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Card. Parolin: en Rumania el Papa recordará las raíces cristianas

El trigésimo viaje apostólico de Francisco será en la estela del diálogo ecuménico. Con el llamado fuerte a redescubrir los valores fundadores de Europa

Massimiliano Menichetti - Ciudad del Vaticano 

Gran expectativa en Rumania por la llegada del Papa. Francisco, reitera el Secretario de Estado del Vaticano, el Card. P. Pietro Parolin, llevará un mensaje de aliento y de unidad, siguiendo la huella del histórico viaje de San Juan Pablo II. El lema oficial de la visita, que tendrá una fuerte impronta mariana es: "Caminemos juntos".

Eminencia, ¿con qué espíritu se prepara el Papa para partir?

La partida tendrá lugar el día en que la Iglesia latina celebra la Visitación de María, que se propone ir a visitar a su prima Isabel. Es así que también el lema que caracteriza este viaje del Papa, tiene una fuerte impronta mariana. Es una manera de caminar juntos al estilo de la Santísima Virgen María, un estilo de humildad, de servicio, de caridad, hacia la prima y hacia los más necesitados. Me parece que el Papa parte precisamente con esta actitud, con este espíritu: quiere ser peregrino para compartir el camino de esas comunidades cristianas, el de la comunidad civil, de la sociedad rumana; quiere ser pastor para animar a sus hermanos y hermanas en la fe, teniendo en cuenta también la riqueza de las expresiones y ritos que caracterizan a la Iglesia en Rumania. Y quiere ser un testigo de caridad, sobre todo hacia los jóvenes, invitándoles a fomentar siempre esa cultura del encuentro, como él dice, que realmente nos permite reencontrarnos juntos en un momento histórico en el que, en cambio, prevalecen las divisiones y las contraposiciones. Me parece que éste es el espíritu con el que el Santo Padre pretende hacer este viaje.

El encuentro con las comunidades latina y greco-católica en un país de mayoría ortodoxa. Un viaje pastoral, pero que también tendrá un fuerte impulso ecuménico...

Sí, también esta es una característica que marca fuertemente este viaje. Recordemos que hace sólo veinte años, en mayo de 1999, San Juan Pablo II fue a Rumania. Fue un viaje que podemos definir histórico, porque también abrió las puertas para visitar otros países de mayoría ortodoxa. Todos recordamos el grito que se elevó en la plaza: "¡Unidad! "¡Unidad!" Ese fue sin duda un primer paso, un paso fundamental. El viaje del Papa hoy está un poco en la estela, quiere ser un paso adelante en esta dirección, trabajando -precisamente- por el ecumenismo. Me parece que desde un punto de vista ecuménico hay que destacar dos cosas: la primera es la realidad de Rumania como encrucijada en la que se encuentran Europa Oriental y Occidental, un puente entre las diversas realidades, como se manifiesta también por su rico patrimonio artístico del que realmente está dotada; la segunda es el aspecto del testimonio común. Ya existió un ecumenismo, lo que el Papa llama un ecumenismo de sangre, es decir, creyentes que pertenecían tanto a la Iglesia Católica como a la Iglesia Ortodoxa que sufrieron bajo el régimen ateo que conculcó la libertad religiosa y los derechos de los creyentes. Así que ya han logrado una unidad en el sufrimiento, en el martirio. Esperamos que estos hermanos nuestros que ya están en el cielo y disfrutan de la gloria de Dios después de haber sufrido en la tierra, puedan ayudar a continuar este camino.

El Papa será abrazado en el Santuario Mariano de Șumuleu-Ciuc en particular por la minoría húngara, concentrada en Transilvania. Hay quienes hablan de un viaje en el viaje. ¿Es así?

En Rumania podemos usar otra imagen que ya usaba San Juan Pablo II cuando hablaba del jardín de la Virgen, en el sentido de un jardín variado. Hay diferentes comunidades: pensemos en los católicos que son latinos de diferentes idiomas: rumano, húngaro, polaco, croata.... luego está la comunidad armenia, la gran mayoría constituida por ortodoxos y varios grupos étnicos, entre los cuales el húngaro, que constituye una presencia significativa. Creo que todos conocemos la sensibilidad del Papa, su continuo llamamiento al respeto de los diversos componentes, de las tradiciones, de las culturas, de las costumbres de cada realidad, dentro de la unidad de un país. Creo que el Papa hará un llamamiento en este sentido, es decir, al respeto dentro de la unidad del país. Y en el santuario al que se dirigirá esta llamada resonará con especial fuerza; una llamada a caminar juntos, como dice el lema de este viaje, superando las divisiones históricas y reencontrándose  todos en la unidad de la fe compartida.

Usted lo anticipó, Francisco estará en Rumania veinte años después de la visita de San Juan Pablo II. Hoy el país se encuentra en una Europa que acaba de salir de las elecciones. ¿Qué mensaje lleva el Papa?

Creo que el Papa lleva un mensaje de aliento. Rumania ha vivido momentos difíciles en su historia: la ocupación extranjera, el largo período de ateísmo... Desde 2007 ha entrado a formar parte de la Unión Europea y ha dado una contribución significativa, empezando por su patrimonio cultural. Recientemente se celebró en Sibiu una cumbre en la que se destacó la importancia de la paz, del largo período de paz garantizado por la Unión Europea, de la prosperidad y del progreso que ello ha comportado. El Papa recordará naturalmente los valores fundadores de esta Europa y también las raíces cristianas, porque estos valores -la dignidad de la persona, la solidaridad- encuentran su fundamento más firme precisamente en la herencia cristiana de la que Rumania es también portadora. Por lo tanto, será un estímulo para seguir contribuyendo en la construcción de esta Europa que, esperemos, se vuelva cada vez más sólida, basada en valores fundamentales como son los valores cristianos.

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29 mayo 2019, 16:01