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Dentro del Vaticano

El Dicasterio para la Vida Consagrada

Con la promulgación de la Constitución Apostólica "Praedicate Evangelium", cambian algunas estructuras vaticanas: el nuevo Dicasterio modifica la precedente denominación de Congregación, de la cual hemos presentado en los meses pasados su historia, objetivos y "balance de misión".

Alessandro De Carolis – Ciudad del Vaticano

La vida consagrada en la Iglesia es una auténtica galaxia. Órdenes antiguas, institutos más recientes, comunidades femeninas y masculinas, todas unidas por el denominador común del Evangelio vivido sine glossa, a la luz de un carisma específico. El Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica tiene la tarea de custodiar este variado macrocosmos, incluso en los aspectos más delicados que conciernen a la vida interna de cada instituto. El cardenal João Braz de Aviz lleva once años al frente del dicasterio y cuenta con la colaboración y comunión inestimable del Arzobispo Secretario José Rodríguez Carballo y el trabajo de una cuarentena de funcionarios, que son expresión de las distintas formas de vida consagrada. Su “presupuesto de misión” según las cifras oficiales de 2021 ascendió a tres millones de euros. Y ahora el cardenal presenta todo el trabajo de su Congregación a los medios vaticanos.

Cardenal João Braz de Aviz
Cardenal João Braz de Aviz

Siendo la entidad encargada de promover y regular todas sus formas y expresiones, el Dicasterio lleva el pulso de la situación de la vida consagrada en el mundo. ¿Cuál es su estado de salud hoy en día en un contexto cultural cada vez más secularizado e incapaz de entender el valor de las opciones integrales y definitivas?

De nuestra observación surge un amplio y hermoso mosaico acerca de la vida consagrada. No podemos dar una valoración unívoca porque las realidades son realmente muy diversas. Si bien es cierto que en algunas sociedades y culturas la secularización parece disminuir el significado de una vida entregada para siempre a los demás y al Señor, también es cierto que hay culturas y sociedades en las que los valores de la comunión y lo definitivo siguen teniendo un peso importante. Por eso hay tantos matices e, incluso, es cada vez mayor la movilidad de consagrados de un continente a otro. La visión de conjunto es de esperanza y de compartir porque hay muchas personas en las diversas formas de vida consagrada que viven con alegría sus vidas. En general, la vida consagrada goza de buena salud. Lo hemos dicho y lo confirmamos: el pontificado del Papa Francisco y la propia persona de un Papa que proviene del mundo religioso ha dado un impulso hacia una nueva conciencia y apertura, incluso en los contextos secularizados en los que viven muchas personas consagradas. Precisamente en muchos de estos contextos, la vida consagrada aparece como una verdadera profecía.

Ingreso al Dicasterio
Ingreso al Dicasterio

En la competencia de su dicasterio entran no solo las órdenes y congregaciones religiosas, sino también de los institutos seculares, las sociedades de vida apostólica, las comunidades monásticas y las vírgenes consagradas. ¿Cuál es la estructura del Dicasterio y cómo se organiza el trabajo del personal? ¿Cuáles son los costos y en qué medida responden a los puntos del “presupuesto de misión” del dicasterio?

En el Dicasterio hay cinco oficinas entre las que se distribuye el servicio que se presta a las distintas formas de vida consagrada. Obviamente, dado el número mucho mayor de religiosos en comparación con las otras formas, dos oficinas se ocupan exclusivamente de los religiosos y las religiosas, en particular dedicadas una al gobierno y la otra a la disciplina. Otra oficina es específica para la vida contemplativa femenina, y otra reúne las otras formas: las sociedades de vida apostólica, los institutos seculares, el ordo virginum, los llamados nuevos institutos para los que aún no hay claridad teológica y jurídica, y los eremitas. Por último, existe una oficina que se ocupa de las cuestiones generales que afectan a la vida consagrada, no a las de los institutos individuales, y por esta razón la oficina sirve de enlace con las conferencias de superiores mayores y las conferencias episcopales. Hay unos 40 funcionarios que expresan la universalidad de la vida consagrada, tanto por su lugar de origen como por su vocación (religiosa, instituto secular, ordo virginum). Cada funcionario está asignado a una oficina, pero existe una amplia colaboración tanto en cuanto a los temas, que a menudo implican a más de una oficina, como en cuanto al idioma, porque las traducciones de los documentos que recibimos o enviamos las hacen los propios funcionarios y, evidentemente, cada oficina no puede tener un funcionario por idioma.

