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Mons. Jurkovič: derecho al desarrollo, un derecho humano

Declaración de Mons. Iván Jurkovič, Representante Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en Ginebra en el Grupo de trabajo intergubernamental de composición abierta sobre el derecho al desarrollo

Ciudad del Vaticano

El representante de la Santa Sede, Mons. Iván Jurkovič planteó en su mensaje que el desarrollo humano no es solo un problema económico, sino que la Santa Sede lo reconoce como un derecho humano y la persona humana como sujeto central del desarrollo.

El ser humano sujeto del desarrollo

Planteó que el el desarrollo humano integral debe dirigirse a todas las personas, no solo a unas pocas, y para toda la persona, no solo la dimensión material (véase Populorum Progressio, 14).

Además, subrayó, la responsabilidad social e individual en la promoción y construcción del desarrollo de todos y todas.  Insistió en la necesidad de “La satisfacción de las necesidades básicas tanto materiales como no materiales y considera que es de suma importancia que las personas desempeñen un papel activo y participen plenamente en la construcción de su propia realidad”.

“La autorealización individual y colectiva, así como el respeto a los principios de igualdad y la no discriminación, deben considerarse partes esenciales del proceso del desarrollo. Este enfoque podría representar una respuesta efectiva a la naturaleza dinámica de un derecho que puede ser relevante para los desafíos actuales y futuros”, afirmó.

La sociedad constructora de desarrollo

El representante de la Santa Sede planteó que cualquier discusión sobre el tema del desarrollo, debe proponer formas de abordar las desigualdades existentes y la degradación del medio ambiente. “Esto porque el planteamiento hecho no solo busca objetivos económicos o políticos, sino también se enfoca en todos los aspectos de la dignidad humana”.

El nuncio añadió que “la sociedad debe proporcionar una adecuada respuesta a la erradicación de la pobreza a través del empoderamiento de los marginados y de las comunidades desfavorecidas, especialmente superando las diversas formas de corrupción. Eso crea desigualdades. En este sentido, la Santa Sede insta al respeto de la dignidad humana y a garantizar el desarrollo humano integral, promoviendo la buena gobernanza y así, facilitar la igualdad de acceso a servicios esenciales y recursos vitales, incluida la educación, agua potable, sanidad, energía limpia, y tierra”.

Finalizó su mensaje haciendo un llamado: “Si queremos alcanzar los objetivos de la Agenda 2030, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para responder adecuadamente "tanto al grito de la tierra como al grito de los pobres".

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30 abril 2019, 13:53