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Lisa Zengarini - Ciudad del Vaticano

Revitalizar la cooperación multilateral entre los Estados, basándose en el respeto a la igualdad de derechos y a la autodeterminación de los pueblos, en el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas: esta es la manera de abordar con éxito los nuevos y complejos retos a los que se enfrenta el mundo tras la pandemia de Covid-19. Así lo reiteró el arzobispo Ivan Jurkovi?, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Ginebra. El prelado intervino hoy en una reunión del Comité Preparatorio de la 15ª Sesión Ministerial de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UCTAD XV). La sesión, originalmente prevista para octubre de 2020, tendrá lugar del 3 al 8 de octubre de este año en Barbados bajo el lema "De la desigualdad y la vulnerabilidad a la prosperidad para todos", con el objetivo de perfeccionar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible a la luz del dramático impacto de Covid-19 en las economías de todo el mundo. En el centro de los debates estarán, concretamente, las estrategias y políticas necesarias para ayudar a los países a resistir mejor choques como la pandemia en el futuro y recuperarse rápidamente de las crisis económicas, financieras, climáticas y sociales.

Nuevas formas de compromiso responsable

Objetivos compartidos por la Santa Sede que, al mismo tiempo, reitera la importancia de reforzar la cooperación entre los Estados en un momento en que el multilateralismo se pone a prueba aún más. "Los diferentes aspectos de esta imprevisible crisis, sus soluciones y cualquier nuevo desarrollo que pueda traer el futuro, están cada vez más interconectados y son interdependientes", remarcó Monseñor Jurkovi? en su discurso. Por ello, "la familia de naciones está llamada a repensar su camino, a descubrir nuevas formas de compromiso responsable. De este modo -subrayó- la crisis se convierte en una oportunidad para discernir cómo dar forma a una nueva visión integral del futuro". Según la Santa Sede, el primer borrador del documento de trabajo de la Conferencia, presentado el pasado diciembre, ofrece una "base sólida" en este sentido. Entre sus puntos más destacados está el de subrayar los límites del actual "paradigma de desarrollo", que surgió en toda su evidencia precisamente durante la crisis de Covid-19, que -señaló el representante del Vaticano- sirvió "para recordarnos que éste es realmente un mundo interdependiente" y, por tanto, la necesidad de "una acción colectiva responsable y con visión de futuro".

Desarrollo equitativo

No sólo eso, sino que la crisis también ha puesto de manifiesto hasta qué punto el medio ambiente, el desarrollo y la seguridad están interconectados: "Resolver uno sin pensar en los otros ya no es una perspectiva viable".  Según Monseñor Jurkovi?, el documento final que la UNCTAD se dispone a debatir en los próximos meses ofrece, por tanto, "una oportunidad única para organizar una respuesta eficaz a las consecuencias económicas del Covid-19", siempre y cuando -subrayó a modo de conclusión- no se centre únicamente en medidas macroeconómicas, sino "también en una serie de políticas correctoras para construir una senda de desarrollo equitativo, integral y respetuoso con el clima".