¿Presupuesto de misión? Hasta cuando fue posible viajar, el Cardenal Prefecto y el Arzobispo Secretario visitaron muchos países para llevar la voz del Papa lo más cerca posible de los consagrados del mundo. Somos un dicasterio verdaderamente en salida.  Obviamente, esto tiene costos, y no solo económicos. Desde el Año de la Vida Consagrada (que comenzó a finales de noviembre de 2014), hemos organizado varios congresos y simposios internacionales sobre temas que interpelan a la vida consagrada.  También hemos realizado varias publicaciones traducidas a las principales lenguas, y continúa la publicación de la revista semestral Sequela Christi. Además, sigue ofreciéndose una propuesta formativa con programas renovados, y que se concreta en la escuela bienal de magisterio y derecho sobre la vida consagrada, con profesores internos y externos del Dicasterio. Esta es la oferta formativa de nuestro Studium o Escuela Interdisciplinar de formación en el Magisterio Eclesial y Normativa Canónica sobre la Vida Consagrada en la Iglesia. Ya desde hace dos años la escuela se ofrece también en inglés a estudiantes kenianos durante el verano, mientras que desde este año estamos en modalidad remota y hemos ofrecido la posibilidad a cien estudiantes que viven en África de seguir las clases en inglés.

Libros del archivo
Libros del archivo

En cuanto a la gestión económica, un tema particular sobre el que se ha centrado su reflexión en los últimos años ha sido la administración del patrimonio de los institutos religiosos. ¿Es posible combinar carisma y dinero? ¿Y cuáles son las indicaciones y orientaciones operativas que la Congregación sugiere a las comunidades de consagrados?

No sólo es posible, sino necesario combinar carisma y dinero. Este es uno de los grandes retos de la vida consagrada hoy. Cada carisma se encarna en una época concreta y se manifiesta a través de opciones, acciones y obras, por lo que está estrechamente ligado a la vida y, por tanto, a un discurso económico. Para vivir y actuar se necesitan medios, ¡también económicos! El fuerte énfasis que el Dicasterio ha ofrecido es el de no identificar el carisma con las obras. Si es cierto que el carisma se traduce en vida y que la vida cambia, las obras también pueden cambiar: cuando un instituto no sabe adaptarse a este cambio, corre el riesgo de concentrarse solo en el aspecto económico, es decir, en los fondos para sostener las obras. Hemos visto que, en estos casos, para salvar las obras, se puede hacer perder la vocación a muchos miembros y poner en riesgo el propio carisma. La economía, como suele decir el Papa Francisco, debe servir, no gobernar. La economía debe estar al servicio de la misión y del carisma. Por ello, la dimensión económica debe ser parte del patrimonio formativo de toda persona consagrada, religioso y religiosa, no solo del ecónomo: es necesaria una buena comprensión del fenómeno económico, pero también una formación que proporcione competencia. En lo que respecta a las obras, el dicasterio siempre ha subrayado, en primer lugar, el significado evangélico de las mismas, y después ha destacado su sostenibilidad carismática, personal y económica. Por ello, el dicasterio insiste cada vez más en la necesidad de abordar esta cuestión consciente de que hay que estar preparado, hacer uso de herramientas y personas competentes y no hacer "una economía artesanal". En 2018 nuestro dicasterio publicó el documento La economía al servicio del carisma y la misión donde se dan orientaciones precisas sobre la economía y la vida consagrada.

Una religiosa que trabaja en el Dicasterio
Una religiosa que trabaja en el Dicasterio

El reciente documento El don de la fidelidad y la alegría de la perseverancia recogió los frutos de la última sesión plenaria del dicasterio, dedicada al problema del abandono de la vida religiosa, que el propio Papa Francisco calificó como "una hemorragia que debilita la vida consagrada y la vida misma de la Iglesia". ¿Cuál es el análisis que se hace de este fenómeno y cuáles son las formas sugeridas para afrontarlo?

