Mons. Xuereb: Cumbre en Singapur, evento histórico en el país
Alessandro Gisotti – Ciudad del Vaticano
Un evento histórico, inimaginable hasta hace pocos meses. Un encuentro de paz para el cual la Iglesia coreana ha rezado incesantemente. La Cumbre de Singapur entre el presidente estadounidense Donald Trump y el leader norcoreano Kim Jong-un ha sido acogida con particular satisfacción por el nuncio en Seúl, el arzobispo Alfred Xuereb, que comenta a Pope esta histórica jornada:
P.- Mons. Xuereb, todo el mundo está mirando este evento que poco tiempo atrás parecía realmente inimaginable. ¿Cuál es su comentario, su emoción por un evento tan importante para toda Corea?
R.- Pueden imaginar con cuanta ansiedad el pueblo coreano y la Iglesia aquí en Corea está viviendo estos momentos realmente históricos. Hoy ha sido escrita una página muy importante que marca el comienzo de un camino todavía largo y arduo pero tenemos esperanzas, porque el inicio ha sido muy positivo, muy bueno. Hemos pasado de palabras fuertes, como “fuego y furia”, “devastación completa” de la Corea del Norte, a palabras distendidas, que hablan de paz, de relaciones basadas en la concordia, por ello estamos verdaderamente llenos de esperanzas y de confianza. La Iglesia está viviendo con gran confianza este momento. Como todos ya saben, cada martes en la Catedral de la ciudad de Seúl hay un momento de oración. Yo de manera privada, como nuncio, participo junto a los fieles. Tenemos fe en que la Madre Celeste, a quien está dedicada la catedral, no podrá no escuchar la oración afligida de este pueblo.
P.- Para usted es también una emoción particular porque desde hace pocas semanas es nuncio en Corea. Es la alegría de un evento esperado por decenios por toda la población de Corea…
R.- En los días de mi nombramiento como nuncio en Corea y en Mongolia había grandes tensiones. En cambio, a la larga hemos visto un cambio del clima que ahora es muy bueno. La iniciativa de los obispos coreanos de lanzar una novena es muy bella, una oración entre el 17 y el 25 de junio, cada día con una diversa intención de oración. Y me han impactado, de manera particular, dos oraciones: una, es por los políticos del Sur y Nord Corea, otra, que nos involucra muchísimo, es por la evangelización del Norte. Ahora es precisamente mi misión, como nuncio: la Santa Sede quiere apoyar cualquier posible iniciativa a favor del diálogo y de la reconciliación, aprovechando también de llevar la Buena Noticia del Señor Jesús, que es el Señor de todos.
P.- Por lo tanto se abre un nuevo espacio de evangelización además que de paz, otro fruto de estas jornadas…
R.- Obviamente el proceso, como decía, está todavía al inicio, pero nuestra esperanza es ésta: permitir al pueblo de Corea del Norte no sólo de gozar de la prosperidad, de beneficios económicos, sino de manera particular, beneficiar de la vida espiritual, de fe, que da un poco la tonalidad a todo aquello que se vive después.
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