Santa Sede. La Dirección de Recursos Humanos pasa a la Spe
Pope
Con la entrada en vigor, el domingo 5 de junio, de la nueva Constitución Apostólica "Praedicate Evangelium", la gestión del personal de la Santa Sede pasa de la Secretaría de Estado a la Secretaría de Economía. El prefecto de la Spe, el padre Juan Antonio Guerrero Alves, ha escrito una carta a todos los jefes de dicasterio para informarles de la creación de la nueva Dirección de Recursos Humanos.
Guerrero les informa de las áreas en las que se centrará el trabajo de la nueva Dirección y pide a los dicasterios consejos y sugerencias para mejorar la calidad del trabajo de todos. En primer lugar, la planificación y selección del personal, con el objetivo principal de garantizar que cada entidad cuente con la profesionalidad necesaria en un sistema económicamente sostenible y justo. Será necesario potenciar la profesionalidad y fomentar la movilidad, pero también será necesario adquirir competencias desde fuera, contratando personal que sea consciente de lo que significa trabajar para la Santa Sede.
En segundo lugar, la nueva Dirección trabajará en el frente del desarrollo del capital humano, para ayudar a los distintos organismos de la Santa Sede a poner en marcha itinerarios de crecimiento y carrera, con programas de formación, también para fomentar la movilidad interna y la mejora profesional. Se prevé un sistema de evaluación objetiva del trabajo de cada persona. El Presidente se compromete a agilizar los procedimientos de verificación de la correcta aplicación de las normas y reglamentos.
También es significativo el pasaje de la carta dedicado a los salarios e incentivos, un nuevo ámbito de trabajo para la Santa Sede. Para aumentar la motivación de los empleados, se evaluará la posibilidad de flanquear el salario fijo con un sistema para recompensar a quienes lo merecen en función del sistema de evaluación. Por último, pero no por ello menos importante, el cuidado del entorno de trabajo es una de las principales preocupaciones. La nueva Dirección se comprometerá a fomentar la comunión y el sentido de participación en la misión de la Santa Sede y de la Iglesia: un objetivo que se alcanzará a través de la comunicación interna y de los momentos de encuentro y de las actividades extralaborales de servicio común y de espiritualidad.
Lograr estos objetivos, explica Guerrero, requerirá tiempo, gradualidad y la colaboración de todos. La carta concluye con algunas indicaciones operativas a tener en cuenta a partir del 5 de junio, fecha en que entrará en vigor la nueva Constitución.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí