El Papa Francisco exhorta a los consagrados a ¡°ser portadores de luz¡±
Johan Pacheco
Para la fiesta de la Presentación del Señor y Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el Papa Francisco preside las primeras vísperas en la Basílica de San Pedro, ¡°en un contexto litúrgico caracterizado por el símbolo de la luz¡±.
Y centrando su reflexión ¡°en los votos de pobreza, castidad y obediencia que profesaron, ustedes también pueden ser portadores de luz para las mujeres y los hombres de nuestro tiempo¡±.
Portadores de bendición
Sobre la luz del voto de la pobreza en la vida consagrada, mencionó que ¡°esta tiene sus raíces en la vida misma de Dios, eterno y total don recíproco del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (cf. ibíd., 21). En el ejercicio de la pobreza, la persona consagrada, con un uso libre y generoso de todas las cosas, se hace para estas mismas, portadora de bendición¡±.
Amor infinito
También se refirió a la luz de la castidad, recordando que esta tiene un ¡°origen en la Trinidad y manifiesta un «reflejo del amor infinito que une a las tres Personas divinas» (Vita consecrata, 21). Su profesión, en la renuncia al amor conyugal y en el camino de la continencia, reafirma el primado absoluto, para el ser humano, del amor de Dios, acogido con corazón indiviso y nupcial (cf. 1 Co 7,32-36), y lo indica como fuente y modelo de cualquier otro amor¡±.
La escucha efectiva
Y sobre el voto de la obediencia, indicó el Pontífice que ¡°es un antídoto a tal individualismo solitario, promoviendo, en su lugar, un modelo di relación basado en la escucha efectiva, en la que al 'decir' y al 'oír' sigue la concretización del 'actuar', aun a costa de renunciar a los propios gustos, programas y preferencias. En efecto, sólo de esta manera la persona puede experimentar al máximo la alegría del don, derrotando a la soledad y descubriendo el sentido de la propia existencia en el gran plan de Dios¡±.
Y finalizó su reflexión recordando ¡°el ¡®regreso a los orígenes¡¯, del que actualmente se habla tanto en la vida consagrada¡±. Reiterando que el más importante ¡°es el regreso a Cristo y a su ¡®sí¡¯ al Padre¡±.
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