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Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano

La reciente detención del cardenal Joseph Zen Ze-kiun en Hong Kong, pero también la cuestión del envío de armas a Ucrania, los intentos de la Santa Sede por la paz y la evacuación de civiles en Mariúpol, y las relaciones con el Patriarcado de Moscú. El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, comenta la actualidad de la Iglesia y del mundo con los periodistas que se reúnen con él a la salida de la Pontificia Universidad Gregoriana, donde participó en un acto dedicado al futuro beato Albino Luciani, organizado por la Fundación Vaticana Juan Pablo I.

Detención y liberación del Cardenal Zen en Hong Kong 

El secretario de Estado se mostró "muy apenado" por la detención el pasado miércoles en Hong Kong del obispo emérito Joseph Zen: "Quiero expresar mi cercanía al cardenal, que fue liberado y tratado bien". Para Parolin, el asunto no debe leerse como "una desmentida" del acuerdo entre la Santa Sede y la República Popular China sobre los nombramientos de obispos, estipulado en 2018 y prorrogado por dos años. Ciertamente, dice, "la esperanza más concreta es que iniciativas como ésta no compliquen el ya complejo y nada sencillo camino del diálogo".

La misión de Gallagher en Kiev

Naturalmente, Parolin vuelve a hablar de la guerra en Ucrania, pocos días después de la partida hacia Kiev del Secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher. La misión del prelado, explica, servirá para reiterar los objetivos por los que la Secretaría de Estado del Vaticano "ha trabajado y trabaja en la medida de lo posible, porque los espacios son muy estrechos"; de ahí "el alto el fuego" como "punto de partida fundamental" y que "las operaciones bélicas concluyan". La esperanza, dice el cardenal, es que "se inicie un diálogo serio, sin condiciones previas, en el que se intente encontrar un camino para resolver este problema".

Envío de armas a Ucrania 

Parolin también aborda la delicada cuestión del envío de armas a Ucrania. Reitera la posición ya expresada durante estos casi 80 días de guerra, a saber, que "existe el derecho a la defensa armada en caso de agresión", como también afirma el Catecismo de la Iglesia Católica, pero "bajo ciertas condiciones". La primera, subraya el cardenal, es "la de la proporcionalidad, luego el hecho de que la respuesta no produzca mayor daño que la agresión". En este contexto se habla de "guerra justa"". "Entiendo -añade el cardenal- que en lo concreto sea más difícil determinarlo, pero necesitamos tener algunos parámetros claros para abordar la cuestión de las armas de la manera más justa y moderada posible".

Encontrar soluciones primero

A continuación, citando un comentario que escuchó ayer sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania y con el que está de acuerdo, el cardenal dice: "Al final tendrán que encontrar una solución, porque la geografía les obliga a vivir no juntos, sino cerca, comparten muchos miles de kilómetros de frontera". "Es una pena -subraya el secretario de Estado- que todavía no hayamos entendido la lección de que en lugar de hacer todas estas matanzas y producir todos estos escombros, se podrían encontrar soluciones antes. Lo que la Santa Sede siempre ha esperado". El problema, para el cardenal, es que "en las últimas décadas se ha erosionado el tema del multilateralismo", por lo que, dice, "es lógico que cuando cada uno se centra en sus propios intereses, en su propio punto de vista, y no sabe compartir y encontrar respuestas comunes, al final estas son las salidas".

La propuesta del gobierno italiano para una mesa de paz 

En cuanto a la mesa de paz propuesta por el gobierno italiano, Parolin afirma que la iniciativa propuesta por el primer ministro Mario Draghi "debe ser apoyada" y reitera que para la Santa Sede "cualquier intento que pueda llevar a la conclusión de la guerra es bienvenido". "No queremos asumir protagonismo - aclara- si otros consiguen hacer lo que la Santa Sede no puede hacer porque su oferta de mediación o intervención no ha sido aceptada, muy bien".

Intentos por Mariúpol 

Preguntado de nuevo por los periodistas sobre el reciente encuentro del Papa con las esposas de dos combatientes del batallón Azov, atrincherados en la acería Azovstal, Parolin explicó que "habíamos dado nuestra disponibilidad para ser garantes de la evacuación de los civiles restantes, pero luego no se hizo nada. Al menos no he oído que haya habido ningún seguimiento...". Los intentos en las últimas semanas "han sido muchos, este fue el último. También nos habíamos puesto previamente a disposición, con el propio nuncio hubo incluso la idea de ir junto con el Metropolitano de Zaporiyia, pero de hecho no hubo más acciones porque no se dieron garantías de seguridad para la misión".

Relaciones con el Patriarcado de Moscú

Una última reflexión sobre el tema de las relaciones con el Patriarcado de Moscú, ya abordado por el propio Papa Francisco en la entrevista con el Corriere della Sera. " Ustedes conocen los acontecimientos, la posición del Papa, la decisión de no reunirse con Cirilo. Estamos en un momento difícil, hay que reconocerlo", admite. Pero señala que esto "no significa que estemos en la zona cero o que haya hielo entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Iglesia Católica. Existen canales e intentos de diálogo. Por supuesto, todo se ha vuelto más difícil", precisamente por los últimos acontecimientos.