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La Conferencia de Lambeth 2022 La Conferencia de Lambeth 2022 

Tagle: El sue?o de una única familia humana más allá de los populismos

El riesgo de polarización y populismo en sociedades ya divididas fue destacado por el cardenal Tagle en su discurso en la Conferencia de Lambeth. Se tocaron muchos temas, empezando por la cuestión de la migración, con una invitación a redescubrir el recurso del humilde descubrimiento del otro

Fausta Speranza - Pope

"Es triste observar cómo los llamados demagogos populistas utilizan -o abusan- de la religión para sus propios intereses, socavando los esfuerzos por desarrollar relaciones y formar una familia humana". Estas son las palabras del cardenal Luis Antonio G. Tagle, al intervenir hoy en la Conferencia de Lambeth en Londres. Monseñor Anthony Currer, responsable del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, habló ayer en nombre del cardenal Kurt Koch, ausente por motivos de salud.

La Primera Carta de Pedro y los retos actuales


"La primera carta de Pedro y la década que viene" es el tema elegido este año para la reunión de la asamblea de todos los obispos de la Comunión Anglicana. La Conferencia de Lambeth se celebra cada diez años en Londres, en la sede del Arzobispo de Canterbury, quien la convoca oficialmente. El cardenal Tagle explicó que orientó su reflexión dejándose interpelar por el texto de la Carta de Pedro, imaginándola dirigida a la Iglesia y al mundo de hoy. Así, recordó expresiones como: extranjeros en la dispersión (1:1), forasteros y forasteros(2:11) un tiempo no pueblo pero ahora pueblo de Dios (2:10), estirpe elegida, sacerdocio real, nación santa, pueblo de Dios (2:9), piedras vivas edificadas en una casa espiritual en Jesús, la piedra viva (2:4-5).

Actuar como cristianos


El cardenal Tagle se detuvo en la invitación a actuar como cristianos, señalando que en la Carta de Pedro se lee: "No devolvais mal por mal ni insulto por insulto (3,9); sean compasivos, amaos como hermanos, sean misericordiosos y humildes, (3,8); siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza en medio de la persecución y el sufrimiento (3,15), es decir, la resurrección de Jesucristo de entre los muertos (1,3). Y además: Observando sus buenas obras, sus perseguidores pueden esperar glorificar a Dios" (2:12).

El sueño de una familia humana


"Sueño con esta casa para la Iglesia, la familia humana y la creación", por lo que el cardenal invitó a "dejar que el sueño nos purifique hoy". En primer lugar, recordó que la Carta se dirige a los cristianos de la diáspora, donde se les hizo sentir como extraños e incluso exiliados, y a continuación afirmó que "a veces nos atrincheramos tanto en nuestras formas y proyectos que empezamos a pensar en nosotros mismos y a comportarnos como dueños de tierras, pueblos e ideas". Recordó la expresión del Papa Francisco que "siempre habla de una Iglesia en salida", explicando que se imagina "una Iglesia que es un hogar espiritual precisamente en su continuo encuentro con los pueblos en sus diferentes condiciones de vida".

Los desplazados de hoy


Un pensamiento importante para los desplazados de hoy: Tagle recordó a los emigrantes forzados, a los refugiados, a las víctimas del tráfico de personas, de la esclavitud, de los prejuicios, de las persecuciones sistemáticas, de las guerras y de las catástrofes medioambientales. "Las personas que", dijo, "cuando llegan a un nuevo lugar, no necesariamente mejoran su condición. Como extraños, a menudo son rechazados, marginados y culpados de los males de la sociedad". Por eso, la pregunta que el cardenal dijo que había que plantear a todos: "Como Iglesia y como humanidad, ¿cómo nos enfrentamos a millones de 'sin techo'? ¿Encontrarán hospitalidad y compasión?" La cuestión fundamental, subrayó, es cómo vemos y nos relacionamos con "el otro" o los que son diferentes a nosotros. Y todo ello "nos lleva de nuevo a la cuestión de la diversidad en la construcción de nuestra casa común".

