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Ciudad del Vaticano

"Lo que nos amenaza a todos no es el choque de civilizaciones, sino el choque de ignorancia y radicalismo. La ignorancia es ante todo una amenaza para la convivencia; por lo tanto, reunirse, hablar, construir algo juntos, es una invitación a conocer al otro, y significa además descubrirnos a nosotros mismos". Fueron las palabras del cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, durante el coloquio que tuvo lugar el sábado 14 de abril en Arabia Saudí con el jeque Muhammad Abdul Karim Al-Issa, secretario general de la Liga Mundial Musulmana (LMM).

El día antes en Riad, el cardenal fue recibido por el príncipe Mohammed bin Abdurrahman bin Abdulaziz, vicegobernador de la capital, y por el obispo secretario del dicasterio, el comboniano Miguel Ángel Ayuso Guixot.

Asimismo, la delegación del Vaticano, de la cual forma parte monseñor Khaled Akasheh, jefe del departamento para el Islam, permanecerá hasta el día 20 en el reino saudí, lugar de nacimiento del Islam y el hogar de los dos lugares más importantes y sagrados de los musulmanes: la Meca y la Medina .

Durante su estancia, el cardenal Tauran, siguiendo la programación diplomática ya prevista, se reunió con un gran número de cristianos que viven en este país realizando distintos servicios de trabajo.

A todos ellos el purpurado les dirigió unas palabras de aliento, animándolos a perseverar en sus proyectos con entusiasmo y esperanza.

Tal como informa el periódico Vaticano L鈥橭sservatore Romano, durante la reunión con el Secretario General de la LMM, se habló sobre los encuentros precedentes que tuvieron lugar en Roma, el 21 de septiembre de 2017, tanto con el Papa, como con el propio Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.

Por su parte, el cardenal recordó que los lugares santos cristianos, ya sea "en Tierra Santa, en Roma o en cualquier lugar del mundo, están siempre abiertos para nuestros hermanos y hermanas musulmanes, para los creyentes de otras religiones y también para toda persona de buena voluntad que no profese una religión".

Además, su Eminencia agregó que, en muchos países, incluso las mezquitas están abiertas a los visitantes y "este - dijo - es el tipo de hospitalidad espiritual que ayuda a promover el conocimiento mutuo y la amistad, contrarrestando los prejuicios".

En este sentido, el cardenal recordó que "la religión es lo más valioso que tiene una persona. Y por eso, cuando algunos son llamados a elegir entre preservar su fe o conservar sus vidas, prefieren aceptar el sacrificio y pagar un alto precio: son los mártires de todas las religiones y de todos los tiempos ".