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Pseudo Domenico di Michelino, s. XV, Entrada de Cristo en Jerusalén, Pinacoteca Vaticana  ©Musei Vaticani Pseudo Domenico di Michelino, s. XV, Entrada de Cristo en Jerusalén, Pinacoteca Vaticana ©Musei Vaticani

5 de abril. Museos Vaticanos: La belleza nos une

La belleza crea comunión, involucra en la misma mirada a personas distantes, conecta el pasado, el presente y el futuro. El Papa Francisco lo ha recordado en más de una ocasión. La universalidad de la Buena Nueva siempre ha sido traducida por la Iglesia en el lenguaje del arte. A partir de estas premisas, en un momento histórico dramático, caracterizado por la incertidumbre y el aislamiento, presentamos esta iniciativa realizada por los Museos Vaticanos y Pope: las obras maestras de las colecciones del Vaticano comentadas por los Papas.

Pseudo Domenico di Michelino, s. XV, Entrada de Cristo en Jerusalén, Pinacoteca Vaticana  ©Musei Vaticani

©Musei Vaticani
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“El Señor realmente compartió y se regocijó con el pueblo, con los jóvenes que gritaban su nombre aclamándolo como Rey y Mesías. Humildad no significa negar la realidad, y Jesús es realmente el Mesías, el Rey. Pero al mismo tiempo, el corazón de Cristo está en otro camino, en el camino santo que solo Él y el Padre conocen: el que va de la «condición de Dios» a la «condición de esclavo», el camino de la humillación en la obediencia «hasta la muerte, y una muerte de cruz» (Flp 2,6-8). Él sabe que para lograr el verdadero triunfo debe dejar espacio a Dios; y para dejar espacio a Dios solo hay un modo: el despojarse, el vaciarse de sí mismo. Callar, rezar, humillarse. Con la cruz no se puede negociar, o se abraza o se rechaza. Y con su humillación, Jesús quiso abrirnos el camino de la fe y precedernos en él.”

Papa Francisco, homilía, Domingo de Ramos, 14 abril 2019

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05 abril 2020, 08:00