El llamado tema de los abandonos lleva tiempo en la mente del Dicasterio: el documento citado es el resultado de una sesión plenaria celebrada en enero de 2017. Desde entonces, hemos analizado el fenómeno en su conjunto y hemos visto que puede haber varias razones para ello: una falta de vocación no reconocida; una falta de formación, sobre todo a nivel afectivo y comunitario; una profunda desconexión entre la formación inicial y la formación permanente; una vida comunitaria que no refuerza la pertenencia sino que la debilita; una verdadera falta de fe y de espiritualidad profunda; un servicio de la autoridad no vivido de forma evangélica; la incapacidad de acompañamiento y la escasa formación de los formadores o la simple improvisación; una cierta secularización que recorre algunos institutos y comunidades. No tenemos recetas para resolver esta situación, pero hemos indicado caminos que remiten a la centralidad del seguimiento y, en consecuencia, a la necesidad de permanecer centrados en Dios. Por otra parte, pensamos que el fenómeno de los abandonos exige una revisión profunda de los itinerarios de formación y un discernimiento vocacional más preciso.

Los archivos del Dicasterio
Los archivos del Dicasterio

A partir de la Vultum Dei quaerere, publicada en 2016, la vida contemplativa se ha visto afectada en los últimos años por importantes cambios, sobre todo a nivel normativo. ¿De qué requisitos surgen y en qué consisten?

La vida contemplativa en la Iglesia se ha desarrollado y evolucionado mucho en los últimos sesenta años. Desde la Sponsa Christi, promulgada en 1950 hasta hoy la vida contemplativa ha sufrido y experimentado muchos cambios y transformaciones. Estos cambios de vida, en el mundo y en la Iglesia, con el gran acontecimiento del Concilio Vaticano II, produjeron estilos, formas, modalidades y prácticas que las normas vigentes de la vida contemplativa no aceptaban, o que a menudo debían ser reguladas como "excepciones". Lo esencial no había cambiado, lo mutable había sufrido cambios y modificaciones. Esto ha motivado que ahora la Iglesia, con la Constitución Apostólica Vultum Dei quaerere (2016) y su Instrucción Cor Orans (2018), produzca un movimiento normativo para regular los cambios, muy consciente de que la norma sigue a la vida. Estos documentos son también una manifestación del gran aprecio de la Iglesia por la vida contemplativa.

Los cambios más significativos, por resumir mucho, serían: En primer lugar, la importancia de las mujeres consagradas en la Iglesia. Por esta razón, la Madre Federal ha recibido la autoridad para realizar la visita canónica, junto con el Ordinario, a los monasterios de su Federación. En el mismo sentido, es aún más importante el papel de la Madre Abadesa o Priora, que se equipara a una Superiora Mayor (como las Provinciales en la vida apostólica), y por tanto con autoridad para regular y acompañar ciertas estructuras en la vida de las hermanas (dispensa de la clausura, permiso para exclaustrar a una hermana durante un año...).

Otro punto importante es que no se llaman simplemente monjas de clausura, ya que no es la clausura lo que determina e identifica esta forma de vida en la Iglesia en su totalidad, sino que se llaman Monjas Contemplativas o Hermanas Contemplativas. La identidad de esta forma de vida evangélica en la Iglesia debe ser vista en su totalidad y en los elementos esenciales que la definen, y no simplemente por un medio, la clausura, para la contemplación. Los doce elementos indicados en la Constitución Apostólica (Vdq) representan hoy el objeto de discernimiento y revisión dispositiva para las hermanas. Estos son la formación, la oración, la centralidad de la Palabra de Dios, los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Penitencia, la vida fraterna en comunidad, la autonomía, la federación, la clausura, el trabajo, el silencio, los medios de comunicación y la ascesis. Otro cambio significativo es la cuestión de la afiliación a un monasterio autónomo cuando se pierde la verdadera autonomía de vida, ya sea por la disminución del número de miembros o por la incapacidad de ser una comunidad formativa. La afiliación tiene lugar para reformar y revitalizar la vida de un monasterio que ha perdido su autonomía, o para acompañar su supresión. En la nueva legislación, la autonomía no se entiende como aislamiento, sino en un contexto de relaciones con los demás monasterios de la propia Orden (federación o congregación) y con la vida consagrada en general, e incluso con la vida de la Iglesia particular. Y para favorecer esta verdadera autonomía se ponen condiciones, como el número de monjas en un monasterio, la capacidad de gobierno y de formación, tanto permanente como inicial, o por ejemplo la capacidad de llevar una vida litúrgica que siga siendo signo de servicio en la Iglesia y en el mundo, y al mismo tiempo se dan indicaciones para evitar el aislamiento de un monasterio. 