Los riesgos para la "casa espiritual"


Tagle explicó que hay que reconocer "con tristeza" que "incluso dentro de la Iglesia, las cuestiones étnicas y culturales arruinan la casa espiritual". Y, en general, recordó que "soñar con una familia humana común también se hace difícil para las generaciones futuras debido a los recuerdos traumáticos causados por años de abandono, violencia y guerras".

El desafío contemporáneo del populismo
El cardenal destacó que "la construcción de relaciones se enfrenta a un desafío contemporáneo en el llamado "populismo". Recordó que "el Papa Francisco considera problemático el uso del populismo como clave de lectura de la realidad social porque ignora la legitimidad de la noción de la palabra 'pueblo' (Fratelli tutti 157)".

Impulso a la polarización en sociedades ya divididas

En su discurso, el cardenal recordó finalmente que los medios de comunicación social han influido en el lenguaje cotidiano difundiendo este uso problemático de las palabras "populismo" y "populista". Como resultado, explicó, "han perdido cualquier valor que hubieran podido tener y se han convertido en otra fuente de polarización en una sociedad ya dividida". Según Tagle, se intenta clasificar a pueblos, grupos, sociedades y gobiernos enteros como "populistas o no". De ahí la fuerte llamada a la reflexión: "Es triste constatar que los llamados demagogos populistas utilizan (o abusan) de la religión para sus propios intereses, socavando los esfuerzos por desarrollar las relaciones y formar una familia humana".

La tecnología digital y el salto generacional


Tampoco podemos ignorar la "otredad" intergeneracional que se experimenta en el seno de la familia, prosiguió el cardenal, hablando de la tecnología digital. En tiempos de inteligencia artificial, que tiende a remodelar o redefinir la identidad humana, el trabajo humano y las relaciones humanas", advirtió, "la Carta de Pedro nos dice 'Venid a Jesús, piedra viva' para que en Él nos convirtamos en piedras vivas de la casa espiritual de Dios. De ahí la invitación a aprender de Jesús lo que él llama "inteligencia cultural".

El recurso de la humildad


Una convicción: "Invitar a las personas a caminar y vivir juntos requiere humildad". Las personas -recordó el cardenal Tagle- son diferentes no sólo en cuanto a la libertad individual, sino también en cuanto a la cultura, que para nosotros es como una segunda naturaleza. Hablamos, nos comportamos, nos relacionamos, comemos, nos lamentamos y celebramos -aclaró- según nuestras culturas". Y así explicó con precisión lo que debe significar la "inteligencia cultural": "A medida que crezco en el conocimiento de cómo mi cultura me ha formado, también trato de entender cómo otras personas expresan su humanidad en sus culturas". Con una recomendación concreta: "En el proceso hay que admitir y purificar todo rastro de superioridad cultural y prejuicios". "La humildad es necesaria para admitir que, aunque carezca de conocimientos sobre muchas culturas, puedo estar dispuesto a juzgar lo que no me resulta familiar".

El papel de los líderes religiosos


El cardenal también sugirió "que los líderes pastorales desarrollen su capacidad de apreciar otras culturas no sólo a través de estudios sociológicos, sino también a través de la simple observación". Y reiteró una convicción: "El viaje intercultural conjunto reduce el miedo al otro; permite que las culturas se purifiquen y saquen lo mejor de cada una". Jesús, dijo, era una persona de su cultura, pero también llevó la "cultura" de Dios a las culturas humanas. "Fue crucificado fuera de los muros de la ciudad. De su costado herido nació un hogar para extranjeros y exiliados. Él quiere que su Cuerpo, la Iglesia, sea ese hogar. En Él, como piedra viva, sus discípulos encuentran esperanza y motivo de alegría".

 

 

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08 agosto 2022, 11:40