En Estudio 9 el Cardenal Miguel Ayuso sobre la Fraternidad Humana
Patricia Ynestroza- Ciudad del Vaticano
Hoy tuvimos en ESTUDIO 9 al Cardenal Miguel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y del Comité Superior para alcanzar los objetivos del documento, sobre la fraternidad humana.
Ayer se celebró la Primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana instituida por la ONU. Recordando el segundo aniversario, el 4 de febrero de 2019, cuando en Abu Dhabi, el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyib, firmaron el histórico “Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común” sentando las bases, no sólo entre las relaciones entre el cristianismo y el Islam, sino también entre las distintas tradiciones religiosas en el mundo, en nombre de la paz.
El Papa Francisco participó ayer en la celebración de la Jornada Internacional. El evento virtual organizado por el jeque Mohammed Bin Zayed en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, contó también con la participación del Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb; el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres y otras personalidades.
Entrega del Premio Zayed a la Fraternidad Humana
Parte de estas celebraciones fue la entrega del Premio Zayed a la Fraternidad Humana. El miércoles se anunciaron los ganadores del Premio a través de una conferencia de prensa virtual. Los ganadores fueron seleccionados por un jurado independiente y procedían de un grupo de personas de 30 países que habían sido nominadas por líderes en las áreas de gobierno, cultura y religión. Tanto el Papa Francisco como el Gran Imán de Al-Azhar entregaron conjuntamente el premio durante la ceremonia virtual. Los ganadores sabemos son:
António Guterres, político de Portugal y noveno Secretario General de las Naciones Unidas. Durante el último año en el que el mundo entero se ha visto envuelto en la pandemia del coronavirus, Guterres alzó la voz en varias ocasiones apelando a un "alto el fuego global en todos los rincones del mundo para centrarse juntos en la verdadera lucha: derrotar al Covid-19". Al recibir la noticia del premio, Guterres declaró: "Me siento honrado de recibir el Premio Zayed a la Fraternidad Humana con humildad y profunda gratitud. Lo veo también como un reconocimiento a la labor que las Naciones Unidas realizan cada día, en todas partes, para promover la paz y la dignidad humana."
Latifah Ibn Ziaten, fundadora de la Asociación Imad para la Juventud y la Paz. Latifah es originaria de Marruecos y es madre de cinco hijos. En 1977 se trasladó a Francia con diecisiete años. Uno de sus hijos, Imad, se alistó en el 1º Regimiento de Paracaidistas de Francia. Imad fue asesinado cerca de Toulouse en 2012. Más tarde buscó al asesino de su hijo, Mohammed Merah, para entender qué le había llevado a cometer el asesinato. Ese encuentro le permitió entrar en el mundo de un joven que se sentía abandonado y que nunca había logrado integrarse en la sociedad en general. Desde que fundó la Asociación Imad para la Juventud y la Paz, Latifah viaja por toda Francia para contar su historia y reunirse con los jóvenes. Su esperanza es contribuir a preservar la "armonía social" entre las generaciones mayores y las jóvenes, y entre los nativos de Francia y los inmigrantes.
Al recibir la noticia del premio, Latifah Ibn Ziaten dijo: "Es un gran honor, y una gran humildad, haber sido reconocida por el Premio Zayed a la Fraternidad Humana por el trabajo que yo y muchos otros hacemos, cada día, para hacer frente al extremismo a través del diálogo, el respeto mutuo y la coexistencia pacífica. Y lo que es más importante, espero que este premio ayude a concienciar a un público más amplio sobre la necesidad de continuar con estos esfuerzos."
La fraternidad, nueva frontera de la humanidad
“Hermanas y hermanos, esa es la palabra: hermanas y hermanos”: al iniciar ayer su intervención el Santo Padre Francisco quiso afirmar el concepto de fraternidad, dirigiéndose, de modo especial, a su “hermano, amigo, compañero de desafíos y de riesgos en la lucha por la fraternidad”, el Gran Imán Ahmed el Tayeb, a quien expresó su gratitud por la compañía “en el camino por la reflexión y la redacción” del Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y Convivencia común, presentado hace dos años, en ocasión de su Viaje Apostólico a los Emiratos Árabes Unidos.
“Su testimonio – expresó el Sumo Pontífice al Gran Imán – me ayudó mucho porque fue un testimonio valiente. Yo sé que no era una tarea fácil. Pero con usted pudimos hacerla juntos, y ayudarnos mutuamente. Lo más lindo de todo es que ese primer deseo de fraternidad se fue consolidando en verdadera fraternidad. Gracias hermano, gracias”. El agradecimiento del Papa Francisco fue también para su Alteza Sheikh Mohammed bin Zayed, por todos los esfuerzos que ha puesto para lograr seguir adelante en el camino de la fraternidad: “Creyó en el proyecto. Creyó”, subrayó. Y el agradecimiento fue también hacia el juez Abdel Salam, Secretario General del Alto Comité, “amigo, trabajador lleno de ideas”, “l’enfant terrible”, como lo llamó cariñosamente Francisco, de todo este proyecto, que ayudó a que el mismo saliera adelante.
“Gracias a todos por apostar por la fraternidad, porque hoy la fraternidad es la nueva frontera de la humanidad. O somos hermanos, o nos destruimos mutuamente”.
El Papa se dirigió a los galardonados por el Premio Zayed a la Fraternidad Humana, inspirado en el documento firmado en Abu Dabi: primero, al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, a quien felicita y agradece por “todos los esfuerzos que hace por la paz”. Una paz- asegura el pontífice- que sólo se va a lograr con un corazón fraterno. Y segundo, a Latifa Ibn Ziaten, presidenta de la asociación IMAD, que trabaja por la reconciliación y el diálogo, especialmente en las escuelas:
Querida hermana, - le dice el Papa - tus últimas palabras no son dichas de oídas o convencionalmente, “somos todos hermanos”. Son el convencimiento. Y un convencimiento plasmado en el dolor, en tus llagas. Vos jugaste tu vida por la sonrisa, jugaste tu vida por el no resentimiento y a través del dolor de perder un hijo —solamente una madre sabe lo que es perder un hijo— a través de ese dolor tú te animas a decir “somos todos hermanos” y a sembrar palabras de amor. Gracias por tu testimonio. Y gracias por ser madre de tu hijo, de tantos chicos y chicas; por ser madre hoy de esta humanidad que te está escuchando y que aprende de vos: o el camino de la fraternidad, o hermanos, o perdemos todo. Gracias, gracias.
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