#SinodoAmazonico. La Iglesia confiesa los "pecados ecológicos". Que sacerdotes sean santos
Pope - Ciudad del Vaticano
La violación sistemática de los derechos de los pueblos originarios de la Amazonía y la vida en riesgo de toda la región, herida en su hábitat, fueron el centro de la reflexión de la cuarta congregación del Sínodo de los Obispos.
No a la indiferencia, sí a la responsabilidad
Hay un fuerte llamamiento para que la Iglesia, con su voz autorizada en el campo moral y espiritual, proteja siempre la vida, denunciando las muchas estructuras de muerte que la amenazan. No al individualismo o a la indiferencia que nos hace mirar la realidad como espectadores, como en una pantalla. Sí a una conversión ecológica centrada en la responsabilidad y en una ecología integral que ponga en el centro por encima de toda dignidad humana, que ha sido pisoteada demasiadas veces.
La comunidad internacional se enfrenta a las violaciones de los derechos humanos
La inaceptable situación de degradación del medio ambiente en la región panamazónica debe ser tomada en serio por toda la comunidad internacional, que a menudo es indiferente al derramamiento de sangre inocente. Las poblaciones autóctonas, custodias de las reservas naturales, evangelizadas por la Cruz de Cristo, deben ser consideradas como aliadas en la lucha contra el cambio climático desde el punto de vista sinodal, es decir, como en un camino "juntos", en amistad. En la intervención de un delegado en este sentido, se destacó la necesidad de unir fuerzas y dialogar, porque la amistad -dijo- "respeta, protege y cuida". La invitación a la Iglesia a ser aliada de los movimientos sociales de base, a escuchar humilde y acogedoramente la cosmovisión amazónica, a comprender los diferentes significados, comparados con la tradición occidental, que las culturas locales dan a los símbolos rituales, surgió de muchas partes.
Mayor conocimiento de los "pecados ecológicos"
Se ha destacado el desarrollo sostenible, socialmente justo e inclusivo, que combina el conocimiento científico y tradicional, porque el futuro de la Amazonía, una realidad viva y no un museo, está en nuestras manos. También queremos una conversión ecológica que nos haga percibir la gravedad del pecado contra el medio ambiente como un pecado contra Dios, contra nuestro prójimo y contra las generaciones futuras. De ahí la propuesta de profundizar y difundir una literatura teológica que incluya junto con los pecados, tradicionalmente conocidos, los "pecados ecológicos".
Promover el diaconado indígena permanente
La reflexión sobre los ministerios se enriqueció con la llamada a unir fuerzas en la formación de misioneros amazónicos, laicos y consagrados. Es necesario involucrar más a los pueblos indígenas en el apostolado, comenzando por la promoción del diaconado indígena permanente y la valorización del ministerio laical, entendido como una auténtica manifestación del Espíritu Santo. También hay un llamado a una mayor participación de las mujeres en la Iglesia.
Reflexión sobre la vocación sacerdotal
El tema de los criterios de admisión al ministerio ordenado se ha retomado en más de un discurso. Hay quienes han instado a la oración por las vocaciones, pidiendo la transformación de la Amazonía en un gran santuario espiritual desde el que elevar la oración al "Maestro de la mies" para que envíe nuevos obreros del Evangelio. La insuficiencia numérica de los presbíteros -se observó- es un problema no sólo amazónico, sino común a todo el mundo católico. De ahí, la llamada a un serio examen de conciencia sobre cómo se vive hoy la vocación sacerdotal. En efecto, la falta de santidad es un obstáculo para el testimonio evangélico: los pastores no siempre llevan consigo el olor de Cristo y acaban ahuyentando a las ovejas que están llamados a conducir.
El perfume de la santidad y de los jóvenes
También se destacó el luminoso ejemplo de los mártires de la Amazonia, como el de dos siervos de Dios asesinados en Mato Grosso: el padre salesiano Rudolf Lunkenbein y el laico Simão Cristino Koge Kudugodu. La conversión ecológica es de hecho, en primer lugar, la conversión a la santidad. La santidad tiene un enorme poder de atracción entre los jóvenes, para quienes se requiere una pastoral renovada, más dinámica y atenta. Se ha pedido que se destaquen los numerosos testimonios de buenos sacerdotes, también a través de los medios de comunicación, y no sólo los escándalos existentes que desgraciadamente ocupan tantas páginas de periódicos. Además, si los flagelos como la violencia, las drogas, la prostitución, el desempleo y el vacío existencial amenazan a las nuevas generaciones, hay que señalar que hay ejemplos positivos de muchos jóvenes católicos.
La memoria del Cardenal Serafim Fernandes de Araújo
Los ojos también se centraron en el tema de la inmigración, que en la Amazonía tiene muchas caras, pero que siempre requiere una acción eclesial coordinada basada en la acogida, la protección, la promoción y la integración. La cuarta congregación presidida por el Papa se abrió con la oración de toda la asamblea por el Cardenal Serafim Fernandes de Araújo, fallecido hoy en Belo Horizonte.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí