Comastri celebra una misa para los trabajadores de la comunicaci¨®n de la Santa Sede
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
La mañana del viernes 20 de diciembre, el cardenal Angelo Comastri, celebró en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro una misa para los trabajadores del Dicasterio para la comunicación de la Santa Sede, en preparación a las fiestas navideñas, que contó con la presencia, entre otros, del Prefecto del Dicasterio, Paolo Ruffini, y del secretario Monseñor Lucio Adrian Ruiz, quien proclamó el Evangelio.
Lo que nos hace diferentes es la bondad
El purpurado inició su homilía reflexionando sobre los versos del poeta Umberto Saba (1883-1957) de Trieste, que "contienen las coordenadas de una Navidad auténticamente cristiana": «¡Señor Jesús, todos somos iguales! Ricos o pobres, educados o no educados... Lo que nos hace diferentes es la bondad. Sí, sólo la bondad hace la diferencia entre las personas. Señor Jesús, deja que al menos una migaja de bondad crezca en nosotros».
Profundizando sobre la lectura del Evangelio según San Lucas (1,26-38), el cardenal habló del "sí" más comprometido de toda la historia, porque es la afirmación con la que "Dios ha entrado en la familia humana empujando la historia hacia una dirección de victoria de los buenos, los mansos, los misericordiosos, los puros de corazón, los pacificadores", que "serán los verdaderos triunfadores al final".
Porque "Dios se ha puesto de este lado -aseguró Su Eminencia- y por eso celebramos la Navidad y debemos alegrarnos cada vez que vuelve".
No solo el cristiano reconoce la grandeza de Jesús
En alusión a la importancia histórica del paso de Jesús por esta vida, el purpurado señaló que incluso muchos personajes conocidos internacionalmente, fueron capaces de reconocer su grandeza a pesar de estar al margen del cristianismo.
"Como Benedicto Croce, que dijo: "soy un estudioso de la historia pero debo reconocer que la única novedad que ha aparecido es el cristianismo", es decir, Jesús; como Gandhi, que llamó a las Bienaventuranzas la cumbre más alta de la espiritualidad cristiana; o como el filósofo Emmanuel Kant, que vino a sostener que el Evangelio es la fuente de toda nuestra civilización".
El mensaje de Jesús se ve en los santos
No obstante, donde verdaderamente el cristiano puede ver el mensaje de Jesús es en la vida de los santos:
Empezando por Madre Teresa de Calcuta -aseveró el arcipreste de la Basílica de San Pedro- "una mujer extraordinaria" de "nuestro tiempo" que "abrió un surco de misericordia": hoy son 762 las casas realizadas por sus Misioneras de la Caridad.
La humildad y la caridad del testimonio cristiano
O como Pío de Pietrelcina, "el humilde hermanito que siempre vivió a la sombra de un convento, que recibió los estigmas que durante cincuenta años permanecieron abiertos, convirtiéndose en un cristal transparente a través del cual se podía ver a Jesús".
Otro santo mencionado por el purpurado y donde también encontramos el testimonio cristiano de Jesús fue Juan XXIII que en octubre de 1962, al borde de una guerra mundial, los barcos soviéticos se dirigían a Cuba llenos de misiles para apuntar a Estados Unidos. "El Papa Roncalli se involucró, toda la noche al teléfono con Washington y Moscú -recuerdó el cardenal- y al final logró convencer a ambos: la paz fue salvada".
Finalmente, el cuarto santo propuesto como modelo fue Don Bosco, quien comprendió que el verdadero problema de la sociedad actual es la educación: "el mal, más que curarlo, hay que prevenirlo educando a los jóvenes".
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