29 de noviembre: “Museos Vaticanos. Venid, adoremos”
En esta Natividad, María es más grande respecto a las demás figuras para subrayar el papel de la Madre de Dios. El Niño Jesús yace envuelto en vendas en el pesebre con forma de sepulcro, prefiguración de su sacrificio. Un coro de ángeles, la estrella y la paloma -símbolo del Espíritu Santo- representan la intervención de Dios. Los pastores aparecen en la escena del Anuncio y en la de la Adoración. Los instrumentos musicales y los rebaños recuerdan antiguas representaciones bucólicas.
“Entremos en la verdadera Navidad con los pastores, llevemos a Jesús lo que somos, nuestras heridas no curadas, nuestros pecados. Así, en Jesús, saborearemos el verdadero espíritu de Navidad: la belleza de ser amados por Dios. Con María y José quedémonos ante el pesebre, ante Jesús que nace como pan para mi vida. Contemplando su amor humilde e infinito, digámosle sencillamente gracias: gracias, porque has hecho todo esto por mí.”
(Papa Francisco – Navidad 2016- Misa de Nochebuena)
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A cargo de Paolo Ondarza
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