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Seminario en el Vaticano: el liderazgo ético al servicio de la Casa Común

Este 19 de octubre en el Vaticano, en el contexto del Sínodo de los Obispos para la Amazonía, se ha celebrado el Seminario promovido por la Fundación Vaticano José Ratzinger-Benedicto XVI sobre el tema: "Los desafíos de la región panamazónica: la cooperación necesaria entre los organismos internacionales y la Iglesia Católica y el liderazgo ético". Al final de la presentación de canciones y música de artistas de Bolivia.

Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano

El lugar de celebración del Seminario de esta tarde, el atrio de la Sala Pablo VI del Vaticano. La iniciativa se organiza junto con la Secretaría del Sínodo, pero también en colaboración con el Observador de la Santa Sede ante los organismos internacionales presentes en Roma (FAO, FIDA, PMA), con el Instituto "Razón abierta" de Madrid, y con el apoyo de la Fundación Templeton, en el marco de un proyecto de formación para el "Liderazgo Ético". Como dice el título, frente a los desafíos de la región amazónica, se pretende subrayar la necesidad de un trabajo conjunto entre las organizaciones internacionales y la Iglesia Católica, destacando el acuerdo entre el "sí alabado" del Papa Francisco y la Agenda 2030 de la ONU.

Los ponentes

Después del saludo del Cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, que da la bienvenida, abren el Seminario las palabras introductorias del Cardenal Pedro Ricardo Barreto Jimeno, presidente delegado del Sínodo y vicario presidente de la Red Eclesial Panamazzónica (Repam). Aunque los problemas de la humanidad son muchos, el cardenal señala que "siempre podemos reorientar nuestro camino para tratar de resolverlos" y que "las preocupaciones por nuestro planeta no oscurecen nuestra alegría y nuestra esperanza" que vienen de Cristo. A continuación, René Castro-Salazar, asistente del Director General de la FAO para el Clima, la Biodiversidad, la Tierra y el Agua; Mattia Prayer Galletti, especialista técnico principal del FIDA; y Francisco Torralba, catedrático de Sociología de la Universidad Ramon Llull de Barcelona. Las conclusiones de la reunión, moderada por el Padre Federico Lombardi, Presidente de la Fundación Vaticana José Ratzinger-Benedicto XVI, son presentadas por Monseñor Fernando Chica Arellano, observador permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA. El concierto final será ofrecido por el grupo Coros y Orquestra Palmarito & Urubichà de Bolivia, específicamente para el Sínodo, que interpretará canciones y música características.

¿Por qué promover este Seminario?

En su papel de moderador, el Padre Federico Lombardi explica por qué la Fundación ha promovido este encuentro. Su tarea, explicó, es seguir desarrollando los grandes temas del pontificado de Benedicto XVI mostrando una total continuidad con el Papa Francisco, cuyo pontificado profundiza en muchos temas ya tocados por su predecesor. Recuerda que Benedicto XVI fue llamado en cierto momento "el Papa verde" por sus numerosos discursos sobre el cuidado de la creación, una cuestión que Francisco ha desarrollado tanto.

Posibilidades técnicas y voluntad política para salvar el planeta

René Castro-Salazar, de la FAO, toma la palabra. En su discurso subrayó que todos, individuos, pueblos y Estados deben sentirse implicados en un cambio para salvar la Tierra. Dijo que existe la posibilidad de éxito, citando, por ejemplo, las buenas prácticas ambientales implementadas por Chile y Costa Rica. Las posibilidades técnicas para invertir la tendencia y abordar el cambio climático existen, repite, lo que se necesita es la voluntad política para hacerlo. Por eso necesitamos la cooperación de todos los Estados de los diferentes continentes, y necesitamos que la persona humana vuelva a estar en el centro de todos los procesos.

Los pueblos indígenas desafían a nuestro mundo

Mattia Prayer Galletti del FIDA describe el compromiso con los pueblos indígenas y dice inmediatamente que la organización "tiene como misión la lucha contra la pobreza rural", ya que el 75% de los pobres del mundo viven en estas zonas. Un compromiso que comenzó hace 30 años y que hoy en día hace que el Ifad financie 63 proyectos en 32 países de todas las regiones del mundo, llegando a 6 millones de personas y a unos 150 pueblos indígenas diferentes.

Afirmó, que se utilizan dos instrumentos para lograr los objetivos: el instrumento financiero para dar contenido a pequeños proyectos en contacto directo con la población local, y el instrumento político a través del Foro de Pueblos Indígenas que permite un diálogo continuo entre los pueblos indígenas, las organizaciones internacionales y los gobiernos. A continuación, enumera los desafíos que implica trabajar con los pueblos indígenas: el desafío económico, con el abandono del modelo económico actual "donde pocos toman y muchos toman demasiado poco".

