Sínodo: que la Iglesia sea la casa de los óԱ
Paolo Ondarza - Ciudad del Vaticano
Que los jóvenes no sean sólo el objeto, sino el sujeto del anuncio del Evangelio. Fue el deseo expresado esta tarde en el Aula del Sínodo. La idea es la de un renovado protagonismo misionero en la Iglesia, en la sociedad y en la política para que las nuevas generaciones sean levadura y luz del mundo, creadoras de paz y de una civilización del amor.
La Iglesia, hogar y Madre de los jóvenes
Madre y hogar, empática y en escucha, voz de los que no tienen voz. La Iglesia está llamada a convertirse en esto, especialmente para aquellos que vienen de situaciones difíciles, piedras desechadas que, gracias a la proclamación de la Buena Nueva, pueden convertirse en "piedras angulares" en la construcción de un mundo mejor. El pensamiento se dirigió a los jóvenes ex niños soldados, a aquellos de familias disueltas o afectadas por las adicciones, al desempleo, la corrupción, la trata, pero también a los numerosos inmigrantes, como los que, después de la graduación, abandonan el país de origen en busca de una vida mejor y acaban perdiendo sus raíces, alejándose de la fe y no haciendo uso de los talentos recibidos.
Salvar el entusiasmo de los jóvenes
El consumismo en Occidente - señalaron los padres sinodales - corre el riesgo de apagar el entusiasmo de los jóvenes. Ellos están a menudo desorientados, sin sueños y sin fe, también a causa de nuevas ideologías como el género o el liberalismo exasperado. Hay que hablar con valentía de la belleza de la propuesta cristiana sobre la sexualidad, sin tabúes: prestar atención a tantos que hoy no pueden vivir la castidad durante su noviazgo. Algunos padres admiten: la mayoría de las comunidades parroquiales no es adecuada a las expectativas de los jóvenes que a menudo después de la Confirmación se alejan. Por eso es urgente una pastoral renovada, capaz de escuchar y hacer propia la mirada amorosa de Cristo, pero también de hablar el lenguaje de los jóvenes, empezando por el lenguaje digital.
Que los jóvenes recuperen la confianza en la Iglesia
Los jóvenes -observan los obispos- ayudan a los adultos a "situarse" en el presente y esperan de la Iglesia un signo profético de comunión en un mundo lacerado. Ellos son el corazón misionero de la Iglesia. De ahí la propuesta de crear un Consejo Pontificio dedicado a ellos.
Los participantes también destacaron la petición de una renovación espiritual que surgió de los cuestionarios preparatorios del Sínodo. Es necesario ayudar a los futuros adultos a recuperar la confianza en los sacerdotes, sobre todo en un momento en que la credibilidad es puesta a prueba por el escándalo de los abusos. La esperanza expresada es que el Sínodo pueda dar respuestas pastorales concretas a este respecto.
Relanzar la liturgia y la oración tras las huellas de los santos
Por último, se subrayó la importancia de relanzar la catequesis y la liturgia que, junto con la devoción popular, en contextos de persecución ha salvaguardado la fe de muchos cristianos. Para no sucumbir a la tentación del activismo, es necesario subrayar y señalar a los jóvenes la importancia de la oración, pero también es indispensable que la Iglesia ore por los jóvenes y su vocación.
En efecto, a menudo, se anhela la dimensión del silencio y de la contemplación y, cuando no se encuentra en la Iglesia, se busca en otros lugares. Según el Sínodo, es necesario un acompañamiento espiritual que muestre los valores eternos que conducen a la verdadera felicidad en una propuesta evangélica que respete los tiempos de maduración de cada uno. A este respecto, los obispos han señalado que los numerosos santos de los que la historia es rica siguen siendo modelos muy actuales.
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