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José Villanueva – Ciudad del Vaticano

El 13 de noviembre de 2018, la Santa Sede y la República Federativa el Brasil, firmaron un Concordato en donde se establecieron los derechos de la Iglesia Católica. Tras cumplirse diez años del este importante acuerdo, la Santa Sede ha convocado la realización de un Seminario por los 10 años de la firma de este tratado.

En ese sentido, el Cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos y encargado de la firma del tratado, brinda un discurso durante la realización de dicho coloquio ante el acontecimiento histórico para ambos estados.

“Es una gran alegría poder participar en esta reunión y compartir algunas reflexiones sobre un proceso que tuve la gracia de ser protagonista directo, trabajando con el único deseo de darle a la Iglesia la oportunidad de realizar su misión evangelizadora en la amada nación brasileña”.

Historia de las relaciones entre Brasil y la Santa Sede

El Purpurado recuerda en un principio las relaciones con el Estado de Brasil fueron siempre muy cordiales desde el periodo colonial portugués, puesto que el catolicismo siempre ha sido la religión oficial, incluso después de la independencia en 1825.  

“En la práctica, el Brasil neoindependiente adoptó en su sistema legal la Constitución Imperial de 1824 que tenía un carácter claramente confesional, formalizada en el artículo 5 ° por el instituto de Padroãdo, es decir, el sistema de la religión estatal: "la religión católica apostólica Romana seguirá siendo la religión del Imperio. Todas las demás religiones serán permitidas con su culto doméstico o privado, en casas destinadas a este propósito, sin ninguna forma externa de templo".

Diocesan Mitra

El Cardenal Baldisseri menciona que no sería hasta 1889, con la proclamación de la República del Brasil y del Decreto N.119-A del 7 de enero de ese mismo año. Es así como la Iglesia Católica del Brasil, pasaría a tener una personalidad jurídica reconocida por el Estado con el término "Diocesan Mitra", actuando como una institución religiosa pública de diferentes maneras y diversas actividades.

“Al observar el Acuerdo actual, del cual celebramos una década en vigor, no debe olvidarse que las instalaciones se remontan a 1953, cuando la Conferencia Episcopal de Brasil inició una serie de conversaciones para concluir un tratado con el Gobierno, entonces liderado por el Partido Laborista Vargas. El propósito de estas negociaciones fue definir algunos aspectos de la vida de la Iglesia local que podrían tener implicaciones legales. Las conversaciones no tuvieron éxito, de manera similar a los intentos repetidos en esta dirección llevados a cabo por la Conferencia Episcopal”.

Objetivo del Concordato

En ese sentido, el Cardenal Baldisseri resalta que no sería hasta el 2008, durante el gobierno de Luis Ignacio Lula da Silva en que nuevamente se retomaría las negociaciones entre la Santa Sede y la República Federativa del Brasil para formalizar la firma del Concordato, en el cual se establecería los derechos de la Iglesia Católica en el gigante Sudamericano.

“El documento que da amparo a los derechos esenciales para el desarrollo de la misión que la Iglesia tiene en el Brasil, firmado el 13 de noviembre de 2008 en la Ciudad del Vaticano. El Acuerdo entre el Brasil y la Santa Sede, se ocupa de la personalidad jurídica de la Iglesia Católica. En ese sentido, el documento es considerado fruto de años de diálogos y negociaciones entre la autoridad eclesiástica y el gobierno brasileño”, finaliza.