Los pueblos indígenas son vistos a menudo como un obstáculo para el modelo económico depredador de hoy, pero no sólo porque viven en territorios de los que se pueden extraer enormes recursos, sino también porque "los principios en los que basan sus modelos de vida, los de compartir, dar, propiedad colectiva, rechazo de los residuos y responsabilidad común están en abierto conflicto con el modelo dominante". ¿Estamos seguros de que no tenemos nada que aprender?

Responsabilidad colectiva por los bienes comunes

El segundo desafío es el medio ambiente y "¿quién mejor que los pueblos indígenas puede ser considerado hoy como el mejor guardián de la creación? Aquellos que "han mantenido una estrecha relación con el entorno en el que viven de forma simbiótica, entorno con el que están interconectados". Además, dice, "en su cosmogonía la naturaleza tiene un elemento muy fuerte de espiritualidad", y el tercero es un desafío cultural. "Las culturas de los pueblos indígenas son fundamentales para la gestión de los recursos del planeta. Nuestra tarea es relacionarlos con el pensamiento científico en un diálogo constructivo.

Finalmente, el cuarto reto es el político: "Hasta que no entendamos la importancia de proteger los derechos de la naturaleza, así como los de los más débiles y los de las generaciones futuras, la mera conciencia de los problemas no será suficiente para encontrar una solución eficaz y duradera, dice. Una cuestión clave es el reconocimiento de la responsabilidad colectiva por los bienes comunes. Y la región amazónica es un bien común.

Pero hay un punto desde el cual no podemos ignorar: "Pero cómo lo hacemos -dice Galletti- reconociendo los bienes comunes, tratando con "nuestro" hogar común reconociéndonos en una sola humanidad, en una fraternidad compartida, con un sentido común del destino, donde todo lo que sucede en el planeta, sea cual sea la guerra, el desastre natural nos toca de cerca y nos empuja a reaccionar. Concluyendo su discurso, Galletti dice de nuevo: "La comunidad mundial necesita a los pueblos indígenas. Tenemos mucho que aprender de las culturas que valoran las relaciones comunitarias, el compartir, el profundo respeto por la naturaleza, interconectados con todos los elementos de la vida.

Trabajar para la formación de líderes éticos

El sociólogo Francisco Torralba habla de la importancia de la formación de líderes éticos para romper con la visión miope del mundo actual, para pasar del micro al macroespacio, es decir, universal, y describe cuáles deben ser las características y virtudes del nuevo líder: una persona que no sea arrogante sino generosa y capaz de trabajar junto a los demás. La función fundamental de un líder, dice, es la capacidad de entregarse a sí mismo, a sus talentos y habilidades, para que los demás puedan crecer sin confundir su persona con el servicio al que está llamado y, por lo tanto, ser capaz de transmitir el testimonio para seguir adelante. Y citando al Papa Francisco que afirma: "Vivimos un cambio de época y no sólo un cambio de época", concluye observando que se requiere un cambio de paradigma de liderazgo político para poder afrontar los retos de hoy y de mañana.

Difundir "una cultura de las virtudes" en el mundo

En el discurso final de Monseñor Fernando Chica Arellano, la pregunta fundamental: ¿qué hacer frente a la crisis social y ambiental que vive la Amazonía y que produce efectos a nivel universal? "Es necesario -responde- promover acciones sincrónicas y coordinadas a nivel internacional", porque "en un mundo interconectado y globalizado, sólo la cooperación puede producir resultados significativos y afectar concretamente a la realidad".

Muchas acciones ya están siendo promovidas por diversos actores para la protección de la región. Entre ellas, observa Monseñor Arellano, está la Iglesia Católica, pero para que todo este compromiso sea efectivo, destaca, es fundamental la actividad de empoderamiento y formación de las personas. "Este es el propósito del liderazgo ético que busca guiar el comportamiento humano en nombre de la honestidad, la confiabilidad, la transparencia y el cuidado de la casa común, en un intento de formar a los líderes políticos del mañana en nombre de los valores".

También es necesario difundir "una cultura de las virtudes" por todo el mundo. En este sentido, señala que "tenemos mucho que aprender de los pueblos indígenas", empezando por la generosidad en la vida para su propio pueblo, por el apego a la familia y el respeto a los ancianos, por la mejora de la vida y la espiritualidad, por el valor que se da al tiempo y a la sabiduría ligada a los ritmos y procesos de la naturaleza. Monseñor Arellano concluye con un deseo: "Todos podemos ser educados por esta forma de vida de los pueblos indígenas, que más que nadie ha preservado esta humanidad y el vínculo esencial con la Creación, ahora olvidados por el mundo occidental".

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20 octubre 2019, 09:16