La capilla del Dicasterio
La capilla del Dicasterio

Desde las comunidades religiosas femeninas, que representan más de dos tercios del mundo de las personas consagradas, llega hoy una petición de consideración y dignidad, que representa un reto para toda la Iglesia. ¿Qué respuestas están llegando desde el dicasterio?

Creo que el propio cambio del derecho de las contemplativas, al que me refería antes, es indicativo de la respuesta del Dicasterio a la consideración y dignidad de la mujer. En nuestro dicasterio, desde hace tiempo, tenemos mujeres en puestos importantes (subsecretaria, jefa de departamento), lo que significa, por ejemplo, que en el congreso, el lugar donde debatimos asuntos delicados e importantes, la voz de las mujeres está a la par de la de los hombres. Lo mismo ocurre en las ocasiones en las que el dicasterio debe confiar tareas especiales (asistentes, comisarios) a alguien que pueda acompañar una realidad en crisis. También aquí se procura nombrar a una mujer para que acompañe a un instituto femenino.  Solo podremos seguir por este camino si las propias mujeres son las primeras en ser conscientes de su dignidad y en mantener una sana libertad sin caer en la actitud de clericalismo que tan bien describió el Papa.

El Prefecto en su oficina
El Prefecto en su oficina

El dramático fenómeno de los abusos sexuales, al igual que el abuso de poder, ha implicado también al mundo de las personas consagradas. ¿Cómo está cambiando la percepción de esta realidad en la Iglesia y qué papel desempeña la vida religiosa en el camino de purificación y renovación?

Lo que se ha dicho sobre el papel de la mujer también es válido para las cuestiones de los abusos (tanto sexuales como de poder y también espirituales): el Papa Francisco ha emprendido un camino del que no hay vuelta atrás. Si antes teníamos una atención particular para ayudar y a veces proteger (pero siempre con la intención de ayudar a la persona o a la propia Iglesia) a los que cometían el abuso, hoy el camino es tener atención y cuidado tanto de los que han sufrido el abuso como de los que lo han cometido. Esto ha hecho que la propia Iglesia se enfrente cada vez más a esta dramática situación no con miedo, sino con un deseo de cercanía, y por ello no se avergüenza de hablar de ello y de reconocer tales crímenes. Por supuesto, el camino es largo y es un camino que obviamente desafía a la vida consagrada, tanto masculina como femenina. La respuesta de los religiosos y religiosas ha sido afrontar los problemas juntos, ha sido una oportunidad para crear comunión entre las diferentes instituciones. Me refiero al hecho de que en muchos países las conferencias de superiores mayores, a menudo junto con las conferencias episcopales, han elaborado protocolos. Otro paso muy importante fue el de conjugar estas situaciones con los itinerarios de formación. De hecho, muchos institutos han considerado la situación a nivel formativo, tanto en lo que se refiere a la prevención y el acompañamiento en caso de abuso, como a la formación de los superiores que están llamados a gestionar estas situaciones con medidas específicas. Para nosotros, los consagrados, el tema de los abusos, sexuales y de poder, es un tema al que debemos prestar mucha atención. Por ello, nuestro dicasterio cuenta con una comisión ad hoc para tratar estos casos.

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14 marzo 2022, 15:00