Congreso "Somos Community Care". Mons. Paglia: Equidad en salud y bienestar.
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Las consignas de un sistema sanitario centrado en el bien de los ciudadanos y los pacientes deben ser: la solidaridad, el equilibrio adecuado entre la educación sanitaria orientada a la prevención, la medicina territorial y los centros hospitalarios, la continuidad y la integración de la asistencia.
Así lo reiteró monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, en su discurso de presentación en la segunda jornada del Congreso Internacional de la organización médica "Somos Community Care", este 6 de octubre, en Madrid. Monseñor Paglia conoce la realidad de "Somos Community Care", que visitó en Brooklyn, Nueva York, en marzo de este año.
Acceso a la salud para todos
Monseñor Paglia abordó el tema "Equidad en la salud y el bienestar. Curar y transformar el sistema para ofrecer un estándar único de atención". La pandemia de Covid-19, explicó Monseñor Paglia, nos ha enfrentado a complejos problemas relativos a la relación médico-paciente, la equidad en el acceso a la asistencia, la relación entre costes y beneficios, y la asignación de recursos económicos en la asistencia sanitaria.
Enumerando los diversos elementos concretos de una visión a escala humana de la medicina y de la asistencia, monseñor Paglia señaló que "es en el contexto de la relación médico-paciente donde el médico de cabecera podrá reducir prudentemente el despilfarro de medicamentos y servicios y ayudar al paciente a tomar aquellas opciones de estilo de vida y de gestión de la salud que sean lo más preventivas posible contra la enfermedad y que le lleven a asumir sus responsabilidades en el cuidado de la propia salud y la de los demás".
Uso equilibrado de los recursos
En cuanto a la utilización justa y equilibrada de los recursos, "en relación con la lógica coste/beneficio, hay que establecer primero una condición, explicó monseñor Paglia. Y añadió que si situamos el riesgo económico en un lado de la balanza y la vida de una persona en el otro, cualquier coste económico podría estar justificado. Por tanto, es necesario tener claro el valor trascendente de la persona humana incluso en el ámbito económico.
“Es cierto que los recursos de un Estado no son infinitos, pero este hecho implica que, dentro de la esfera de las disponibilidades, hay que jerarquizar las opciones empezando por la primacía del hombre a la que hay que subordinar los valores económicos. Antes de decir que no hay fondos, también hay que verificar bien cómo se utilizan", subrayó el prelado vaticano
Riesgos y beneficios en la ética médica
Sobre la relación entre riesgos y beneficios en el tratamiento, el presidente de la Academia Pontificia para la Vida afirmó que es necesario considerar el "criterio de proporcionalidad diagnóstica-terapéutica y ética, que se refiere más bien a la relación entre las características de los tratamientos (incluyendo el coste, la disponibilidad, la dificultad de aplicación...) y la eficacia diagnóstica-terapéutica sobre la salud y la vida, teniendo en cuenta también el coste y el sufrimiento que una maniobra médica conlleva para el paciente".
Al principio de la pandemia, señaló Monseñor Paglia, "la atención en los hospitales, sin embargo, desvió la atención de otras instituciones asistenciales. Las residencias de ancianos, por ejemplo, se vieron muy afectadas por la pandemia, y los equipos de protección personal y las pruebas sólo estuvieron disponibles en cantidades suficientes en una fase tardía". Además, "en la mayoría de los países se ha ignorado el papel de los médicos de cabecera, cuando para muchos son el primer punto de contacto con el sistema de asistencia".
La experiencia del Covid-19
La "vulnerabilidad" de las personas, la salud y los sistemas económicos, de hecho, la "vulnerabilidad común" exige "la cooperación y la coordinación internacional, sabiendo que no es posible hacer frente a una pandemia sin una infraestructura sanitaria adecuada, accesible para todos a nivel mundial". La distribución de la vacuna Covid-19 es un ejemplo de ello.
"El único objetivo aceptable, coherente con un suministro equitativo de la vacuna, es el acceso para todos, sin excepción. Y la motivación para esta disponibilidad universal no puede ser (sólo) el propio interés en protegerse contra las variantes del virus. Lo que se necesita, por tanto, es una alianza entre la ciencia y el humanismo, que deben integrarse y no separarse o, peor aún, oponerse”, agregó monseñor Paglia.
Los anticuerpos de la solidaridad
Una emergencia como el Covid-19 se vence ante todo con los anticuerpos de la solidaridad, aseguró el prelado. Los medios técnicos y clínicos de contención deben integrarse en una búsqueda amplia y profunda del bien común, que deberá contrarrestar la tendencia a la selección de ventajas para los privilegiados y la separación de los vulnerables en función de la ciudadanía, los ingresos, la política, la edad".
No abandonar al enfermo: los cuidados paliativos
En cualquier caso, "nunca debemos abandonar a la persona enferma, incluso cuando no haya más tratamientos disponibles: los cuidados paliativos, el tratamiento del dolor y el acompañamiento son una exigencia que nunca debe descuidarse". También en materia de salud pública, la experiencia que estamos viviendo, y que esperamos haya quedado atrás al menos en sus aspectos más dramáticos, exige una seria revisión. Se trata del equilibrio entre el enfoque preventivo y el terapéutico, entre la medicina del individuo y la dimensión colectiva (dada la estrecha correlación entre la salud y los derechos personales y la salud pública)".
"La fraternidad indicada por el Evangelio puede multiplicarse por muchos otros pasajes y mensajes directos de Jesús. Pero es hora de dar un paso adelante: estamos interconectados; el mundo está interconectado y cuanto antes lo comprendamos, antes seremos una verdadera comunidad global unida bajo el signo de la fraternidad. Las barreras no existen; las ponemos nosotros y están destinadas a resultar tristemente ineficaces e incluso insensatas ante las emergencias mundiales", concluyó monseñor Paglia.
Una comunidad de atención al enfermo
"SOMOS Community Care" es una red de más de 2.500 médicos que ejercen en la ciudad de Nueva York, especialmente en el Bronx, Queens, Manhattan y Brooklyn. Es una de las instituciones seleccionadas por el estado de Nueva York para poner en marcha la iniciativa Medicaid, el seguro médico del gobierno estadounidense para ayudar a las personas con bajos ingresos a pagar la atención médica. Atiende a más de 650.000 pacientes procedentes de comunidades mayoritariamente desfavorecidas, entre ellos muchos inmigrantes asiáticos e hispanos.
"SOMOS Community Care" está formado únicamente por médicos, todos ellos integrados en la comunidad en la que ejercen su profesión y prestan sus servicios en el idioma de sus pacientes. Otras características de la atención prestada son la atención a las necesidades sociales de la población destinataria y la especial atención a la comunicación directa entre médico y paciente.
(Fuente: Academia Pontificia para la Vida)
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