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Fausta Speranza – Ciudad del Vaticano

Los gobiernos, los operadores, las comunidades y la Iglesia tienen responsabilidades complementarias en el objetivo de garantizar una educación de calidad a los desarraigados de sus hogares: así se expresó el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano, en el encuentro internacional titulado: "Iniciativas para la instrucción de los refugiados y los migrantes", que se inauguró el 26 de septiembre en la Pontificia Universidad Gregoriana y que concluirá el próximo día 29 con una audiencia de los participantes con el Papa. En el subtítulo, la invitación a ir “en profundidad” y "juntos".

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, intervendrá al final de los trabajos el 28 por la tarde. Entre las disertaciones programadas para la tarde del primer día, también el del Director Internacional del Servicio Jesuita a Refugiados, el padre Thomas Smolich.

Se trata de un diálogo entre representantes del mundo académico, de las ONG y de los organismos internacionales que se ocupan de los migrantes, los refugiados y los desplazados, especialmente con relación al tema elegido de la instrucción y la visión general inspirada en los subtítulos: "En movimiento - Inmersos - Juntos". Los representantes de los estudiantes también participan en los distintos talleres previstos y entre los temas que se abordan está el concreto de los contextos familiares.

Lo que significa decir "juntos”

El cardenal Czerny comenzó y concluyó su discurso insistiendo en la palabra "juntos", subrayando que "sólo a través de los esfuerzos conjuntos podemos realizar y sostener obras fundamentales de justicia, compasión y dignidad humana: devolver a los migrantes y refugiados lo que han perdido al abandonar – huyendo o desplazados por la fuerza –sus lugares de origen". Lo que se necesita, recordó el prefecto, es "una misión clara y generosidad de espíritu". 

El objetivo común

El objetivo debe ser claro: "Ofrecer a los desarraigados de sus hogares la oportunidad de una instrucción de calidad para convertirse en hombres y mujeres para los demás, hermanos y hermanas, guardianes de nuestra casa común". En concreto, "promover vías formativas que conduzcan a la autosuficiencia de las personas migrantes".

El escándalo de una narrativa negativa

De las palabras del cardenal Czerny surge la importancia de la contribución que el mundo de las universidades puede dar a una narrativa diferente en torno a la migración de la negativa que se impone con demasiada frecuencia. Y la advertencia es para todos:

Precisamente, citando la encíclica del Papa Francisco, el cardenal recomienda: “Una sana y honesta evaluación de las causas profundas de las migraciones forzadas contemporáneas, destacando las responsabilidades de los países protagonistas, contraponiendo una comprensión estrecha del bien común y de la justicia distributiva, con nuevas valoraciones éticas: el bien de toda la humanidad, como en Fratelli tutti”.

Cuestión de recursos

El marco que explicó el prefecto es esencial: algunos países no tienen los recursos necesarios para proporcionar instrucción a sus ciudadanos, y mucho menos a los recién llegados pobres. Otros países, aunque con más recursos, adoptan políticas que impiden o retrasan el acceso de los recién llegados a la instrucción. Otros levantan barreras financieras. Además, los refugiados suelen carecer de la libertad de movimiento necesaria para aprovechar las oportunidades de formación e instrucción. La cuestión es que la instrucción debe ofrecerse en muchos lugares y circunstancias: idealmente en instituciones designadas, pero también en campamentos y entornos urbanos marginales, donde actualmente vive la mitad de la población de refugiados.

Instrumentos útiles ya probados

Hay "muchas buenas prácticas desarrolladas por organizaciones católicas que podrían y deberían ser replicadas". Así, el cardenal recuerda algunas de ellas: proporcionar instrucción a través de la tecnología y la enseñanza a distancia; becas para refugiados y migrantes que les permitan prosperar y crecer.

Entre el análisis y la comprensión

Según el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, es importante "abordar los problemas, no en un marco deductivo derivado de fuentes doctrinales, sino a través de un análisis inductivo de los acontecimientos". “Significa – aclara – confiar verdaderamente en la ayuda del Espíritu para identificar nuevos caminos y opciones valerosas".

La responsabilidad de las respuestas adecuadas

"No existe una solución única para las dificultades que plantean las realidades sociales actuales": así destaca el cardenal Czerny el valor del estudio y la investigación continuos para encontrar respuestas adecuadas a las complejidades. Y esto se aplica a "cada comunidad cristiana en su contexto específico". De ahí la importancia de hacerse algunas preguntas, que el purpurado presenta:

La etapa clave de la instrucción secundaria

Las oportunidades de trabajar, ganarse la vida y ser autosuficientes son los modos más eficaces para que los refugiados reconstruyan sus vidas, subraya el responsable del Dicasterio, citando el tercer lema de la reunión internacional: "Cavar más hondo".

La conclusión es que "la educación postsecundaria fomenta el desarrollo de un medio de vida sostenible que no depende de la ayuda humanitaria".

Si la brecha educativa entre los refugiados y sus pares en la comunidad de acogida socava la integración de los niños en la comunidad local, la situación es especialmente grave en los niveles de instrucción superior. “Hoy en día – recuerda el prefecto vaticano – sólo el 5% de los refugiados tiene acceso a la instrucción y formación postsecundaria, a pesar de que estas oportunidades de aprendizaje e instrucción son esenciales para su éxito".

Pasos concretos entre títulos de estudio y curricula

Otra contribución importante puede ser el reconocimiento mutuo de las cualificaciones académicas (no sólo el intercambio de títulos) entre las universidades católicas como "forma concreta de empoderar a los refugiados y a los inmigrantes". Por lo tanto, recomienda el cardenal Czerny, "es necesario reconocer las competencias académicas y profesionales de los refugiados e inmigrantes, lo que requiere una evaluación adecuada, así como cursos de actualización y recualificación".

Además, también es importante ofrecer cursos de formación para los agentes pastorales que participan en diversos programas para refugiados y migrantes; otros programas para preparar a los futuros responsables políticos y líderes gubernamentales introduciendo módulos sobre migración y asilo en diversos planes de estudio.

Los fundamentos de la enseñanza social católica

Hay una referencia precisa a la enseñanza social católica, que, según el cardenal, "ofrece un marco que puede ayudarnos a explorar, compartir ideas y empezar a trabajar juntos". Y cita las palabras del Papa Francisco en la Conferencia Internacional de Responsables de Universidades Católicas del 4 de noviembre de 2019:

“También puede examinar lo que es contingente sin perder de vista lo que tiene un valor más general. Los viejos y nuevos problemas deben ser estudiados en su especificidad e inmediatez, pero siempre desde la perspectiva de la centralidad de la persona y desde una perspectiva global".

Una perspectiva verdaderamente internacional

El cardenal Czerny vuelve a citar las expresiones del Papa Francisco en la Conferencia del 4 de noviembre de hace tres años para reiterar que "el enfoque interdisciplinario, la cooperación internacional y el reparto de recursos son elementos importantes que pueden permitir que la universalidad se traduzca en proyectos compartidos y fructíferos en beneficio de la humanidad, de todas las personas y del entorno en el que viven y crecen". El objetivo es fundamental: "Los frutos del estudio no deben adquirirse de forma autorreferencial, en lo que se refiere únicamente a la formación profesional, sino que deben tener una finalidad relacional y social".