaria cuando la dimensión espiritual reivindica espacios y tiempos no negociables". El profesor Mario Morcellini, presidente del Consejo Científico de la Fundación Sapienza, partió de esta premisa antes de subrayar que "los santos siempre han hablado a distintos públicos con diferentes herramientas, léxicos y sintaxis capaces de ampliar y multiplicar la oferta de lo sagrado hasta el extremo posible". "El santo", dijo el profesor Morcellini, "es un hombre y el hombre debe aspirar a convertirse en santo: una verdad simple y absurda a la vez, pintada con colores brillantes en las paredes de las iglesias del campo y de las catedrales de las ciudades y que brilla con luz propia gracias a los rayos del sol reflejados en sus vitrales policromados".

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05 octubre 2022, 16:53